NO PODEMOS RENUNCIAR AL SUEÑO DE TENER UNA REPÙBLICA


                   

                  Una Agenda al futuro

. La urgencia de una visión compartida: un país responsable con las personas y la naturaleza.





Desde el 5 de julio de 1811 Venezuela inició un largo camino, lleno de obstáculos, para poder alcanzar el sueño de ser una verdadera REPÙBLICA, integrada por ciudadanos libres y RESPONSABLES. Hemos tenido grandes momentos en el logro de importantes avances en lo político, económico y social, pero también hemos padecido de inmensos inconvenientes, horas de oscuridad y desesperanza. La república sigue siendo un objetivo por alcanzar y debe ser la lucha de todos los días.


Nuestra Constitución vigente, es un pacto bajo la formula del Estado Social de Derecho, pero lamentablemente se impuso en la práctica, por el actual régimen, una constitución fáctica, llamada “Plan de la Patria”, cuyo objetivo no es la democracia liberal, sino la imposición de un Estado comunitario socialista. El pacto constitucional donde se trazaron las reglas de juego, los anhelos y principios rectores de nuestro régimen político, de nuestro modelo económico pasó a ser letra muerta. En la práctica somos un país sin Constitución, donde se rompió el pacto social y se impuso el militarismo comunista.





La visiòn de país que necesitamos: (El hombre primero que el Estado.)





Esta visiòn de paìs se centra en la realizaciòn del ser humano, su desempeño, bienestar personal y respeto su dignidad.




Ninguna acciòn del Estado minarà, ni privarà las capacidades fìsicas naturales e intelectuales de los ciudadanos. La dignidad y el respeto a los derechos fundamentales de las personas serà el eje central de todas las polìticas a implementar.

Entendemos por desarrollo humano como un proceso mediante el cual se ofrece a las personas mayores oportunidades, siendo la màs importante una vida prolongada y saludable, libertad polìtica, pleno ejercicio de los derechos humanos, educaciòn, respeto a sì mismo, acceso a los recursos necesarios para tener una buena calidad de vida.

Necesitamos un sistema econòmico que respete la propiedad privada, la iniciativa y el emprendimiento. Se hace necesario fortalecer una clase media de propietarios, autònomos y democràticos.

El primer paso es un cambio de gobierno que permita iniciar la reconstrucción de la república devastada, es necesario superar este obstáculo que ya lleva 21 años. Demostrado está que una nación dividida, donde no hay acuerdos pactados, sino la imposición de una visión socialista está condenada a la ruina, a la pobreza, al peor atraso cultural y social.


Mientras no haya un acuerdo nacional(Una visiòn de paìs compartida) más allá de la pura visión política seguiremos estancados, estacionados donde estamos. Una vez superado este escollo es necesario construir una ese sueño,lo cual no es otra cosa que trazar un norte hacia donde apuntar, una forma de encaminar los esfuerzos de toda la sociedad en una misma dirección, contando con la participación de toda sociedad civil. No es tarea solo de los políticos. En ese sentido, la planeación se convierte en una herramienta fundamental para visualizar aquellas formas en que es posible tener un país en paz, con gobernabilidad, con estabilidad, con las mejores condiciones para promover la inversión, la iniciativa, el emprendimiento, con las mejores condiciones de vida, salud, educación y empleo; un país con mejor infraestructura, con ciudades y pueblos amables, seguros, con servicios públicos eficientes, respetuosos con el medio ambiente y con las libertades fundamentales de sus ciudadanos. 


Un país donde sus habitantes no tengan que huir porque no tienen oportunidades de progresar, ni obtener ingresos acordes con sus niveles educativos. Un país que logra resultados en la superación de la pobreza, gracias a la consecución de metas comunes ,ya una visión compartida donde el fin último es el bienestar general y no la imposición de un modelo empobrecedor (Estatismo comunistoide) que fomenta la corrupción como forma generalizada de vida 

No podemos seguir viviendo en la incertidumbre y la desesperanza.


Al encontrarnos con naciòn devastada sometida una crisis humanitaria que hace nulo cualquier proyecto, el primer paso responsable de polìticos y de la sociedad civil es ser capaces de generar consensos y diálogos constructivos para definir un nuevo proyecto de país. El agotamiento del proyecto socialista, impuesto por la fuerza, sin un consenso nacional es màs que evidente.

En nuestra historia hemos pasado desde nuestra Independencia por un proyecto liberal que naciò con los Padres de la Patria. Un proyecto positivista que predomina los primeros 40 años del siglo XX. Un proyecto democràtico que dura desde 1958 hasta 1998 y el proyecto socialista- castrista metido de contrabando desde 1999 hasta hoy.


Urge un nuevo enfoque para los pròximos 40 años, un proyecto que resuelva problemas profundos que nos aquejan desde hace muchos años, como el capitalismo de estado populista y rentista, el presidencialismo exacerbado , la corrupciòn, el aumento exponencial de la pobreza, el desempleo, la hiperinflaciòn, la polìtica monetaria, el intervencionismo del estado en la vida econòmica.La calidad de la educaciòn, el nuevo enfoque de la salud, las polìticas de contrataciòn entre el factor trabajo y la empresa. Los problemas de violencia y delincuencia, la despolitizaciòn de la Fuerzas Armadas al servicio de otros países y potencias extranjeras. La inversiòn extranjera y nacional, la polìtica petrolera y minera, la producciòn agropecuaria. Son demasiado los problemas por resolver y se necesitan los mayores talentos , sin una visiòn partidista o parroquial y un gran acuerdo nacional para poder empezar. El problema no es solo salir de Maduro, lo cual es indispensable, es abordar con seriedad un proyecto con una nueva visiòn compartida de lo que serà Venezuela, en los pròximos cincuenta años.





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