MONSEÑOR JESÙS MARÌA PELLÌN EL GRAN ORADOR SAGRADO.


MONSEÑOR JESÙS MARÌA PELLIN Y SU SERMÒN DE LAS SIETE PALABRAS.

 Cristo de Cùa.


"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34)



 El padre Jesús María Pellín fue párroco de Cùa entre 1919 y 1922, dejó una huella, un recuerdo en los cueños, su gran empuje en la organización del comité para la conclusión de la magna obra del templo de Nuestra Señora del Rosario que había derrumbado el terreno de 1878. Organizaba la participación de toda la comunidad en trabajo de “fajinas”.
"Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43)
Unos cargaban materiales, otros hacían de ayudantes de albañiles, otros aportaban para la compra de materiales, otros cocinaban la olla comunitaria dominical para los trabajadores. Así se pudo terminar el templo con el aporte de toda la comunidad, en el año 1929 se logró poner en funcionamiento el templo Mucho le debe Cùa a al padre Pellín en ese impulso organizativo.
"He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26)


 Una vez en Caracas el padre Pellín se encarga del diario La Religión, dándole un gran impulso, hoy se reconoce su labor periodística al colocarle su nombre al premio anual que otorga la Conferencia Episcopal al trabajo de los periodistas.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46)
 Hay una faceta muy importante en la vida del padre Pellín, ya reconocido con el honor eclesiástico de Monseñor.  Su famosos sermón de las siete palabras en el templo de Santa Teresa en Caracas, todos los Viernes Santos. Monseñor Pellín era un orador sagrado que movía las fibras de su auditorio. Las siete palabras se transmitían por la Voz de la Patria, una emisora que también dirigía Monseñor.
Monseñor Jesús María Pellín. Orador Sagrado sin igual. Sacerdote extraordinario, Periodista de fuste. Pero su recuerdo del Sermón de las Siete Palabras en la Santa Iglesia de Santa Teresa todavía permanece en los católicos, y aún entre quienes no siéndolo, acudían los Viernes Santo, especialmente, a oír su prédica inigualable.

Tengo sed" (Jn 19, 28)
Monseñor Pellín unía las palabras de Cristo con los hechos políticos,
sociales, económicos y de toda índole, de una manera tan clara y precisa,
que a muchos le saltaban las lágrimas al oír sus palabras.
Cada Viernes Santo, la gente añora a Pellín con su inigualable voz y su
pasión verdadera por lo que decía.

"Todo está consumado" (Jn 19,30)
Ha habido otros sacerdotes con dotes maravillosas, entre ellos Monseñor
Juan Francisco Hernández, Monseñor Jesús Hernández Chapellín y últimamente Monseñor Mario Moronta.  Obispo de San Cristóbal, quien también, recién ordenado, fue párroco de Cùa. Estos sacerdotes tomaron la bandera de Mons. Pellín y los católicos reconocen sus magníficos sermones, pero, aun así, el recuerdo de aquel sacerdote está latente en todos los fieles que tuvimos la suerte de oírlo alguna vez.
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46)
En aquellos años en que las emisoras radiales no laboraban en esos Días Santos, la Voz de la Patria, propiedad de la Curia y dirigida, igual que el Diario La Religión, por Mons. Pellín, difundía al país sus maravillosos sermones. fue párroco de Cùa entre 1919 y 1922, dejó una huella, un recuerdo en los cueños, su gran empuje en la organización del comité para la conclusión de la magna obra del templo de Nuestra Señora del Rosario que había derrumbado el terreno de 1878. Organizaba la participación de toda la comunidad en trabajo de “fajinas”.

"Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43)
Unos cargaban materiales, otros hacían de ayudantes de albañiles, otros aportaban para la compra de materiales, otros cocinaban la olla comunitaria dominical para los trabajadores. Así se pudo terminar el templo con el aporte de toda la comunidad, en el año 1929 se logró poner en funcionamiento el templo Mucho le debe Cùa a al padre Pellín en ese impulso organizativo.
"He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26)


 Una vez en Caracas el padre Pellín se encarga del diario La Religión, dándole un gran impulso, hoy se reconoce su labor periodística al colocarle su nombre al premio anual que otorga la Conferencia Episcopal al trabajo de los periodistas.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46)
 Hay una faceta muy importante en la vida del padre Pellín, ya reconocido con el honor eclesiástico de Monseñor.  Su famosos sermón de las siete palabras en el templo de Santa Teresa en Caracas, todos los Viernes Santos. Monseñor Pellín era un orador sagrado que movía las fibras de su auditorio. Las siete palabras se transmitían por la Voz de la Patria, una emisora que también dirigía Monseñor.
Monseñor Jesús María Pellín. Orador Sagrado sin igual. Sacerdote extraordinario, Periodista de fuste. Pero su recuerdo del Sermón de las Siete Palabras en la Santa Iglesia de Santa Teresa todavía permanece en los católicos, y aún entre quienes no siéndolo, acudían los Viernes Santo, especialmente, a oír su prédica inigualable.


Tengo sed" (Jn 19, 28)
Monseñor Pellín unía las palabras de Cristo con los hechos políticos, sociales, económicos y de toda índole, de una manera tan clara y precisa, que a muchos le saltaban las lágrimas al oír sus palabras.
Cada Viernes Santo, la gente añora a Pellín con su inigualable voz y su
pasión verdadera por lo que decía.
"Todo está consumado" (Jn 19,30)
Ha habido otros sacerdotes con dotes maravillosas, entre ellos Monseñor.
Juan Francisco Hernández, Monseñor Jesús Hernández Chapellín y últimamente Monseñor Mario Moronta.  Obispo de San Cristóbal, quien también, recién ordenado, fue párroco de Cùa. Estos sacerdotes tomaron la bandera de Mons. Pellín y los católicos reconocen sus magníficos sermones, pero, aun así, el recuerdo de aquel sacerdote está latente en todos los fieles que tuvimos la suerte de oírlo alguna vez.
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46)
En aquellos años en que las emisoras radiales no laboraban en esos Días
Santos, la Voz de la Patria, propiedad de la Curia y dirigida, igual que el Diario La Religión, por Mons. Pellín, difundía al país sus maravillosos sermones.

Comentarios