EL USO PERVERSO DE LA RENTA PETROLERA.




LA RENTA  PETROLERA SOLO SE DEBE DESTINAR A EDUCACIÒN, SALUD Y SEGURIDAD SOCIAL

Hay que cambiar el destino de la renta petrolera , pero sin renta petrolera no hay destino.
Dr. Diego Bautista Urbaneja.


A propósito de esta crisis  (virus-petrolera) acumulada  sobre las crisis generadas por el mal manejo de la nación, es oportuno recomendar la lectura de dos obras fundamentales sobre el tema petrolero del Dr. Diego Bautista Urbaneja:

PUEBLO Y PETRÒLEO EN LA POLÌTICA VENEZOLANA DEL SIGLO XX”. 
Obra que me proporcionó el Dr. Urbaneja en 1997, la cual forma parte importante de mi biblioteca y otra obra del año 2013 LA RENTA Y EL RECLAMO. Ensayo sobre petróleo y economía en la vida política venezolana.

Lo extraordinario de esta última obra del Dr. Urbaneja es que gran lucidez nos abre la puerta a la teoría de un Estado rentista en su esencia, nada se concibe en los últimos 60 años de la vida venezolana fuera del hecho petrolero y del manejo de la renta. Hay lo que el Dr. Urbaneja llama una “conciencia rentística”  A medida que esta conciencia rentística se va asentando históricamente, nadie piensa, en materia económica, en otra cosa que no sea el petróleo: …«Hace ya décadas que el país no se dedica a otra cosa que no sea ver qué hace con él, y hace también mucho que el petróleo está allí, en el occipital de los venezolanos, respaldando lo que ellos puedan pensar respecto a qué es aquello a lo que tienen derecho. De modo que no es necesario recordar o tener en cuenta nada más a la hora de pensar en sus expectativas legítimas. La justicia es, cada vez más, la justicia en el uso de la renta» … Para el autor, sin embargo, el rentismo no es un destino inexorable: «Somos nosotros los que a lo largo de la historia hemos decidido lo que él ha hecho de nosotros y los que decidiremos lo que él hará de nosotros. Esta es la premisa de la que siempre ha de partirse y esa es la premisa de la que se ha partido en esa llamada a superarlo que una y otra vez alguna voz le ha propuesto al país».

En este sentido, el autor se convierte en una de esas voces que llaman la atención  y adelanta una propuesta de superación del mecanismo privatizador del ingreso petrolero, mediante el cual  el rentismo   se constituye, sobre la base de destinar la mayor parte posible de la renta a la provisión (universal) de bienes públicos. Ese reclamo de la sociedad venezolana sobre la renta petrolera debería estar destinado lograr metas de excelencia en EDUCACIÒN, SALUD PÙBLICA, SEGURIDAD CIUDADANA. El Dr. Urbaneja propone la modificación del reclamo, no continuar con la entrega privada y a discreción de quienes ejercen el control político del país, sea quien sea.
 El problema ahora es que la renta petrolera que representa  el 96% del ingreso y del presupuesto nacional se esfumó, no solo por efectos de la crisis de la  pandemia, sino la destrucción sistemática de la empresa PDVSA. Hay Iniciar un proceso de reingeniería de la producción, distribución y en especial del manejo de lo que pueda significar la renta, en un país que necesariamente tiene que producir y distribuir petróleo, dado que es su mayor ventaja competitiva. Solo que debe cambiar el “Chip rentístico”. Se necesita legislar para blindar ese ingreso y destinarlo, tal como señala el Dr. Urbaneja a Educación, Salud y Seguridad Ciudadana, tal como hacen los países productores petroleros del Mar del Norte en Europa. Es posible que muchos políticos y factores de poder no estén de acuerdo con esta propuesta, tienen que ceder al ciudadano esa renta por una vía institucional y no le pueden poner ni nombre, ni apellido de ningún político, ni de un grupo,  tal como pasa  hoy, donde todo tiene el tufo a un regalo personal del político de turno, desde el alcalde que le coloca su nombre a un camión del  aseo urbano, pasando por gobernadores , hasta llegar a la Presidencia  de la República que reparte esa renta como “Papà Noel”  a los amigos, a los camaradas y compañeros, a países como Cuba, Bolivia o Nicaragua. Reparte el presidente de la Repùblica bonos inflacionarios, como si fuesen torrejas o conservas de coco, compradas por él y que además deben agradecer personalmente por su gran bondad al ordenar que “bajen” los recursos, para pegar, por ejemplo, la pensión del Seguro Social. Un reparto que crea dependencia y dominio perverso sobre las personas, convirtiéndolas en súbditos, como si fuese dinero de su peculio personal. Es la distorsión de un Estado populista y personalista donde poder significar manejo de la renta y la anulación de la condición democrática y republicana del ciudadano.

Se debería aprovechar que el cúmulo de crisis sin resolver no estalló en la cara para partir de una vez, mediante un acuerdo nacional para dar los pasos necesarios en esa dirección. Hasta hora y desde muchos años los venezolanos estamos apresados en un laberinto construido por la renta petrolera, es hora de romper ese maleficio y empezar la reconstrucción de  la nación , una vez que salgamos de este régimen, con una definición muy clara del manejo de la renta petrolera, sea mucha o poca. Lo que no podemos hacer es seguir como hasta ahora, donde todos saben que no es sano para el país, pero nadie se atreve a dar el paso necesario. Es muy raro que un político renuncie a la fuente de su poder, pero hay un bien superior que no se puede dejar de lado.




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