Tal día como hoy en 1807, el futuro Libertador de Venezuela estaba viviendo en
su hacienda del valle de Yare, actual municipio Simón Bolívar del Estado Miranda
y, en la placidez de las tardes disfruta de sus propiedades en largos paseos a
caballos concibiendo ampliar las operaciones agrícolas de sus haciendas con
varias siembras de añil.
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Casa de Simòn Bolìvar en San Francisco de Yare |
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Antonio Nicolàs Briceño |
Aquella decisión del futuro General causó
grandes oposiciones, siendo una de ellas, la más activa, la del abogado y vecino
Antonio Nicolás Briceño quien no solo se opuso a la actividad sino que activó
con el resto de los propietarios para que se opusieran a Bolívar en sus
planes.
Las cosas llegan a un termino de conflicto cuando todos se oponen
a que Bolívar construya un callejón que requiere para el transito de sus tierras
a la oficina de comercio del añil y un canal de drenaje que, pasando por las
tierras de Briceño, cayera en un río cercano.-
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Interior de la casa de Simòn Bolìvar en San Francisco de Yare. |
Aparentemente solo se
trataba de una fanfurriña entre dos o tres terratenientes sin mayor significado
ni trascendencia en la historia de aquel tiempo ni mucho menos capaz de impactar
la historia ciento noventa y dos años más tarde.- Pero las cosas pasaron de
castaño a oscuro con mucha facilidad porque Bolívar, a la cabeza de un piquete
de negros esclavos, bien armados y dispuestos a todo, inició los trabajos del
canal de desagüe que, empezando en las tierras del futuro Libertador avanzaban,
inexorablemente, a las de Antonio Nicolás Briceño.-
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Templo de San Francisco de Yare |
Pasaron varias horas
y aparece Briceño, con un piquete de hombres secundándolo no menos grande ni
amenazador que el de Bolívar y se dispone a interrumpir los trabajos por la
fuerza.-
Pero Bolívar no se arredra y, por el contrario, ordena que los
trabajos prosigan. Briceño ardiendo en ira, desenfunda la pistola y apunta a
Bolívar quien, rápido y certero, se lanza sobre él y lo desarma. Las personas
presentes, sin pedir ni dar explicaciones , separan a los dos hombres. La calma
sustituye la violencia y todo queda allí. Bolívar se olvido del añil y del canal
y Briceño retira sus amenazas no sin antes pedir las más sentidas
disculpas.-
Meses más tarde el futuro Libertador tratara de nuevo el
asunto por medio de una correspondencia dirigida a Briceño de la que se conserva
una respuesta. La guerra, el ardor de la política y otros asuntos de mayor monta
sacaron a Bolívar y a Briceño de los Valles del Tuy y los lanzaron, por caminos
diferentes, a la inmortalidad.-
Problema incidente que ha podido
significar quien sabe que extraño desvarío en la historia del mundo se planteó
aquel día hace doscientos trece años.: Bolívar herido o muerto en un oscuro incidente, sin mención de gloria. Briceño preso por homicidio. Los hechos
trastocados y un proceso que, inevitablemente, los arrastraría a los dos en un
incidente de menor monta.-
Gracias a la prudencia de los vecinos se bajó
el arma y se aminoraron los bríos. Pronto Briceño saltaría a la inmortalidad
como uno de los padres de la Patria al ser una de las voces esenciales en el
Congreso Constituyente de la Nación en 1811. De carácter inflexible propondrá,
en 1813 , un plan terrible de exterminio de los españoles que se considera como
cruel e injusto. Bolívar no compartirá sus planes por considerarlo inoportuno
pero, el mismo día en que, en Barinas, es fusilado Antonio Nicolás Briceño por
los españoles, Bolívar en Trujillo firmaba el Decreto de la Guerra a Muerte que
iba a ser el hilo melódico esencial de la Guerra de la Independencia
Venezolana.-
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