Simòn Bolívar en Yare

BOLÍVAR EN YARE


213 AÑOS DESPUÉS




Por: Juan de Dios Sánchez 
 (Q.E.P.D.)
 
 Tal día como hoy en 1807, el futuro Libertador de Venezuela estaba viviendo en su hacienda del valle de Yare, actual municipio Simón Bolívar del Estado Miranda y, en la placidez de las tardes disfruta de sus propiedades en largos paseos a caballos concibiendo ampliar las operaciones agrícolas de sus haciendas con varias siembras de añil.
Casa de Simòn Bolìvar en San Francisco de Yare 
Antonio Nicolàs Briceño


Aquella decisión del futuro General causó grandes oposiciones, siendo una de ellas, la más activa, la del abogado y vecino Antonio Nicolás Briceño quien no solo se opuso a la actividad sino que activó con el resto de los propietarios para que se opusieran a Bolívar en sus planes.


Las cosas llegan a un termino de conflicto cuando todos se oponen a que Bolívar construya un callejón que requiere para el transito de sus tierras a la oficina de comercio del añil y un canal de drenaje que, pasando por las tierras de Briceño, cayera en un río cercano.-
Interior de la casa de Simòn Bolìvar en San Francisco de Yare.


Aparentemente solo se trataba de una fanfurriña entre dos o tres terratenientes sin mayor significado ni trascendencia en la historia de aquel tiempo ni mucho menos capaz de impactar la historia ciento noventa y dos años más tarde.-
Pero las cosas pasaron de castaño a oscuro con mucha facilidad porque Bolívar, a la cabeza de un piquete de negros esclavos, bien armados y dispuestos a todo, inició los trabajos del canal de desagüe que, empezando en las tierras del futuro Libertador avanzaban, inexorablemente, a las de Antonio Nicolás Briceño.-
Templo de San Francisco de Yare


Pasaron varias horas y aparece Briceño, con un piquete de hombres secundándolo no menos grande ni amenazador que el de Bolívar y se dispone a interrumpir los trabajos por la fuerza.-

Pero Bolívar no se arredra y, por el contrario, ordena que los trabajos prosigan. Briceño ardiendo en ira, desenfunda la pistola y apunta a Bolívar quien, rápido y certero, se lanza sobre él y lo desarma. Las personas presentes, sin pedir ni dar explicaciones , separan a los dos hombres. La calma sustituye la violencia y todo queda allí. Bolívar se olvido del añil y del canal y Briceño retira sus amenazas no sin antes pedir las más sentidas disculpas.-

Meses más tarde el futuro Libertador tratara de nuevo el asunto por medio de una correspondencia dirigida a Briceño de la que se conserva una respuesta. La guerra, el ardor de la política y otros asuntos de mayor monta sacaron a Bolívar y a Briceño de los Valles del Tuy y los lanzaron, por caminos diferentes, a la inmortalidad.-

Problema incidente que ha podido significar quien sabe que extraño desvarío en la historia del mundo se planteó aquel día hace doscientos trece años.: Bolívar herido o muerto en un oscuro incidente, sin mención de gloria. Briceño preso por homicidio. Los hechos trastocados y un proceso que, inevitablemente, los arrastraría a los dos en un incidente de menor monta.-

Gracias a la prudencia de los vecinos se bajó el arma y se aminoraron los bríos. Pronto Briceño saltaría a la inmortalidad como uno de los padres de la Patria al ser una de las voces esenciales en el Congreso Constituyente de la Nación en 1811. De carácter inflexible propondrá, en 1813 , un plan terrible de exterminio de los españoles que se considera como cruel e injusto. Bolívar no compartirá sus planes por considerarlo inoportuno pero, el mismo día en que, en Barinas, es fusilado Antonio Nicolás Briceño por los españoles, Bolívar en Trujillo firmaba el Decreto de la Guerra a Muerte que iba a ser el hilo melódico esencial de la Guerra de la Independencia Venezolana.-

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