LECTURAS EN TIEMPO DE
CORONAVIRUS.
DEL “FESTÌN DE BALTASAR” AL DESMADRE DEL SIGLO XXI.
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Dr. ARTURO USLAR PIETRI. |
Leyendo hoy unas declaraciones del Nicolás Maduro sobre una
extravagante fiesta en el archipiélago de Los Roques. La fiesta sobre la cual Maduro hizo mención coincide
con la fiesta en la
que se encontraba el hijo de Elvis Amoroso,( Contralor General nombrado por la ANC)
Un cantante conocido como «El Duke» en la cual
el dio positivo, según fuentes de Alberto News. La fiesta terminó con una legión de
contaminados con el coronavirus y que parece se pasean tranquilamente por la
ciudad. Maduro cuenta la historia con un tono moralizante y se olvida que ese
desmadre playero solo lo pueden hacer quienes tienen suficientes dólares
GENERADOS POR LA CORRUPCIÒN y poder para violar leyes y protocolos, en una isla
controlada militarmente por el régimen.
El hecho fiestero trajo a mi memoria un libro
del Dr. Arturo Uslar Pietri “De una a
otra Venezuela” En ese libro hay un ensayo titulado “El
Festín de Baltasar “, el cual es una alegoría de la Venezuela embriagada
por la bonanza petrolera. Con las limitaciones de tiempo y espacio, el Dr. Uslar
vio venir el Apocalipsis de la Venezuela del Siglo XXI.
Durante la
primera mitad del siglo XX, Venezuela empezó a sufrir en sus carnes los
estragos de la embriaguez petrolera. Por años, nuestro país sufrió –a un mismo
tiempo– la borrachera y la resaca, y ese particular estado de embotamiento
impidió, entre otras cosas, que el paso de lo rural a lo urbano se diera de modo
estratégicamente racional. Impidió saldar con justicia las cuentas con la
pobreza. Impidió hacer de la educación una herramienta para la construcción de
ciudadanía. Impidió crear consciencia acerca de la necesidad de invertir en un
futuro que estaba a la vuelta de la esquina. Impidió aceptar de buen grado la
urgencia de transitar de una a otra Venezuela. Y hubo un hombre, un hombre de
letras y de pensamiento crítico que, valido de su pluma y de su reflexión
analítica, dejó para la posteridad el registro de sus tribulaciones: vio venir
el caos, vio la proximidad de la sombra, vio venir esté presente. Dejó su
advertencia en veintinueve artículos de prensa. En ellos,
y a pesar del pesimismo, el autor plantea (incluso como algo perentorio) la
urgencia de repensar al país y lo necesario de entender que ninguna bendición
es eterna y que, si es mal administrada, hasta la más beatífica de las
bendiciones puede transformarse en una condena. Al respecto, Arturo Uslar
Pietri fue categórico en dos expresiones lapidarias: “Hay que sembrar el
petróleo” y “Hay que transformar al minotauro (el petróleo) en buey de
labranza”. Como no se ha hecho ni lo uno ni lo otro, se optó por celebrar –en
una orgía de derroches que dura hasta el sol de hoy– Ese es el festín de
Baltasar.
“Hay en la
Biblia una estampa –comienza diciendo Uslar Pietri en su alegórico ensayo– que
se me parece curiosamente a esta hora venezolana. Es la del rey Baltasar en el
festín. El oro y la plata de los vasos sagrados judíos se llenan de vino, la
tumultuosa corte se regocija y ríe, suenan las músicas, bailan las danzarinas,
los cortesanos se hartan, el pueblo recoge las abundantes sobras y el príncipe
sonríe, entre su ensortijada barba, contemplando aquel largo panorama de
plenitud y de bienestar. Nadie parece percatarse de que se está al borde de una
tragedia, que el maravilloso festín no puede prolongarse indefinidamente, que
todo lo que parece abundar es apariencia, una ilusión de armonía y que va a
desaparecer. Hasta que aquella mano misteriosa escribe en la pared la
enigmática sentencia que anuncia la inevitable catástrofe y empieza con la
palabra ‘mene’. Una palabra que las gentes del lago de Maracaibo conocen bien y
la saben descifrar”. (A. Ú. Pietri, De una a otra Venezuela, Monte
Ávila, 1996).
Este ensayo fue escrito entre los años 1947 y
1948, bajo la efervescencia populista del Trienio Adeco (1945-1948). Quien podía
pensar que un intelectual como Arturo Uslar contribuiría a llevar al poder un
Hugo Chávez, con su participación desprevenida ese club de colaboradores del comunismo
que se llamó “Los Notables”. Ciegos en su odio contra CAP no fueron capaces de
vislumbrar que ese “Festín de Baltasar” se convertiría en el gran “Desmadre del
siglo XXI”.
Los Notables:
(En 1989, con la
llegada del segundo gobierno del presidente del “milagro económico”, Carlos
Andrés Pérez, entre los tecnócratas, el caracazo, el paquetazo y el golpe
militar del 4F en Venezuela surgió un grupo bautizado como “Los Notables”.)
("Arturo Uslar Pietri, el anti-adeco de mayor estatura
intelectual, se integró como pontifex maximus de estos personajes junto con Ramón Escobar Salom y Rafael
Caldera, entre otros. El grupo insistió tenazmente en la gravedad de la
crisis del país en aquel año y la necesidad de la renuncia de CAP para abrir la
puerta a soluciones «duraderas». El gobierno de entonces le dio a este clan una
importancia de primer orden que estimulaba una reincidencia golpista en
Venezuela".)
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