LIDERAZGOS EN TIEMPOS DIFÌCILES.


  LA  DECADENCIA DE LOS LIDERAZGOS


La crisis venezolana es sistémica y total, no hay un espacio que no reciba la nefasta influencia de la decadencia. El liderazgo político viene mal desde las últimas décadas del siglo XX en que ya no estaban activos. los líderes de la generación del 28. Al final le corresponde al Dr. Rafael Caldera ser el sepulturero del liderazgo del siglo XX y entregar el bastón de mando a un neocaudillo militar, mal formado, sin cultura, narcisista, resentido social, influido por el radicalismo socialista de corte cubano y con la cabeza llena fórmulas de populismo destructor y corrupto.
 El liderazgo de relevo le ha correspondido vivir un proceso complejo de fragmentación, de colapso, de transformación del sistema de partidos políticos. De cuarenta años de un pacto de élites que consolidó el bipartidismo se pasó a un sistema hegemónico de un solo partido político que comparte su poder con una cabeza militarista y con grupos anárquicos armados Desapareció del área de poder la sociedad civil, los grupos de presión, las organizaciones gremiales y sindicales. Todo el poder se centra un liderazgo político militar marginal entregado al tutelaje cubano.

  Durante 20 años se ha creado un sistema de guerra soterrada por imponer la hegemonía socialista frente a la autodefensa del sistema de vida democrático, en esa lucha compleja han surgido nuevos liderazgos y nuevos partidos, los viejos partidos como A.D, Copei, el MAS se resisten a morir, pero no hay una renovación ideológica y programática, siguen el mismo esquema organizativo  de corte leninista. Los lideres de esos partidos parecen que tienen siete vidas, algunos mueren, desaparecen y resucitan. Otros que no entienden que ya están muertos se prestan como material de abono legitimador de la hegemonía socialista,
 Los nuevos partidos y los nuevos liderazgos padecen del mal de la ceguera política, no hay forma de lograr una verdadera unidad para enfrentar con eficiencia a la neo dictadura socialista. El cúmulo de derrotas que han protagonizado merece una revisión profunda, inteligente y pragmática.
 Ahora sale a flote una marea negra de corrupción en la A.N, un nefasto complemento que viene a complicar el panorama opositor. Debilita a la oposición y especialmente al presidente encargado Juan Guaidò frente al país y al mundo.  (Tal vez ese sea un objetivo cumplido por el régimen)
 Es indudable que la situación del país es más que complicada y sin una oposición articulada, la crisis sola no genera cambios, ni produce transiciones. Las acciones opositoras y su liderazgo han perdido fuerza, del entusiasmo motivador del pueblo se pasa al desaliento y la desesperanza. Son ciclos generados por una desarticulación del liderazgo opositor, por una propaganda demoledora manejada por diversos intereses que no quieren cambios.
 El sistema político venezolano ha experimentado una concentración de poder, estamos bajo un sistema dictatorial que aspira llegar al totalitarismo al estilo cubano. El liderazgo opositor todavía goza de espacios como la Asamblea Nacional es lo que nos diferencia de Cuba. Pero los errores, las ambiciones personales que llevan algunos diputados a participar en el festín, producen una imagen muy negativa que puede confundir la institución legislativa con sus diputados. Hay que defender la institución, que los diputados presuntamente incursos en corrupción reciban su castigo, No se puede caer en generalizaciones.
 Lo cierto es que a la crisis total también afecta a los partidos y a su liderazgo. Estamos en un estado de decadencia total.


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