La transiciòn no es un regalo.


UNA ESTRATEGIA EQUIVOCADA.
 militares multienchufados

                                   No es polìtica ,es una guerra planificada mafiosamente

Los militares que apoyan el régimen se quiebran en el momento en que estén convencidos que lo que está sobre la mesa no es una simple amenaza bélica
Para obligarlos a que negocien es necesario que tengan las ametralladoras en el cuello y sepan que sus tutores internacionales no se van a defender. Son por ahora guapos y apoyados.
Aunque no se acepte, ni se quiera reconocer, estamos en una guerra, eso que hoy llaman de cuarta generación, de baja intensidad, una guerra declarada por una de las partes, sin que la otra caiga en cuenta del enemigo que enfrenta i aplica una estrategia equivocada. Desde 1999 estamos inmersos en esa guerra sui géneris.
Es el partido militar militarista el ùnico y real poder del règimen

 En primer término, hay una determinación muy clara de una de las partes en conflicto de no ceder terreno a lo que los ellos califican como enemigos a los que hay que dar de “baja” moral y físicamente. Para el régimen el objetivo es estrictamente militar, no son contrarios en una lucha cívica, son piezas exterminables por cualquier vía, cuya muerte solo es un daño colateral, ese es su enfoque estratégico y táctico, mientras lo oposición solo piensa en contienda política.

 La militarización es total.
 Todas las instituciones de una ex república están militarizadas y sometidas a una “disciplina” férrea propia de un campo de batalla, todas responden a un solo objetivo “Destruir al enemigo” (Oposición).
 Mientras esa es la posición del bando gubernamental, por el otro lado no se acaba de entender lo que está pasando, les ocurre lo de Chamberlain con Hitler, reciben palos y derrotas todos los días, simplemente porque la estrategia estaba equivocada, no es una contienda cívica, es una guerra y cuando se aplica la táctica de “Los tres pasitos” Cese la usurpación, Gobierno de transición y Elecciones libres se parte de una estrategia equivocada. No hay fuerza, ni presión suficiente para obligar a una negociación.

Solo hay dos maneras de cumplir la táctica opositora A-) La Renuncia de Maduro, bien sea voluntariamente o que la presión sea tan grande que busque una salida negociada. Lo cual en términos militares es una capitulación por derrota, lo cual se busca, pero no se ha logrado hasta hoy. B_) La otra forma de llegar a la salida es mediante una igualación y superación en la fuerza que se aplica, es decir una amenaza creíble de una confrontación bélica. Una amenaza de fuerza real Lo cual según voceros de EE. UU está en una mesa, pero en febrero cumple un año allí. Tal vez la oposición no se pone de acuerdo y los países que apoyan a Guaidò no están de acuerdo con una salida bélica y todo está en un estado de quietud catatónica, mientras el régimen acaba con la Asamblea Nacional y raspa la olla vendiendo el oro.

En síntesis, como se dice en dominó “el juego está trancado” y hasta hora la “la cochina” la tiene Maduro, pues logra su objetivo de ganar tiempo y planificar unas elecciones para renovar al parlamento. Se sienten tan fuertes que ni siquiera asoman la posibilidad de unas elecciones presidenciales, lo cual sería una salida a la crisis.
La aplicación de una estrategia equivocada, no es producto solamente de la visión beatífica y electoral de la oposición al tener un enfoque político y cívico, cuando el problema es político militar. Los EE. UU también cayeron en la trampa, se supone que para cualquier acción (Diplomática o bélica) de la primera potencia del mundo, sus servicios de seguridad e inteligencia deben tener información fidedigna, confiable que permita elaborar una estrategia adecuada. Se dejaron llevar por la simpleza de suponer un efecto dominó del componente militar, al confiarse en que una amenaza, una oferta pecuniaria o un borrón y cuenta nueva bastaba lograr el quiebre del apoyo militar a Maduro, es una falla evidente e increíble en la inteligencia de una potencia.
 Por razones obvias EE. UU y sus aliados están obligados a recapitular sobre los errores y aplicar un cambio de 180 grados. La oposición carece fuerza bélica para enfrentarse con la estrategia necesaria y doblegar. El trabajo se está haciendo a nivel internacional con una presión descomunal en el orden diplomático, económico, financiero y moral. Pero…
 La pregunta es: ¿Bastará esa presión para obligar a los estrategas militares de Maduro (Cuba, Rusia, China) a buscar una negociación?
 Hay una hipòtesis de guerra segura:  Los militares que apoyan el régimen se quiebran en el momento en que estén convencidos que lo que está sobre la mesa no es una simple amenaza bélica. No es necesario una invasión militar internacional, en el momento en que los militares estén seguros que no es juego de palabras lo que se le viene encima buscan a Maduro y lo entregan. Mientras eso no ocurra seguirán enredando y jugueteando a negociaciones ficticias en Noruega o en la Patagonia, Para que los militares venezolanos negocien es necesario que tengan las ametralladoras en el cuello y sepan que sus tutores internacionales no se van meter en eso.
Por otro lado, y, para terminar: Negociaciones sin verdadera presión militar no funcionan. Hay que llevar la presión al nivel de quiebre, lo cual incluye necesariamente implica el uso de las armas, no una simple amenaza y obligar al régimen a una negociación.
Ciertamente cualquier salida electoral solo es posterior al quiebre, si se propone antes no es más que el acostumbrado colaboracionismo de opositores que no lo son. Están convencidos que no pueden con el régimen y que solo les queda aceptar sus condiciones y pactar otra vergonzosa derrota.
LA POLÍTICA DEL FORO DE SAO PAULO IMPUESTA POR VÌA DE HECHO. CON RESPALDO ARMADO.

 Hoy estamos mejor que hace unos meses, se ha logrado un liderazgo interno que no se tenía (Juan Guaidò), el saco de gatos opositor continua, la pelea absurda y suicida por llegar primero a una meta imaginaria sigue, pero el problema es de tal magnitud que la unidad es una necesidad para sobrevivir y la presión internacional es lo único que nos queda, si la perdemos por no saber manejarnos, debemos prepararnos para una larga noche que ya tiene 21 años.


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