A 30 AÑOS DE LA CAIDA DEL MURO HAY QUIENES TODAVÌA NO SE HAN ENTERADO
Necesitamos un liderazgo para nuevos paradigmas.
La caida del Muro es la caida del comunismo, pero la gran falla en estos 30 años es no haberle dado al capitalismo un contenido social y hoy el populismo socializante resucita la antihistoaria. No es el Estado avasallante que propicia el comunismo, ni el precio de lo que se puede comprar el centro de la vida. EL CENTRO DEBE SER EL HOMBRE y la satisfacciòn de sus necesidades sin sacrificar la libertad, dando a cada quien la oportunidad de SER por encima del TENER. Necesitamos mercado abierto, justicia y equilibrio social.
Sin la productividad del capitalismo es imposible dar a todos lo que les corresponde.
30 años de la caída del Muro de Berlín, muchos teóricos estaban
convencidos que ese hecho histórico que libraba a la Alemania Oriental del
comunismo significaba el fin de la ideología
comunista y de la llamada “guerra fría”.
Tres décadas no han sido suficientes para poner fin a las ideologías, el mundo
de la política se sigue moviendo entre los conceptos obsoletos de izquierda y derecha,
de acuerdo a la visión social de los políticos. Es un enfoque que no dice nada,
un anacronismo que facilita una clasificación, una presunta ubicación, pero lo
cierto es que muchos izquierdistas actúan como derechistas y viceversa.
Un nuevo liderazgo adaptado
a esta época tiene que pensar más allá de izquierdas y derechas, ya se habla de
la nueva mentalidad ambidiestra porque puede utilizar lo positivo que hay en
ambas posiciones.
Ser ambidiestro significa tener la capacidad de manejar, aplicar y
moverse entre los dos tipos de mentalidad de liderazgo que existen en la
actualidad: incremental y exponencial.
“No es que uno reemplace al otro. La clave del éxito pasa hoy por
ser ambidiestro. Saber cuándo es momento de
actuar con mentalidad de líder exponencial y cuándo mantenerse como uno
incremental”.
¿Qué diferencias hay entre el liderazgo incremental y el
exponencial? El representante de Singularity University lo explicó de modo
sintético:
Liderazgo incremental: fija
metas reales; sigue un plan; minimiza los riesgos; estandariza; concentra las
decisiones; expande la autoridad; hace números.
Liderazgo exponencial: fija
metas ambiciosas; sigue una visión; maximiza el aprendizaje; personaliza;
empodera a los decisores; expande la influencia; hace crecer el número de
conexiones. Se trata de entender y
prepararse para los desafíos que vienen, con la particularidad de que los cambios
son muchos y se dan a una velocidad acelerada.
Mientras en las grandes
universidades del mundo se impone esta nueva visión práctica, en nuestros países
seguimos en una pelea absurda entre izquierdistas y derechistas. Los grandes
desafíos para la reconstrucción de una Venezuela destruida obligan al liderazgo
a utilizar las tecnologías y los principios exponenciales para poder sacar a Venezuela
del foso.
Son tan graves y complejos los problemas que tenemos que una visión
parcializada de izquierda o derecha condena la fracaso. Lo ejemplos los tenemos
con Venezuela (Izquierda) y lo que ocurre el Chile (Derecha)
Solo una postura de “ganar
ganar” de políticos, empresarios, sindicatos, organizaciones de desarrollo,
inversionistas, academias, universidades podemos superar los graves problemas y
superarlos sin caer en otros conflictos destructores.
Si queremos ingresar al
primer mundo tenemos que superar la pobreza como primera condición y se
necesita combinar políticas de mercado , capitalistas con una gran vocación social,
un paso más adelante del tradicional y dañino populismo.
No tiene ningún sentido
vivir en la miseria de la Venezuela actual, en una agonía por sobrevivir. Ni se puede caer en el juego de las izquierdas y
derechas que nada aportan, especialmente cuando la influencia de mafias
criminales y traficantes se hace màs
evidente en los centros de poder.
El mundo se mueve a la
abundancia, no la escasez, la tecnología ha cuadruplicado la producción de bienes
en el siglo XX . Nos movemos a un cambio acelerado, a la inteligencia
artificial, robots, biología sintética, blockchain, impresión 3D, medicina
digital y nanotecnología, entre otras especies y requiere de capacidades
especiales y los nuevos liderazgos tienen que “desaprender” tantas cosas inútiles,
preparase para poder navegar en un nuevo territorio, con nuevos mapas. Hay que
derribar prejuicios, barreras. Es imposible dar respuesta a un mundo cambiante
con una visión del siglo XIX, donde no existían las redes, ni el internet y que
la mayoría de la gente era analfabeta y necesitaban de líderes que pensaran por
ellos y fuesen su voz. Hoy todos esos conceptos se han superado y con el solo acceso
a internet se puede ser líder de sí mismo y crear redes de opinión, más allá del
periodismo y la política tradicional.
Quien no esté dispuesto a
desafiar las creencias tradicionales se queda en el pasado y esa es la razón de
la crisis del mundo actual, no hay respuesta de las élites a los nuevos
problemas, ni hay velocidad necesaria para adaptarse a esos cambios.
Todos los sistemas están cambiando
y no nos damos cuenta, miles de profesiones agonizan y aparecen otras. En muy poco tiempo el trabajo rutinario lo van
a ejecutar el robot y es muy posible que, en un mañana, no muy lejano, la política
sea cuestión de robots programados, actuarán sin margen de error, sin peligro
de corrupción y la inteligencia artificial y los algoritmos con los cuales trabajarían
los robots darían soluciones mil veces más eficientes que las que manejamos hoy.
No nos podemos imaginar lo que viene, pero si podemos estar seguros que el
liderazgo tal como existe hoy no responde a ese mundo que ya se nos viene
encima.
Entre las “predicciones” una de las más difundidas es
la que indica que hacia 2.045 se alcanzará la “singularidad”, esto es, el
momento en el que las máquinas llegarán al nivel de la inteligencia humana.
Y entre sus frases, una de las más famosas es que los
100 años de progreso que viviremos en el siglo XXI equivalen a 20.000 años del
siglo pasado (por la magnitud de los cambios).
Los cambios son
muy claros para quienes los quieren ver.
Por ejemplo
·
El proyecto genoma humano (para secuenciar
nuestros genes) empezó en 1.990, tardó 13 años en completarse y tuvo un costo
de 2.700 millones de dólares. Hoy, se logra lo mismo en 26 horas con un costo
de US$1.000.
·
En 1980, almacenar 1GB de datos costaba
US$437.000; hoy, 0,019 dólares.
·
El costo por vatio de energía producido
con placas fotovoltaicas pasó de US$76 en 1977 a 0,3 dólares en 2.015.
·
El procesador del último Iphone es 120 millones
de veces más rápido que las computadoras que la NASA utilizó para la misión
Apollo (1.961).
·
2.017 fue el primer año en el que los
dispositivos conectados a Internet de las Cosas superaron la cantidad.
·
de humanos sobre la Tierra. En 2.020 habrá
más del doble de aparatos que personas.
·
El primer receptor comercial de GPS en
1981 costaba US$119.900 y pesaba 24 kg; en 2010, un receptor individual de GPS
tenía el tamaño de un grano de sal gruesa y valía 5 dólares.
Y si hiciera falta algo más, cada minuto se añaden 100
horas de video en YouTube.
El futuro es de aquellos países que inviertan en tecnología,
que mejores la existentes, que registren inventos y patentes.
Mientras el mundo
avanza nosotros tenemos otros problemas de primitivismo y barbaridades , no
tenemos democracia, no tenemos elecciones libres, no tenemos producción de
nada, no tenemos servicios,, la educación no sirve, la salud es un sueño, nos
aislamos del progreso, nos convertimos en un territorio más parecido a Corea
del Norte que a Holanda , Volvimos a la
edad de piedra por obra de una casta política corrupta e ignorante, con una
mentalidad extractiva que sigue pensando que el progreso está en poseer una
mina de oro. El mismo mercantilismo del imperio de Felipe II.
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lA GRAN BRECHA ENTRE LA CIVILIZACIÒN Y EL ATRASO ES CADA DÌA MAYOR. |
Para estos
ignorantes Venezuela es un sepulcro y si los dejamos será así.
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