NUESTRA
SEÑORA DEL ROSARIO
PATRONA DE CÙA.
Y HABIENDO ENTRADO DONDE ESTABA ELLA, LE DIJO:”DIOS TE SALVE,
LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ES CONTIGO” (1) Con estas palabras el Ángel saludó a
María y los católicos hemos repetido esas palabras por más de 500 años.
Como lo recuerda el
Martirologio Romano el Papa Pío V ordenó en 1572 que se conmemorara anualmente
a Nuestra Señora de las Victorias para obtener la misericordia de Dios sobre su
Iglesia, para agradarle sus innumerables beneficios y principalmente, para
darle gracias por haber salvado a cristiandad del dominio árabe (Turcos) en la
victoria de los cristianos en la Batalla de Lepanto (Grecia) en el año de 1571.
Según el Papa, aquella victoria militar fue una respuesta del cielo a las
oraciones y procesiones del rosario organizadas por las cofradías romanas, en
el momento en que se libraba la famosa batalla, donde Don Miguel de Cervantes,
el autor de Don Quijote, recibió una herida y con ella su famoso
Apodo del “Manco de
Lepanto”.
En el año de 1573 el
Papa Gregorio XIII cambió en nombre de
las fiestas de la Victoria por el de fiestas del Rosario y determinó que se
celebrase el primer domingo del mes de octubre, día en que se había ganado la
batalla (7 de octubre de 1571). El 5 de
agosto de 1716, día de Santa María la Mayor, los cristianos infligieron otra derrota a los turcos en
Peterwardein (Hungría), por ese motivo el Papa Clemente XI extendió a toda la
Iglesia universal la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, el 7 de octubre,
pero celebrándola el primer domingo del mes.
En la Edad Media se saludaba
a la Virgen con el título de rosa (Rosa Mystica), como símbolo de la alegría.
Se adornaban sus imágenes, con ramos y coronas de rasas, en latín medieval ROSARIUM, es decir que el nombre
proviene de la ornamentación. Las cuentas que llevaban quienes rezaban con una
cuerda de nudos, al igual que lo hacían judíos y árabes, también se asocia al
nombre de la Virgen adornada con rosas y se denomina ROSARIO. Al comienzo esos
nudos eran muy sencillos, una simple cuerda, pero poco a poco se le agregaron
elementos de orfebrería y se le incrustan piedras preciosas, perlas, oro,
plata. Se acostumbraba como promesa a la Virgen dotarle de hermosas joyas en
forma de rosario.
En nuestro pueblo la Virgen del
Rosario tiene varios rosarios de oro 18 y 24 kilates, donados durante la
Colonia, los cuales forman parte del patrimonio de nuestra parroquia. Las Joyas
están a buen resguardo, pero en alguna ocasión el pueblo católico debería
conocerlas ( aunque sea en fotos) Clarificamos a los “señores del hampa” que
esas joyas no están en la Parroquia de Cúa, ni en poder del Cura Párroco, no
sea que pase por la mente de algún “malandrín” una idea infeliz. Hoy no hay
respeto ni por los valores más sagrados.
Nuestro pueblo de Cúa
durante sus primeros años de existencia como Capellanía, pueblo del partido del
Tuy arriba, se denominó como Santa Rosa
de Marín, en honor a la Santa Limeña y primera Santa de América. Esto ocurrió
entre 1673 y 1690, en este último año se hace la primera referencia escrita en
el libro más antiguo encontrado durante la Visita Pastoral del Obispo Don
Mariano Martí y como no habían documentos de fundación se tomó la fecha 18 de
octubre de 1690, como se acostumbraba entonces, esa es la fecha de la partida
más antigua encontrada por el Obispo en
su Visita durante el año de 1783. Santa Rosa de Lima continúa como Patrona de
Cúa hasta 1774, año de su elevación a Parroquia, donde se designa como Patrona
de Cúa a NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO y como Co-patrona” a SANTA ROSA DE LIMA,
quien ya era la Protectora del pueblo de Charallave.
En la visita Pastoral del
Obispo Juan José Escalona y Calatayud a Cúa se hace una reseña de las imágenes
que tenía el templo, su estado y condición y con referencia a la imagen de
Nuestra Señora del Rosario señala que la misma había pertenecido a uno de
templos caídos en Caracas por efectos
del terremoto de 1641, conocido como San Bernabé.
Comentarios
Publicar un comentario