No es un paquete, es la partida de defunción
de Venezuela
El costo político de las medidas.
Cuando
el Presidente Carlos Andrés Pérez
presentó al CEN de Acción Democrática su plan de ajustes económicos en 1989,
uno de los dirigentes del partido le preguntó: “¿Quién asume el costo político de
estas medidas? C.A.P. se sobrevaloró en
el poder de su liderazgo y dijo: “Yo lo asumo” Estaba confiado en que tendría el
apoyo de su partido y del país. Las medidas eran para darle a la economía un
vuelco, romper la dependencia del factor petróleo y entrar en el en mundo de modernidad
económica. Jamás pensó CAP que casi nadie estaba de acuerdo con hacer un
sacrificio para cambiar a Venezuela. Se confabularon todos: La derecha, la izquierda,
los notables, los comunistas, los copeyanos, los masistas e incluso su propio partido. Buscaron una excusa con una ayuda económica
de la partida secreta que se le dio a la señora Violeta Chamorro de Nicaragua para salir del
sandinismo, le hicieron un juicio, lo destituyeron, lo enviaron a la cárcel y
le abrieron el camino al Chavismo para que llegara al poder 10 años después.
Se perdió la oportunidad de hacer el cambio
necesario en nuestra economía a un costo muy bajo, no estaban las fuerzas vivas
de la nación dispuestas al sacrificio. Hoy en medio de esta catástrofe total
generada por las malas políticas aplicadas durante 20 años, con el agua más
arriba del cuello, Maduro de manera unilateral presenta, no un paquete económico
sino la partida de defunción de Venezuela, se le podía hacer la misma pregunta a Maduro ¿Quién paga
el costo político y social de este crimen contra Venezuela? Y él puede
responder lo mismo que CAP.”Yo lo asumo”, pero como Maduro jamás ha tenido
liderazgo propio, ni responsabilidad alguna, el costo también lo asume en
primer término las FF.AA, quienes en su interés crematístico no les interesa
que Venezuela se acabe definitivamente, lo asumen todos los chavistas, lo
asumen los empresarios que aceptan colocarse el mecate al cuello sin protestar,
lo asume la oposición por su falta de visión. Al final lo asumimos todos los
venezolanos que no hacemos nada en serio
para frenar esta locura.
Qué puede pasar, ya tocamos fondo, estamos en
lo peor de lo peor.¿ Cruzarnos de brazo y decir amen? O actuar con la misma
diligencia aplicada contra CAP. Es cierto no es la misma Venezuela, aquella ya murió.
Medidas tomadas por CAP-
Lo primero es poner en
contexto a los lectores, al salir el gobierno de Jaime Lusinchi, el país tan
solo tenía 300 millones de dólares en reservas internacionales, alrededor de
treinta días de importaciones de la época. Existían muchas cartas de crédito
vencidas, por el retraso de adjudicación de dólares preferenciales de RECADI,
el precio del barril de petróleo era de 11 dólares y escasez de productos de la
cesta básica por los controles de precios. Se habían contraído compromisos
deuda militar, provocado por fuertes compras no planificadas a raíz del
incidente de la corbeta colombiana Caldas, en aguas del Golfo de Venezuela, un
escenario económico nada favorable para un nuevo gobierno.
La primera medida
económica de CAP II, fue nombrar ministros no del partido Acción Democrática,
ni siquiera de la vida política, eran economistas jóvenes formados en las
mejores universidades del exterior gracias a un plan de su primer mandato, el
plan de becas Gran Mariscal de Ayacucho, entre ellos podemos nombrar a Miguel
Rodríguez, Moisés Naím, Eduardo Quintero, Gustavo Roosen, Carlos Blanco,
Gabriela Febres Cordero entre otros. Dichos jóvenes con visión de primer mundo
determinaron ir hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien en conjunto
determinaron una agenda de austeridad fiscal para el país, que combinado a un
proceso de privatización, perseguía deslastrar al estado venezolano de
actividades económicas que producían pérdidas, abultaban el dinosaurio de la
nómina pública y en fin, no eran la razón fundamental de un estado sano
moderno.
Sin lugar a dudas,
la medida económica más impopular, ya que significó el detonante de la
explosión social del 27 de Febrero, fue el anunció del aumento del precio de la
gasolina, ya que los transportistas aumentaron el pasaje aún sin haberse
aplicado el aumento. Es interesante recordar que jamás fue aplicado por CAP II,
por lo convulsionado de su mandato, sin embargo luego el Doctor Rafael Caldera
si la llego aplicar , el propio Presidente Chávez y ahora Maduro.
Entre los puntos de
la agenda del Fondo Monetario Internacional, era abrir a Venezuela a los
mercados internacionales, con lo cual debía eliminarse la inamovilidad laboral,
la cual fue aplicada el 1ro de Diciembre del 1989. Dicha medida generó
desempleo en la clase media y baja y para aquel entonces con los problemas
generados por el 27 de Febrero, además del efecto de crisis interna, retraso la
venida de los capitales extranjeros y por ende hubo una brecha que se convirtió
insalvable entre la generación de empleos y la respectiva recuperación
económica.
Mucho se ha dicho y
se ha de decir sobre el gobierno de CAP II, pero la evidencia más fuerte que
nos proporciona, es la importancia tanto de la medida como de la forma de
implantarla, muchas de estas eran las correctas y necesarias, sin embargo las
fallas en la implementación tales como: el tiempo ideal, explicar el beneficio,
así como sentar bases sólidas de respaldo a las mismas, provocaron que solo se
quedaran en buenas intenciones, algunas de ellas ni siquiera pasaron de estar
en planes maestros y otras no tuvieron el impacto deseado por los torpedos de
las fuerzas políticas del momento. Es necesario reflexionar como país y
entender que existen medidas económicas no populares, sin embargo pueden ser
crucialmente necesarias, en pro de una mejora a largo plazo, de hecho, ¿En qué
eventos de la vida personal no se requieren de sacrificios para tiempos mejores
en el futuro?.
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