Los diciembres de ayer.


                AQUELLOS DICIEMBRES.

 Los patines Winchester y las arepitas dulces  del maestro Candela.



El calor cunicular de nuestros valles tuyeros apenas llega diciembre se convierte en un fresquito, en las noches y madrugadas hace frio, de vez en cuando hay que sacar las viejas chaquetas, los suéteres y bufandas, totalmente innecesarias  en este caldera de vapor.

Aquellos diciembres llegaban con una alegría que se sentía en el ambiente, para muchos el mes más bello del año, con su música que lo caracterizaba: Los tradicionales aguinaldos y las parradas, a comienzo de los años 60 se impone en la radio una gaita zuliana que se llamaba La Cabra  Mocha, desde ese momento la gaita zuliana se hizo caraqueña, oriental, venezolana y entró a formar parte de nuestro inmenso repertorio musical decembrino.
                            La cabra mocha
 Pero lo que caracterizaba aquellos años 50 y 60 eran las nueve misas de aguinaldo, una tradición muy venezolana que arrancaba el 16 de diciembre y terminaba el 24, cada misa tenía el patrocinio de un gremio: Los comerciantes, los sectores públicos, las líneas de camionetas y autobuses, las escuelas y liceos ,los hacendados y los industriales. Toda la sociedad civil asumía la responsabilidad de aquellas misas madrugadora, donde se daban cita todos los habitantes, especialmente la juventud, donde se destacaban los patinadores con aquellos patines marca  wínchester de llave graduable, con cuatro ruedas de rolineras, se ajustaban al tamaño del pie. Tradicionalmente al terminar la misa se iniciaba la patinata y el caminar por las calles del pueblo, se llegaba hasta las casas de los que hacían un condumio propio de esas fiestas Las arepitas dulces, anisadas acompañadas del café. Recuerdo a Don Candelario en la calle San José, al que le decían Maestro Candela. Hacia una arepitas fritas a cuatro por  1,00 Bs. Café a 0,25 un mediecito.

Era bella esa  tradición que se fue perdiendo poco a poco, hasta que la violencia y los robos la obligo a buscar la luz del día, ya que madrugar es muy peligroso en territorio de malandros. Ya no hay patinadores y las arepitas no se pueden hacer por falta de harina de maíz, de papelón y de anís.
 Hay que recatar esta tradición, volver a repetir eso bellos momentos de las misas de aguinaldo con aquel insustituible sabor, olor y sonido de nuestro pueblo.
 Aquellos diciembres eran la gran fiesta.


Comentarios

  1. Años 60s,camposcpetroleros de Lagunillas, Zulia, era una tradicion las patinatas al salir de misa de aguinaldos en la Iglesia Santa Rosa de Lima, frente a la carretera Lagunillas-Ciudad Ojeda. Epoca irrepetible. Ah, y mis patines eran Union 5, los Winchester estaban fuera de nuestro alcance. Eramos muy felices.

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