PALABRAS DEL PROFESOR MANUEL V. MONASTERIOS G. EN EL PRIMER REECUENTRO DE CUEÑOS.
EL 28 SE SEPTIEMBRE DEL 2014.
Muy buenas tardes
Quiero iniciar estas cortas palabras agradeciendo a Dios la gracia de habernos permitido efectuar este primer reencuentro de cueños
Agradecimiento a la Alcaldesa y a los funcionarios que han aportado. Lic. Adyanis Noguera, Lic. Iván, Cedeño, Dr. Ricardo Toro Mendoza, Sr.Carlos Lara.
Agradecimientos la parroquia en la persona del párroco: padre Manuel Pérez Quintero
Cueñas y cueños, invitados especiales, Señoras y señores.
Siento una profunda alegría al ver que nos hemos podido reunir como hermanos que teníamos tiempo sin vernos, pero que siempre están presentes en nuestros pensamientos a los cueños, Reunirnos en este representativo lugar cobijados por el manto de nuestra excelsa Patrona La Virgen del Rosario, acompañados por la tradición más importante de estos valles representada por el Nazareno de Lecumberry, quien por primera vez sale de su santuario sin ser un Miércoles Santo, hecho único que podemos interpretar como si El Nazareno también quiso venir a este reencuentro de los cueños, porque él también es Cúa.
Aquí estamos sin diferencias, unos que por razones diversas viven fuera del terruño pero que siempre llevan Cúa en lo más profundo de sus sentimientos y quienes seguimos en nuestro pueblo luchando y soñando con un futuro mejor. Aquí reunidos para vernos, abrazarnos como hermanos, recordar a aquella Cúa que se nos fue y no nos dimos cuenta y la cual queda en los más caros recuerdos que endulzan la existencia. Todos en una sola Voz “Somos Cúa” demostrando así que el sentimiento de cueñidad sigue vivo y está por encima de todo, Hoy como hermanos a la vera de nuestro amado templo que es historia viva y trabajo de los cueños por varias generaciones, en esta plaza, la fundacional, la que fue mercado, la que llevó el nombre del prócer civil de nuestra Independencia; Juan Germán Roscio y hoy orgullosamente lleva el nombre de uno de los cueños más grande que parido esta tierra El Valiente Ciudadano General Ezequiel Zamora, aquí al pie de su estatua que también es historia viva porque fue ordenada por el general Guzmán Blanco al famoso escultor francés Vital Debray, escultor entre obras de la estatua ecuestre de Napoleón, Estatua que tiene su propia historia que estuvo en Caracas en la plaza de abril o capuchinos y llegó a Cúa en 1959 por iniciativa de presidente municipal Don Natalio Maurell , los concejales de la época y familiares del general Zamora representados por el coronel Oscar Zamora Conde.
Reunidos en este sitio donde los estudiantes pasábamos las noche con una sillita de extensión, un termo de café, estudiando, haciendo de piso de la plaza un enorme pizarrón, así recuerdo a Hugo Gómez, al lamentablemente fallecido Miguel Minicozzi, a Roberto Izquierdo, a Oscar Mijares, a Maritza Zarrameda, a Zenaida Pérez (Mito) ,a Elvia Delgado entre otros. Esa plaza Zamora de ayer, con sus calles aledañas como San José, viene a nuestra memoria La escuela María de Jesús Castillo, El Restaurant Demócrata de los hermanos Rafael y Antonio Delgado , La Casa Amarilla de Santana y Antonio Mirabal. El bar Continental de Don Luciano García con su famosa rock ola que tanto influyó en nuestros gustos musicales por el bolero y el tango y su insuperable guarapita, la esquina de Don Miguel Borrajo, un cuense que nos llegó de Galicia con su esposa Alejandra y su hijo Miguelito, al frente en la calle Zamora la tienda de Don Chucho Requena, hoy supermercado Ponte, la casa comercial de Don Mateo Garófalo, la desaparecida casa parroquial obra del padre Molina, la tienda de otro cueño nacido en Italia Don Miguel Pacífico, La tienda “La Negrita” de Don Ladislao Serrano, al frente en la calle Bolívar el Cine de Don Estanislao Mijares, la casa de doña Luisa Tabasque donde todos los muchachos de la época nos reunimos a departir, la casa de la familia Requena y al frente la hermanas Santaella quienes hacían las mejores camisas y pantalones que los muchachos de la época usábamos, cuando todavía no existían las grandes marcas. En ese entorno lleno de gratos e imborrables recuerdos, venimos hoy a reencontrarnos, a reconocernos como hijos de una misma madre generosa, paridora de un procerato único en el estado Miranda el cual se inicia con José María Carreño, Ezequiel Zamora, Cristóbal Rojas, los tres en el Panteón Nacional, continúa con Emma Soler, Obdulio Álvarez, Juan España Delgado, Ramón Armando Rodríguez Lugo, Lope Díaz Milano, María Teresa Castillo, Miguel García Mackle, Alejandro Díaz Milano, Guillermo Ramos Rangel, Luís Ordaz, Evencio Castellanos Yumar, Juan Alberto Paz, Cruz Alejandro Villegas, José Rafael Palacios, Teodomiro Rivero, Rafael María Fuentes González, Esnaldo Ávila, Elena Quiroba, Pedro Medina Silva, Migue, Josefa Rojas (Fina), Leopoldo Palacios, Francisco (Pancho) Prin, Ángel Custodio Serrano, Rogelio Bianco Díaz, Omar Almeida. Samuel Baroni, Belén Santaella Alvis, Néstor Chávez, Martín Oliveros, Baudilio Díaz, Florencio Antonio Guzmán Sequeda, Oscar Ramón Caballero Guitian, Pedro Pablo Muñoz para mencionar algunos de los más descollantes, solicito me dispensen porque estoy seguro que no los he nombrado a todos. Sería interminable la lista de valores que ha dado Cúa a Venezuela y al mundo y también en las nuevas generaciones que hoy ocupan lugares destacados en todos los quehaceres. Cúa es una madre que todo cueño o cueña lleva en lo más profundo de sus afectos.
. Parece una tontería, a simple vista, darle tanta importancia a ese vínculo con la tierra de nuestros apegos, con este pueblo que quiere ser ciudad pero no termina de dar el paso definitivo, es cierto que el pueblo de Cúa que nosotros llevamos en nuestros más altos recuerdos ya no existe, desapareció se lo llevó un espejismo de una mal llamado progreso, podemos afirmar que nos está devorando Caracas, nos desdibujamos como comunidad, venimos recorriendo una parábola que empezó con la llegada de nuestros aborígenes los Quiriquire, sufre su primer impacto con la venida de los conquistadores y los esclavos africanos, origen de la capellanía del valle de Marín, primera fundación, con la enorme producción de cacao que permitió a los amos comprar sus títulos nobiliarios de condes y marqueses, el segundo impacto lo recibimos durante la guerra de Independencia, la cual se tornó en el Tuy en una guerra de clases, de odio destructor, de matanzas como las ocurridas en Charallave y Ocumare, los esclavos arremeten contra las haciendas y desaparece el modelo de sociedad colonial con 300 años de existencia, fundamentado en la explotación de la mano de obra esclava.
Se necesitaron más 30 años para empezar a sentir la recuperación de la hecatombe independentista, pero en ese momento el producto bandera, generador de la riqueza no era el cacao, es el aromático café y la caña de azúcar, conjuntamente con los frutos menores y Cúa empieza de nuevo a remontar la dura cuesta del progreso, a crecer en lo económico y llega a ser la población más floreciente de los valles del Tuy, se le conoció como “La Perla del Tuy”, 1853 adquiere autonomía política y crea el primer Distrito y el primer Concejo Municipal presidido sucesivamente por los señores: Benjamín Rodríguez, José María Aguilar y Juan Bautista Fonseca con el nombre de Guzmán Blanco, en esos años de bonaza se produjo el tercer impacto devastador, demoledor, no fue el conquistador español que sometió a sangre y fuego a los caribes y explotó al esclavo no fue la guerra sangrienta, fue la naturaleza implacable la que no dejó piedra sobre piedra una próspera ciudad, que llegó a tener casas comerciales que hacían de bancos y una sociedad liberal de mejoras, surge entonces la leyenda de siempre la maldición del cura, la tendencia pesimista de culpar a una fuerza extraña a nosotros y así se inicia de nuevo un largo proceso de lenta y difícil recuperación, como el mito de Sísifo subir y caer , para volver a empezar hasta el infinito El Distrito Guzmán Blanco tenía en 1878 una población de 18.000 habitantes después del terremoto a habíamos bajado a 5.000 en 1885, ya no era el café el producto principal, llegó el ganado por el camino del llano, las llamadas puntas llegaban Cúa para engordarla y seguir su camino hasta los mataderos de Caracas. Aquellas solariegas haciendas reciben el Cuarto impacto: la tala indiscriminada, se cometió un ecocidio contra miles de árboles que daban sobras al cacao y al café, cedro, caobas, veras, mijaos centenarios se transformaron en rolas, tablas, viguetas y leña, los arbustos en carbón todo para suplir el mercado caraqueño, para la construcción, para los muebles, se talaron las vegas tuyeras para hacer potreros ganaderos, sin embargo, a pesar de todo se seguía produciendo muchos alimentos, la mejor caraota de Venezuela se producía en los campos entre Cúa y San Casimiro se nos llamó La Despensa y el granero de Caracas”. Maíz, papelón, aguardiente, frijoles, verduras, frutas huevos, pollos y gallinas salían del Tuy
El siglo XX trascurre con una merma creciente en la producción de rubros tradicionales, Caracas se hace pequeña y necesita descongestionarse de industrias y continuamos nuestra parábola, que había arrancado con el cacao, ésta vez buscando, con la instalación de industrias manufactureras, el camino y la consolidación definitiva. Una hacienda como Marín pasó por el cacao, el café, la caña de azúcar y el ganado para pasar en los años 70 a parcelamiento industrial. Lamentablemente ya el producto principal de Venezuela no era ni el cacao, ni el café, ni la caña de azúcar, dominaba el oro negro y nos hicimos un pueblo rentista, imitando a los señoritos del período colonial que consideraban el trabajo como afrenta, se nos vendió la idea que éramos un país rico y nos dedicamos al consumo de importaciones, producir ya no era rentable, la agricultura de puertos acabó con los campos. Se perdió la vocación agrícola y con ello las ganas de trabajar, nuestros caseríos apenas producen en sus conucos un 5% de las necesidades de consumo, se fueron convirtiendo barrios periféricos hasta que la moto sustituyó los caballos y los burros. La agonía de Cúa en esta parábola pasando de un período a otro sin consolidar ninguno, con una vocación autodestructiva. El quinto impacto fue entregamos en brazos de un proceso inexorable de “modernismo “sin la adecuada planificación urbana y social .El llamado PERIODO INDUSTRIAL” inicia su decadencia a partir del llamado “viernes negro “en febrero de 1983.
Las fábricas empiezan a cerrar por diversas razones. El desempleo hace su fatal aparición, conjuntamente con la inflación, enfermedad de la economía que se come el poder adquisitivo de los más débiles. Con una vocación autodestructiva, que nos lleva a empeñarnos en acabar con todo lo anterior, para que según nazca lo nuevo. Así la producción de cacao desapareció para dar paso al café y a la caña. Este modelo desaparece para crear la ganadería y el modelo agro-pecuario desaparece para que la industria ocupe su lugar y es muy probable que la industria desaparezca para dar paso a urbanizaciones residenciales y centros comerciales y así la noria de las indefiniciones nos lleva a ser “Un barrio de la llamada Gran Caracas “para que así se inicie un nuevo período. Tal vez el ferrocarril del Tuy, está señalando nuestro destino: Nuestro pueblo terminará su parábola, la cual empezó en 1690 con siembra de CACAO, inevitablemente en el siglo XXI nos trae el último de los impactos sin estar preparados y nos convierte en ese eufemismo que llaman “CIUDAD DORMITORIO”. El desafío de los tuyeros , de los cueños de hoy es primero entender que no podemos ser un archipiélago de seis islas sin ninguna integración, hay que trabajar mancomunadamente para hacer del Tuy la ciudad más sustentable de Venezuela, la más moderna por la calidad de vida y servicios, por sus parques, por su seguridad ciudadana, por su atención a niños, discapacitados y ancianos, por sus buenos colegios, por sus eficientes hospitales, por su red vial, por todos los avances que hoy aspiramos-UNA CIUDAD SÓLO PUEDE ENCONTRAR SOLUCIONES DE FUTURO A PARTIR DEL MOMENTO EN QUE SABE LO QUE QUIERE SER. Esa ha sido nuestra falla, las indefiniciones por ausencia de planificación, hemos perdido las oportunidades, nos dejamos llevar por la improvisación, en 50 años no hay un verdadero plan estratégico para incorporarnos a la Caracas metropolitana como una ciudad integrada, por ejemplo el Plan Maggi para las aguas servidas y evitar la contaminación del río Tuy, se quedó simplemente en un plan, en la gaveta de algún escritorio. Nos hemos dejado tragar por esa megalópolis caótica en que ha convertido Caracas, estamos dejando que nos devore, que se trasladen los problemas de la Capital al Tuy, en eso tenemos más medio siglo. Ahora nos llega el ferrocarril, nos estamos llenando de nuevas urbanizaciones, simplemente crecemos pero no nos desarrollamos como ciudad. Nos empeñamos en servirle a la capital a cambio de muy poco. La solución al problema de la vivienda no es solamente hacer casas, apartamentos se necesita urbanizar racionalmente para ser una verdadera ciudad. Tenemos medio siglo a la deriva y parece que estamos condenados a esas indefiniciones que cierran el desarrollo sustentable.
¿Seremos definitivamente un barrio periférico de la ciudad de Caracas, sin perfil, sin historia y sin calidad de vida que ofrecer? Sería una lástima, pues tenemos todo para ser diferentes, mejores y sin los graves problemas de la capital. Pero tal vez nos fallan las ganas, la voluntad de lograrlo o la visión necesaria para transformarnos en una verdadera ciudad.
¿Estamos dispuestos a seguir como el “patio trasero de Caracas”? Lo que llaman despectivamente el cuarto de los “cachivaches” Creo que no, creo que hay un deseo positivo de progreso, se evidencia en cado uno de los que estamos en el tarde reunidos en este reencuentro, se evidencia en la propuesta de renovación urbana del casco histórico de Cúa propuesto por la Alcaldía en la persona de la ciudadana Alcaldesa Adyanis Noguera, en el marco del bicentenario del nacimiento del general Ezequiel Zamora.
El centro histórico de una ciudad, es parte de la historia viva que consigue trasmitir sentido de pertenencia, emociones como el orgullo de compartir un patrimonio cultural, artístico, arquitectónico y social, es la conservación de los monumentos, revitalizando el pasado, acercándonos a nuestros orígenes. El Centro Histórico es un archivo vivo enraizado profundamente en la historia como fundamento de la aspiración de modernidad y el referente del modelo de ciudad que merecemos. En primer término debo manifestar que un proyecto de esta magnitud tiene que partir de una visión optimista que permita superar el estigma del pesimismo que siempre ha pesado sobre Cúa, incluso de la inveterada conseja de la “maldición del cura” y el estado anomia colectiva que nos dice a los cueños que: “Es muy poco lo que se puede hacer”, “Que esto no tiene remedio”. Hay que sensibilizar a la opinión pública para que todos los habitantes del municipio, todos los cueños, sientan el proyecto de renovación como algo propio, necesario, impostergable y generador de una nueva forma de vida, con mayor calidad, de mejores ingresos por emprendimientos que hoy serían imposibles de acometer y de revalorización de todos los inmuebles y propiedades, en especial los directamente afectados.
Es indudable que este centro histórico renovado necesita el enfoque macro del Tuy como unidad donde inevitablemente se desarrollaría la nueva ciudad del Tuy, con las posibilidades ciertas de planificar y construir una ciudad sustentable en lo ecológico, la más moderna de Venezuela con todos los servicios, pero respetando las raíces históricas y culturales de los seis núcleos que hoy tiene el Tuy (Charallave, Cúa, Ocumare, Yare, Santa Teresa y Santa Lucía). El Tuy como ciudad rompería el aislamiento tipo archipiélago para convertirse en una ciudad en red, bajo este novedoso concepto los centros históricos adquieren una dimensión integral con nuevos paradigmas que superan visión exclusivamente consumista que han hecho, por diversas razones, especialmente la inseguridad que los Centros Comerciales sean el epicentro de la vida ciudadana, lo cual es algo totalmente artificial, deshumanizado y que termina dándole la razón a la visión pesimista que abandona espacios abiertos y hacen de las ciudades campamentos de gente, amontonamiento de personas y no el lugar grato para vivir, criar los hijos y ser felices.
Podemos afirmar que el proyecto en forma de Z con la característica del boulevard el cual tiene una dimensión longitudinal, con un área de influencia en todas las manzanas del centro histórico, el cual también tienen su valor histórico como la Gruta de Nuestra Señora de Coromoto, la casa donde nació el gran músico Evencio Castellanos, las casas de nacimiento de Cristóbal Rojas y el general José María Carreño entre otros.
Señores no quiero alargarme más para que podamos disfrutar informalmente de nuestro reencuentro, mil gracias a todos por venir, a la alcaldesa por asumir el reencuentro y hacerlo parte integral del programa de las fiestas patronales, me gustaría tener el correo electrónico de todos, su teléfono y les invito a ingresar la página web www tuymiciudad.com; el blog Tucuy.com, mantener el contacto por Facebook para nuevos eventos. Dios y la Virgen del Rosario bendigan nuestro pueblo, a todos sus hijos, sus familias y autoridades. Hagamos del presente el acicate para lograr un futuro mejor. Cúa somos todos.
Muchas Gracias.
NOTA:
Hace dos años llegó a mis manos un proyecto de remodelación urbana, el cual se presentó en el primer reencuentro de cueños, se efectuó en la plaza Zamora el 28 de septiembre del 2014, han trascurrido dos años, yo manifesté mi apoyo al proyecto, incluso manifesté que era un sueño que tenía guardado desde hace mucho tiempo, pero lamentablemente creo que ese sueño se tornó en pesadilla. Sigo creyendo que el progreso de nuestra población y de El Tuy pasa por planes coordinados de renovación urbana a nivel de la sub-región y de las distintas poblaciones, equilibrando el pasado histórico y proyectando el futuro con nuestras fortalezas, pero en esta oportunidad, lamento decir que me siento frustrado y mi sueño pasa nuevamente a la gaveta.
Mi pregunta hoy: ¿Será que realmente en Cúa hay una fuerza negativa (maldición) que impide el progreso?
O somos un pueblo conformista y cómodo que no nos importa lo mal que nos traten nuestros gobernantes.
Ojalá que con el apuro por el Bicentenario del general Ezequiel Zamora, en febrero del 2017, no termine en una chambonada más, indigna de Cúa y de nuestro prócer.
LA OBRA ESTA ALLÍ, JUZGUE USTED SI RESPONDE AL PROYECTO ORIGINAL Y SI ESTÁ LA ALTURA
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