LA PESTE DE LA DESCONFIANZA.
Cuando se escibiò esta crònica no existìa la figura de Juan Guaidò. Después de 10 meses sufre los efectos de un desgaste Està a tiempo de cambiar la historia o pasar como "Presidente `por 11 meses".
Cuando se escibiò esta crònica no existìa la figura de Juan Guaidò. Después de 10 meses sufre los efectos de un desgaste Està a tiempo de cambiar la historia o pasar como "Presidente `por 11 meses".
Ética y Política
“La política es el arte de conquistar el poder y
perpetuarse en él, a cómo sea. El político por definición, para adueñarse del
poder utiliza todas las herramientas a su alcance, por deshonestas que sean:
calumnia, intriga, soborno, toda artimaña es válida. El fin, el poder,
justifica los medios”, lo afirmó
Maquiavelo y lo confirma la actuación de muchos políticos en el mundo.
Ya nadie cree en la palabra y el juramento de un
político no vale nada, las alarmas del descontento y la desconfianza se
traducen en rechazo y apatía, es un círculo vicioso de perversión, una enfermedad crónica
Las últimas encuestas indican que la
desconfianza política es uno de los principales sentimientos que la ciudadanía
señala para referirse a la política. Ante
la catástrofe nacional y es desmoronamiento institucional de la República es
comprensible que en éste triste y doloroso escenario, los partidos
políticos estén soportando su más dura crisis, al punto que ya no se perciben
como los vehículos apropiados para movilizar la opinión ciudadana, han perdido credibilidad,
hay un fenómeno de desconfianza y de atribuir a los partidos la culpa de todos
los males, la razón de fondo es que los partidos están hechos para la vida en
democracia y no para lidiar con una
dictadura de corte totalitario, cruel y mal intencionada.
Los partidos opositores viven el dilema entre actuar en una democracia inexistente o declararse en rebelión contra la dictadura,
esa contradicción los carcome, hasta el punto que en el día de hoy, un amplio sector de la población no sabe si
ir a unas elecciones “aliñadas” o declarase en abstención activa, que es algo
más que abstención rabiosa.
Las conversaciones de Santo Domingo terminaron
en nada, como siempre se supo, el perverso objetivo del régimen era desgastar y
dividir a la oposición , desde el primer día estaban preparados para no ceder
en ninguna de las peticiones de la MUD, eso coloca a los representantes
opositores como interlocutores ingenuos o complacientes al no tener claro la
bajeza de los actores del régimen,
quienes siempre manipularon las
informaciones, las fotos y su poder comunicacional para presentar una oposición
arrodillada y servicial que encontraba eco en las redes.
Después
de meses perdidos nada se logró y lo peor la oposición sigue sin presentar un líder,
algo más que un candidato, para conducir, tal vez el proceso político más difícil
y complicado en los últimos 100 años. La complejidad está en el cierre definitivo
del camino electoral, no hay forma por esta ruta de salir del régimen madurista, no por falta de votos opositores
sino por la imposibilidad de hacerlos valer y poder elegir con decencia. La oposición
no puede ir a un matadero donde los resultados ya están cantados, el régimen está
dispuesto prologar su periodo “Como sea” con la intervención de todos los
poderes y del militarismo. Pero la actitud política obliga no a una abstención pasiva
de brazos cruzados, la oposición está forzada a mostrarle al mundo que somos mayoría
que nos niegan el derecho a elegir y que no participamos de comparsa en una
farsa. Es necesario enviar un mensaje contundente a la comunidad internacional
que nos apoya. Pero necesitamos primero que nada coherencia, sentido de unidad
y sumar a todo el país en esta estrategia.
Si bien es cierto los partidos políticos alrededor del mundo están
heridos de muerte y pareciera que no hay marcha atrás. Este tipo de
organizaciones jerárquicas han sufrido fuertes sacudidas a consecuencia de las
nuevas tecnologías, las redes y las dinámicas
sociales propias de nuestros tiempos, sin embargo no hay, por ahora, en Venezuela otro instrumento de concreción de
la lucha para salir del “militarismo-madurismo”.
Se necesita una reingeniería de los partidos, que
los políticos le den más importancia a los principios olvidados, el pragmatismo
es algo inherente a la política, pero si no hay principios todo se derrumba y
domina la desesperanza del colectivo, La clave es el renacer de la confianza, es un asunto de
supervivencia de la República y la urgencia es para ayer.
NOTA: El tiempo se agota y convocar una manifestaciò para hacer una tarimada agrava la situaciòn, o se juega a fondo o hemos perdido el tiempo. No hay otra motivaciòn que poner fin a la usurpaciòn.
NOTA: El tiempo se agota y convocar una manifestaciò para hacer una tarimada agrava la situaciòn, o se juega a fondo o hemos perdido el tiempo. No hay otra motivaciòn que poner fin a la usurpaciòn.
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