Crónicas de Charallave
Alejandro Urbano Cabriles
Charallave 18 de marzo de 1925- 26 de enero de 2018
Por: Esteban Trujillo Cruz
Sin duda alguna, hombres y mujeres con sus luchas y trabajos van dándole forma a la historia de los pueblos y poco a poco, esa misma manera se va determinando el carácter que marcará la vida de una sociedad. Marcará su conducta y registrará su identidad e idiosincrasia. Charallave no escapa de esta realidad y es por ello que por muchos años nos hemos dado a la tarea de registrar los acontecimientos, así como los pormenores de sus habitantes a través del testimonio oral, de la conversación amena, de la crónica hoy olvidada por los mandatarios de turno en el municipio y tan necesaria para las generaciones futuras.
Queremos que los acontecimientos y hechos aquí narrados son momentos que de alguna manera marcaron la vida de nuestros invitados, hechos que hasta hoy solo habitaban en él, y que ahora lo narra para que esos recuerdos formen parte del desarrollo histórico de nuestro pueblo.
Yo nací un 18 de marzo de 1925, en Charallave en lo que conocemos como calle de atrás o calle La Estación, donde mismo construyeron el dispensario Dr. Ramón Figuera, lamentablemente personas sin corazón o ignorantes de nuestra historia, me refiero a la historia de Charallave le cambiaron el nombre, eso a mi modo de ver no se puede, eso nunca se llamó mamá Pancha, él siempre fue y para los charallavenses seguirá siendo Dispensario Dr. Ramón Figuera, debo aclarar que cuando yo nací en ese lugar lo que existía era un ranchón; el dispensario lo hicieron luego, muchos años después de yo haber nacido, en el gobierno de Don Rómulo Gallegos.
Yo soy hijo de Florentino Urbano Palacios, quien era natural de este pueblo de profesión agricultor, recuerdo que estando yo de pequeño mi padre tenía una parcela en la Mata Primera, donde trabajábamos la tierra y hacíamos carbón, el cual vendíamos al Sr. Félix Otamendi quien tenía un camión al igual que el Sr. Enrique Bello, al igual que Nicolás Otamendi, ellos tenían camiones y se encargaban de sacar el carbón de La Mata; cuando nosotros queríamos sacar nuestras cosechas teníamos que tener un permiso del inspector de campo al que llamaban La Concha, este Sr. Cuidaba las tierras y el recorrido lo hacía a caballo, también tenía un ayudante, el que infringía la ley lo llevaban para Ocumare Preso.
Mi padre y mis hermanos hicimos un hoyo de carbón dentro del monte en una época que habían prohibido el corte de leña y este Sr. Por información de su ayudante se llevó preso a mi padre para Ocumare donde estuvo recluido tres días, después de esto no hicimos más carbón, ni sembramos más nada. Y un buen día mi padre recogió la familia y nos fuimos para Caracas al barrio El Clavario del Valle, por ahí pegado al barrio Zamora, donde permanecimos desde el año 1943 hasta 1958 fecha en que cae el gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez, época en que nos regresamos para Charallave; para este mismo lugar donde nos encontramos conversando hoy, de esto han pasado 50 años. Mi padre nos acompañó hasta sus últimos días.
Mi madre Juliana Cabriles de Urbano, dedicó toda su vida a levantar a sus hijos, sin fortuna, pero si con mucha dedicación, era madre de 7 hijos, los que levantó dentro de un orden católico, ya que era muy religiosa. Mis hermanos Cleotilde quien vivió en el barrio Los Olivos, hoy lamentablemente fallecida; Manuel Vicente “Cho” quien reside en Charallave Sector La Horquilla, gran aficionado al tambor y quien asegura haber tocado tambor con el diablo. También esta Ricarda lamentablemente también fallecida, quien vivió en el sector de Madosa, y por último mi hermano Nicolás quien era el quinto de mis hermanos y murió en El Valle de Caracas; Mario Aristóbulo también fallecido en Caracas.
Yo me fui para Caracas de pantalón corto y no me daban trabajo porque tenía Pantalón corto, esto era una manera de descubrir que uno era mayor de edad. Fue entonces que un tío mío, José Vicente Urbano me compró un pantalón largo y fue así que entre a trabajar en una arenera que estaba en Valle Abajo, recuerdo que mi tío corría con todos mis gastos, zapatos, ropa, comida, cama, pero no me pagaba, prácticamente él me crío. Esto duró hasta que conseguí trabajo en el Cine Roxi del Valle como portero, en este trabajo estuve un lapso de tres años, en esa época nació mi hijo Orlando. Luego Pasé al embalse La Mariposa en este trabajo duré dos años, pasando luego al Hipódromo La Rinconada, como ayudante de las líneas de agua; yo conocí el Hipódromo cuando eran vaqueras que las trabajaban los isleños. Recuerdo que estaban sembradas de millo de ambos lados, esta gente que habían llegado procedente de las islas Canarias trabajaban la tierra y pastoreaban ganado, eran gente muy trabajadora, sin duda alguna una gran emigración. En el hipódromo ese trabajo era con una contratista en la que duré dos años ya que se le había vencido el contrato.
Antes de la caída de Pérez Jiménez, cuando empezó a calentarse Caracas nos vinimos a Charallave. Yo aún era joven cuando fui al entierro del Coronel Carlos Delgado Chalvou, y recuerdo que todo el que llevaba una camisa roja lo metían preso, eso lo vi yo en la Roca Tarpella. Cuando Wolfang Larrazábal, yo trabajé en el cabotaje en Los Teques en el plan de emergencia, en ese plan se prestaba para que muchas personas cobraran sin trabajar, y había quienes cobraban en dos y tres partes diferentes, yo cobré, pero trabajé en la construcción de un colegio en Los Teques.
Déjame decirte que también presidí un equipo de bolas criollas La Vera, lo que me permitió jugar en diferentes localidades del Tuy, tales como Ocumare, Cúa, Las Brisas, Paracotos, La Magdalena, en ésta última localidad me gané un becerro ya que nosotros no apostábamos dinero sino el consumo, el sancocho, la cerveza, etc. Recuerdo que el becerro lo traje de La Magdalena a pie hasta Charallave, una vez en casa, le indique a uno de mis menores hijos que lo llevara para la quebrara, para que el animal pudiera comer y tomar agua, dado que la calle en la que nos encontramos en este momento es muy inclinada el animal, luego que tomo impulso, no se pudo detener, trayendo como consecuencia un aparatoso choque contra un vehículo que iba por la calle Bolívar y el animal se frenó contra el carro hundiendo una de las puertas y rompiendo el vidrio, dado que yo no podía con los gastos del vehículo, el Sr se cobró con el becerro, es decir cachicamo trabajó pa´lapa.
Una vez de regreso en Charallave empecé a trabajar en la Ferretería de los Hermanos Pérez, con Carlos José Pérez, donde duré 13 años de obrero cargando cemento por 12bs diario, luego con el decreto de Caldera en su primer gobierno pasé a ganar 15bs. Pero esto fue después de los años 1970.
Yo me casé en 1945 con Angelina Liendo, de cuya unión nacieron 7 hijos, Alejandro Xiomara, María Cristina, Alfredo, Jesús Enrique, Iván y Alcides. Después que mi primera esposa murió, me casé con Máxima Martínez de Urbano de cuya unión nacieron Gladis, Orlando, Beatriz José Luis, Mario, José Gregorio, Jesús Alfredo, Ronald, Jesús y Rony José, de los cuales 6 han ido al ejercito por lo que creo que hemos aportado una buena cuota de servició a la patria.
Yo te voy a decir sinceramente Charallave ahora es que es pueblo antes eran tres casas, cuando el gobierno de Rómulo Betancourt ya nosotros estábamos en Charallave. Los Carnavales de aquella época eran mejor que los de ahora, se bailaba en las calles y existía un respeto por las demás personas, se jugaba con agua, pero entre conocidos. En el pueblo abajo había un camión y en la Plaza vieja otro camión a cada uno le montaba 10 o 15 pipotes y los llenaban de agua cuando se encontraban empezaba la guerra de los tobos, pero entre ellos, así era el carnaval antes. Semana santa siempre fue muy bonita, yo fui cargador de todos los santos cargaba el viernes de concilio La Dolorosa, el domingo Jesús en el Huerto, que lo traían de Pitahaya y lo arreglaban donde José Antonio Méndez, el lunes Jesús en la columna, que salía de Chupulún y lo arreglaban en la casa de la familia Marrero, el martes Humildad y Paciencia que lo arreglaban en la iglesia, y estaba a cargo del Sr. Antonio Jesús Bello, hoy difunto, miércoles la Nazareno cuyo presidente era el Sr. José Figuera en el Pueblo Abajo, éste santo era de mucha importancia dada la cantidad de personas que acompañaban este paso, venían a pagar promesa desde muy lejos, de otros pueblos, el jueves santo El Cristo que lo arreglaban frente al dispensario Dr. Ramón Figuera y los responsables eran la Sra. Doña Carmen María Rocha y el Sr. Tito Delgado hoy ambos fallecidos, El viernes el santo sepulcro, que salía desde la casa de Jesús María Pérez frente a la actual ferretería las cuatro esquinas, en la actualidad lo tiene el Sr. Carlos Vargas y su Sra. Madre missia Rosa Pérez de Vargas, ahí terminaba la semana santa o semana mayor. Luego como siempre ha sido una tradición viene la quema de Judas, pero ya esto no es religioso.
Fiestas patronales de Charallave, recuerdo que la manga de coleo era desde la panadería Viki pan hasta la cueva del sapo, que quedaba al frente del actual liceo José Gregorio Hernández. El encierro del ganado lo hacían en la calle Independencia, también se coleaba en la calle la Estación desde el dispensario hasta el Tuyero, al igual que en la calle los Guerra, también se coleaba desde la bodega La Estación, propiedad de Samuel Arocha hasta la calle Independencia, así como en la calle del Campito donde hoy está la prefectura y donde anteriormente estaba el matadero de ganado. De los coleadores de esa época recuerdo a Nicolás Hernández, Arturo Guerra, Rafael Alvarenga, Carlos Alfredo Vargas. Yo pienso que eliminar el coleo no es bueno ya que eso es tradicional de nosotros, eso es una cosa del pueblo y hay que luchar para que no lo quiten, fíjate que cuando no hay toros coleados el pueblo esta como que triste.
El joropo tuyero yo lo baile mucho en la Magdalena, Las Brisas, Los Peñones, En el Club El Canario, Ocumare y El Campito, de los joroperos que recuerdo, Elías Evia, German Ríos, El Cabito, entre otros. De las demás fiestas que se celebran en Charallave y fechas importantes la que más ha perdido su tradición son las misas de aguinaldo, ahora las hacen por las tardes mientras que antes se hacían de madrugada y los muchachos se daban cita en la Plaza Bolívar, se patinaba y luego de la misa se iban hasta abajo a los sitios de ordeños, eran otros tiempos.
Quiero agradecer muy especialmente al Pregón de Charallave el haberse acercado hasta mi casa, para conversar un poco de ese Charallave de ayer, hoy y siempre, mi agradecimiento a mi compadre Esteban Trujillo a quien felicito por ese trabajo de crónicas que mes a mes entretiene a todos los charallavenses en especial el mantener informados a esas personas que se ha residenciado en esta comunidad.
Foto de Alejandro y su Esposa.
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