SOY UN
EXTRAÑO EN MI PUEBLO.
La crónica que jamás quise escribir
La crónica que jamás quise escribir
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Manuel V. Monasterios.G. |
Las
colas del banco, de Farmatodo,, en los comercios de los chinos, de las panaderías para comprar una canilla, la vida se
mueve en función de un desespero por encontrar algo que llevar a casa, las
calles llenas de la informalidad, el "bachaquerismo" es más rentable que el trabajo formal, de las bolsas de basura que adornan las calles , pasan semanas sin
recogerlas. No sé cuándo no convertimos en estas cuatro cuadras de miserias
concentradas, de esperanzas perdidas, de rostros tristes, de cuerpos flacos del
hambre, de gente aterrorizada por los delincuentes.
La vida en Cúa solo se hace
dentro de la casa, perdimos las calles, los espacios, las plazas,no hay vida cultural, deportes cada vez menos, no hay ni parques, no hay calidad de vida, hasta las costumbres y tradiciones se fueron, se puede palpar en el ambiente la tristeza y la desesperanza Esa no es la
Cúa que yo conocí, la que me enseñaron a amar mis padres, la Cúa a la que
dedico mis crónicas con sabor a la añoranza, aquella de las anécdotas, de los
amigos, de la gentileza y la amabilidad, del compartir, todo se acabó. se diluyó y viene a mi mente unas estrofas de aquella
canción de la salsa, de esa música caribeña que se hizo cueña en los años 70 ,
la canción “Juanito Alimaña” les cae como anillo al dedo:
“La
calle es una selva de cemento / y de fieras salvajes, cómo no / ya no hay quién
salga loco de contento / dondequiera te espera lo peor”.
Hay
que ver la realidad aquella Cúa murió y no por muerte natural, dejó de ser un
pueblo amable y sencillo para transformarse en caos, en infierno, sus calles en el día llenas de pobrezas y en
las noches solas, pero con una soledad de terror, de miedo al atraco, al
asalto, al secuestro, la intimidad del hogar es violada por bandas de
delincuentes que hasta ayer eran niños que uno veía pasar para el colegio, hoy
la sociedad los hizo picaros y delincuentes.
No es fácil vivir en nuestros pueblos, se
sobrevive pero se tiene la esperanza y la seguridad que tendrán´ que venir
tiempos mejores, estoy seguro que esto no es más que un paréntesis, un
accidente en la vida de nuestro pueblo. Y estos males, si es consuelo para alguien, son males nacionales, no es Cúa la que dejó de ser amable es Venezuela la que perdió el rumbo.
Mi querido pueblo,te querré por siempre, Dios me permita volver un día, sere feliz recorriendo tus calles.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Algún día volverás.
EliminarBuenos dias amigo Manuel, comparto su tristeza de verdad aunque no soy de Cúa pero siento este pueblo como mio, tengo 30 años aqui y de verdad he visto los cambios que ha tenido...pero para mal..."aquella Cúa murió"no murió amigo la mataron una cuerda de seres que solo ven sus intereses, seres que querian llegar a donde llegaron para llenar sus arcas con dinero y lujos. Saludos amigo...Bendiciones para ud y su familia.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Jesús. Ya esa Cùa de ayer no existe, murió o la mataron, la final todos perdimos.
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