Bodega "La Esperanza" y la residencia de la familia Ramos en Cúa. (Foto Carlos Borges Ramos) |
La alpargata es un calzado tradicional
venezolano, heredado de España, pero muy diferente a la alpargata usada en la
Madre Patria. La alpargata ha sufrido pocos cambios desde la época colonial
hasta hoy, existen algunas variantes, principalmente en los colores del pabilo (algodón),
la diferencia fundamental de la alpargata venezolana es el uso del pabilo negro
tejido, abierto en la punta del pie, costados y talón con suela de cuero.
Publicidad de la Bodega La Esperanza de Don Luís Ricardo Ramos. ( Archivo de Reto 70 ) |
El tejido de pabilo se conoce con el nombre de
capellada, bien apretada en una especie de telar, mientras más apretado el
tejido, mayor calidad.
Las tallas van desde el N°1 al 5. siendo el cinco la más pequeña y la uno para adultos. Es un calzado unisex, sin embargo, para
las damas se le colocan pabilos de colores y algunos adornos.
El campesino generalmente andaba descalzo y
cuando llegaban al pueblo se lavaban los pies en el río y se calzan las
alpargatas, cuando salían se quitaban las alpargatas y caminaban descalzos
nuevamente, tenían callos en los pies que podían quebrar espinas. La alpargata
durante el siglo XIX y hasta los años 50 fue el calzado más usado en Venezuela.
En Cúa
fueron famosas las alpargatas que vendía Don Luís Ricardo Ramos en su bodega "La
Esperanza" de la calle José María Carreño. Muchas fueron las familias cueños que
se levantaron fabricando capelladas. Una actividad artesanal que ya en Cúa no
existe.
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TELAR ANTIGUO PARA TEJER CAPELLADAS (Foto Gladys Zambrano ) |
El zapato era un lujo inalcanzable para la
mayoría de la población rural y urbana de la Venezuela de ayer, muy pocos se
podían dar el lujo de tener un par de zapatos o un par de botas, Durante las
guerras del siglo XIX uno de los trofeos más apreciados eran los zapatos y las
botas de los soldados muertos.
A finales
del siglo XIX un inmigrante judio italiano J.A. Boccardo dueño de la tenería de Catia
en Caracas y también de la hacienda Marín de Cúa, montó una fábrica de calzado
popular para competir con las alpargatas, logró un contrato para dotar de
alpargatas a los soldados venezolanos, ya que muchos de ellos todavía a comienzos del siglo
XX estaban descalzos. Un par de alpargatas de buena calidad en los años 40
valía 4, 00 Bs. y un par de botas de marca Rex costaba 7,00 Bs. Fue así como
empezó a introducir el uso del calzado masivo en Venezuela. Se hizo una campaña
en los años 40 y 50 para el uso del zapato, pues se decía que por el uso de la
alpargata se padecía de anquilostomiasis y otras parasitologías que entraban
por la piel
La alpargata hoy perdió su vigencia, los
zapatos chinos se han impuesto en el mercado, acabaron con la industria
nacional de calzado. A la juventud hoy le interesa más la marca del calzado,
que sean “originales” aunque hechos en China. De la alpargata nos quedan
hermosos recuerdos, refranes muy de usados como “Pónganse las alpargatas que lo
que viene el joropo.” Para indicar que nos toca enfrentar una situación
compleja. El verbo alpargatear era sinónimo de joropear o bailar.
La alpargata de capellada y suela es un
calzado fresco, suave especial para descansar los pies después de un día de
mucho ajetreo, para estar en suave relax de fin de semana.
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