EL COMETA HALLEY ATERRORIZÓ A CÚA EN 1910.
Durante el siglo XIX en los valles del Tuy se consolida la vocación ganadera, las grandes
haciendas cacaoteras ya no eran negocio, el cacao había perdido su valor
comercial, ahora el negocio era el café, sembrado en las zona montañosas de la
cadena del interior, el ganado y la caña de azúcar en las tierras bajas, esas
hermosas vegas del Tuy con sus bucares, caros, guamas que daban sombra al cacao
se cortan para hacer potreros ganaderos, es el primer ecocidio que se cometió en
estos valles, Las guerras civiles, el caudillismo, las epidemias e incluso la
invasión de langostas mantenían a nuestros pueblos en un estado de miseria y
postración . La llegada de los andinos al poder con el general Cipriano Castro en la presidencia desde 1899 hasta 1908
y a partir de diciembre de este último año se inicia por la vía del golpe
palaciego el largo período de la dictadura de Juan Vicente Gómez hasta el año 1935, En esos años se inicia un proceso de institucionalización
de una República desmembrada, se funda el ejército nacional, desaparece el
caudillismo y se articula un proceso de obras públicas que poco a poco unifican
a una nación donde no se construía un camino desde la época de Guzmán Blanco.
En el
año 1910 las noticias llegaban de Caracas tardíamente, no existían medios de
comunicación, los periódicos caraqueños eran un lujo, la comunicación era oral,
con todas sus deformaciones y prejuicios, desde los primeros meses de aquel año
se empezó a difundir un rumor la llegada de un cometa y la posibilidad de un
choque, lo cual significaba el fin del mundo.
Una mañana
en la gran pulpería de Don José María Mirabal, ubicada en el lado sur de la
plaza Roscio, ,sobre la calle San José principió una romería, al comienzo de
los servicios de adentro que efectuaban las compras diarias, Don José María
tenía un ejemplar del periódico caraqueño El Universal donde se informaba ,
incluso con gráficas, la proximidad a la tierra de un cometa que llamaban Halley Uno de los temores más graves era que su larguísima cola ‘azotara’
la Tierra y el gas envenenara a todos. Para muchos eso sería el ‘fin del mundo’. Se
arremolinaban en la pulpería, querían ver la gráfica donde se explicaba como la
cola de cometa pasaría por la tierra trayendo todo tipo de desgracias, incluso
la desaparición de la vida en el planeta. La genta oía la lectura que hacía Don
José María con la voz engolada y poniendo acento en el texto donde se
mencionaba el inminente choque entre el cometa y la tierra.
La voz empezó a correr,
todos quería ver el periódico, aunque muchos no sabían leer, los comentarios
eran terroríficos, se produjo un estado de conmoción social, desesperación,
lagrimas, arrepentimientos, todas las calles llenas de gente cuya meta era el templo
parroquial, querían oír la opinión del padre Juan sobre el próximo
acontecimiento. A las 11 de la mañana el templo tenía más gente que un miércoles
santo, el padre Juan no sabía que hacer, no estaba muy enterado de los
acontecimientos por venir, pero al comprobar la desesperación y el terror de su
feligresía, no le quedó otra alternativa que tratar de calmar a la gente y
aprovechar el miedo para poner un poco de orden en la vida descompuesta y un
tanto alejada del evangelio que vivían muchos cueños de en esos años.
Su discurso se centró en el arrepentimiento de los pecados
que se cometían y generaban el castigo de un Dios implacable. Ordenó rezar,
pedir a Dios, arrepentimiento de los pecados, preparase para cualquier cosa y
entregarse a la voluntad del Creador.
Faltaban 8 días para
el fatídico encuentro espacial, durante esos días ocurrieron los hechos más
insólitos en la población. Enemigos irreconciliables se perdonaron y abrazaron,
la calle El Laberinto y sus putas dejaron de trabajar, se acabaron las “rochelitas”,
se pidió perdón por los” cachos”, la Sayona dejó de salir por Los Corrales,
incluso ocurrieron dos hechos muy tristes, Doña Consuelo López se volvió loca y
trató de colgarse de árbol en el corral de su casa. Don Crispín Martínez se
encerró en su casa, con toda su familia con la disposición de cometer un
suicidio colectivo, que solo impidió la oportuna intervención del padre Juan.
Día y noche el templo lleno de feligreses rezando rosarios
durante las 24 horas del día. Faltando un día para el encuentro se agotó en todas
las pulperías las reservas de aguardiente, vinos, brandy y otras bebidas
espirituosas, los hermanos García recorrían las calles en medio de una gran
borrachera y cantaban un joropo que decía, más o menos que si se tenían que
morir por efectos del cometa que los encontrara bien borrachos. Muchos empezaron
a seguir el ejemplo de los hermanos García y para el 18 de mayo no quedaba una
botella de aguardiente en todo el pueblo.
Llegó el día, los animales cambiaron su comportamiento, los pájaros
no salieron del nido, en la calle san José los vecinos mataron 22 cascabeles,
las vacas ese día se negaron a dar leche, los caballos y burros corrían por las
calles. Esa situación anormal solo contribuyó a crear un estado de pánico
general, a don Carlos Mejías le dio un infarto en plena misa, el pueblo era una
locura. A las 4 de la tarde todo se oscureció y por los lados del cerro de
Guatipa se empezó ver un espectáculo jamás contemplado por ojos humanos, la
visión fue perfecta para quienes tuvieron la valentía y la serenidad de contemplar
aquella enorme bola de fuego en la quietud del cielo, un hermoso juego de
colores con gamas azules, verdes y violetas, además llamaba la atención un coro
de perros ladrando al unísono, la gente lloraba al ver el espectáculo de luces
maravillosas, muchos decían que el gas de la cola del cometa no les dejaba
respirar, el cielo se hizo más oscuro y el cometa más bello.
Al siguiente día mayor cantidad de cueños se atrevieron a ver
el paso hermoso del cometa y al tercer día se prendió la fiesta y las
celebraciones porque la gente decía que Gracias a Dios el cometa pasó y no
causó daños, la genta viendo ya el cometa mucho más pequeño celebraban y al pie
de la gran ceiba del camino de la Cruz Verde, todo el pueblo en romería celebró
un gran Velorio de Cruz en
agradecimiento por la vida y desde ese
tiempo todos los años se conmemora y celebra ese velorio de cruz al pie de la
ceiba, aunque mucha gente no lo recuerda, todo empezó cuando el gran Cometa Halley
en mayo de 1910 aterrorizó a Cúa.
Comentarios
Publicar un comentario