Cohabitar con la dictadura o resistir con dignidad.
Las
dictaduras tienen el poder y lo usan para anular a sus opositores, los
humillan, los encarcelan sin fórmula de juicio o los llevan a tribunales
militares, buscan de desmoralizar y destruir como personas. Eso es una
dictadura totalitaria, su objetivo es desmovilizar, frenar por miedo, someter y
obligar a obedecer, sin críticas ni estorbos.
Muchos bajan
la cabeza y obedecen, el miedo a perder su fuente de ingreso, a no tener
oportunidades de nada, a no tener derecho a comprar comida, a no existir como
gente, eso los obliga a la obediencia y el terror los domina.
Otros, en el caso venezolano la mayoría, tienen el coraje de
la desobediencia, no aceptan someterse a la voluntad de un burócrata que dice
representar el poder. Entienden perfectamente que en su capacidad y habilidad
para desobedecer está la condición de su libertad. Pero la libertad hay que
desearla, hay que quererla y para eso hay que valorarla.
La existencia hoy en Venezuela
de la Asamblea Nacional Constituyente, cuyo origen es totalmente ilegítimo, carece de la mínima decencia para imponer su
autoridad, se atribuye ese poder por la fuerza de las armas de la República en
manos de un ejército de mercenarios que traicionaron la venezolanidad.
Hoy no queda otra
alternativa que la desobediencia inteligente, el oponerse a esa aberración asamblearia,
a esa dictadura militar con ropajes horrorosos de Magistrados que solo
significan la muerte de la República de Venezuela. No hay manera de conciliar,
mucho menos de cohabitar o coexistir con los asesinos de la Democracia. A ellos
tampoco les interesa, es una situación irreconciliable, una declaración de
guerra por parte del régimen aprovechándose del control que tienen del
componente militar y de las armas. De las ventajas que tienen al controlar
todos los mecanismos de poder y anular los que se resisten como la Fiscalía General,
la Asamblea Nacional, las Gobernaciones y Alcaldías ganadas democráticamente
por la oposición.
Es la consolidación de
un Golpe de Estado continuado que ha sufrido la República durante 18 años,
queman las naves, recogen los puentes, rompen con todo el mundo democrático,
con todos los gobiernos que respetan el estado de Derecho, acusan y justifican
ese golpe, se victimizan ante lo que ellos llaman Imperialismo. La misma vieja
película en blanco y negro con más de 70 años en las carteleras, se creen
invulnerables y vienen dispuestos a imponer un sistema en el menos tiempo
posible, pueden llegar hasta aplicar la pena de muerte por traición eso que
ellos llaman Patria. Eso es el totalitarismo.
Es un delirio, es una locura pero es una realidad, no es un juego a lo que
nos enfrentamos los demócratas, hay que tener claro varias cosas.
1-) Se acabó el tiempo
de la negociación entre oposición y dictadura, para negociar hay que derrotarlos.
2-) Esa derrota tiene que venir de la presión internacional y
de la lucha dura que le toca a los
factores democráticos. DESOBEDECER, NO RECONOCER, SABOTEAR, NO DAR PAZ. NI
TREGUA. A un costo inconmensurable, a eso hemos llegado.
3-) Creer que el
régimen en las condiciones actuales, va a realizar elecciones libres, es no
conocer su naturaleza totalitaria, ni tener claro cuáles son sus objetivos, Para
que en VENEZUELA SE PUEDAN EFECTUAR ELECCIONES LIBRES SE REQUIERE DOBLEGAR AL
RÉGIMEN MILITAR O QUE LAS FF.AA SE LE VOLTEEN A LA DICTADURA. Situación que se
puede alcanzar con la presión internacional y la resistencia interna. Ellos no
van a ceder ningún espacio a la oposición y los que la oposición ganó democráticamente
desaparecerán. Para eso es la ANC, para nada más.
4-) No hay milagro, ni
mesías que resuelva esto. El colapso económico conspira contra el régimen, ya
estamos en hiperinflación, las condiciones objetivas de gobernabilidad son
negativas totalmente, solo con una criminal represión se pueden sostener por algún
tiempo. Buscan afanosamente dinero fresco.
5-) El sistema interamericano mayoritariamente democrático
debe actuar de manera contundente
Es muy posible que podemos estar peor, no hay límites para el
mal, pero creo que el dilema de hoy para los factores democráticos no se reduce
a participar o no en la comparsa electoral buscando migajas de poder que jamás
van a recibir de esta dictadura. El dilema es definir si realmente se quiere el
poder, si tienen interés en salir de la dictadura, si quieren ser gobierno o se
conforman con ser acompañantes de un totalitarismo que los usa y se burla de su
candidez.
Una postura de coexistencia o una de resistencia activa exigen estrategias
completamente diferentes. Ese es el dilema opositor.
Se conforman con
seguir este perverso juego de comparsa hasta el infinito o se asume la
responsabilidad de aspirar el poder como Dios manda, con los riesgos que esto
significa.
Si la MUD no acepta el
desafío de las definiciones, la dinámica de los hechos quien sabe para dónde
nos puede llevar. Ser político o líder en tiempo de dictadura no es nada fácil.
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