Centro Profesional de Cúa Educación para un país productivo.

           EL CENTRO DE FORMACIÓN PROFESIONAL 
                                            DE CÚA.

Primera reunión del equipo Fundador . Derecha-Izquierda Gustavo Hidalgo (fallecido) Manuel Monasterios, Félix Ormaechea, Carmelo Azcoitaia G., Alecia González, Félix U. Rondón (fallecido) Juan Arruda.


        Materiales para la historia contemporánea de Cúa.
En 1977 obtuvo el reconocimiento como la mejor escuela taller de Venezuela, otorgada por FUNDACOMUN.

El padre Crescencio Torrealba fue el párroco de Cúa hasta 1959, año en que llegó al Tuy la Misión de los padres vascos, mediante un convenio firmado entre el Arzobispado de Caracas, jurisdicción eclesiástica a la que pertenecía el Estado Miranda y la Diócesis de San Sebastián en Guipúzcoa, provincia de España.
El primer párroco de esta misión fue el P. Juan de Errandonea, en el año 1960 se nombró como párroco al P. Juan Martín Aguirre, posteriormente a Jesús Iruretagoyena, José Munduate, el Padre Félix Ormaechea quien fue el impulsor y fundador, conjuntamente con el Centro Profesional Santa Lucía y las Escuelas Pre-vocacionales que ya venían funcionado en El Yagual (Cúa) Piñate (Ocumare del Tuy) y Soapire (Santa Lucía). Era el período en que se iniciaba el proceso de industrialización de los valles del Tuy, mediante el traslado de industrias para el descongestionamiento de la ciudad de Caracas.
Reunión en 1967 con la Asociación de Comerciantes de Cúa para  iniciar el proyecto del Centro Profesional, en la extrema izquierda el padre José  Munduate, a la derecha el Dr. Luís Caropreso Ponce, Juez del Distrito y Presidente Fundador del Ateneo de Cúa. En la gráfica se pueden  apreciar los comerciantes de la época

 Los valles del Tuy en aquellos años 60 era una zona eminentemente rural, se vivía de la agricultura, de la cría de ganado, del comercio, de algunas empresas ya instaladas como los Licores Pampero en  Ocumare del Tuy desde 1937, algunas empresas manufactureras, alfarerías , los ingenios azucareros Santa Epifania en Santa Lucía y Mopia en Santa Teresa, plantas receptoras de la producción de leche fresca de las vaqueras del Tuy para  envasar como la Silsa (Sindicato de la Leche) o  Leche Sabana, ambas ubicadas en Charallave.
Los padres vascos desde su llegada se preocuparon no solamente por las cuestiones religiosas o propias de la Iglesia católica, también entendieron que tenían una responsabilidad social, la gente abandonaba el campo en busca de nuevos horizontes, la Reforma Agraria impulsada por el gobierno apenas tocó la situación del latifundio, pero no tuvo jamás un enfoque productivo que mejorara las condiciones de vida del campesino, no se frenó el éxodo a las grandes ciudades. Los Padres Vascos con su experiencia en la industrialización de la provincia de Guipúzcoa, de la Escuela Profesional de Mondragón, de las Cooperativas de producción Industrial, consideraron la posibilidad de vincularse al Tuy promoviendo la Educación Técnica. Es así como se fundan las escuelas Pre-vocacionales combinando las labores del campo, la artesanía y la educación formal en la etapa de educación primaria.
El profesor Félix Ubaldo Rondón y Don Ramón Armando Rivero.

 En el año 1967 los padres vascos incorporan seglares egresados de la Escuela Politécnica Profesional de Mondragón al trabajo misionero en el Tuy y al mismo tiempo becan a varios jovenes de las poblaciones tuyeras como estudiantes en la Politécnica de Mondragón a especializarse en diversas áreas para el desarrollo industrial.
Ese mismo año de 1967 se efectúa una reunión convocada por la parroquia de Cúa los padres Félix Ormaechea y José Munduate con el Concejo Municipal del Distrito Urdaneta, la Asociación de Comerciantes de Cúa y algunos industriales ya instalados en Cúa. En esa reunión efectuada en los locales del Ateneo de Cúa, los sacerdotes expusieron su plan de educación técnica y la apertura con el apoyo de la comunidad y del Estado de una escuela profesional en el área de formación de técnicos medios, con proyección a un instituto de educación superior. La idea contó con la aceptación de las autoridades municipales representadas por el presidente del Concejo Municipal Sr. Luís Angelino Manzo, de los concejales de las distintas fracciones representadas, también con el apoyo de los comerciantes e industriales.
El Concejo Municipal del Distrito Urdaneta le asignó un área de 4000 metros cuadrados de terreno ubicadas al lado del Grupo Escolar Cristóbal Rojas, entre la calle Cujicito y la prolongación de la calle los Jabillos o el Ganado, donde posteriormente se construyó la avenida perimetral Los Próceres de Cúa.
Taller Maquinas y Herramientas, visita al centro del Presidente de la Asamblea Legislativa de Miranda Juan Francisco Díaz, recibe explicaciones del P. Félix Ormaechea.

Por su parte los Padres vascos lograron el apoyo del Ministerio de Obras Públicas y le donaron varias estructuras denominadas R3 con la cual se proyectó la construcción de cuatro galpones escolares, los cuales todavía están en funcionamiento con el Instituto Educativo Lisandro Alvarado.
Se inició el movimiento de tierra en los primeros meses del año 1968 con el apoyo de la Sección 68 del Ministerio de Obras Públicas, la empresa Piccini canceló dos albañiles fijos, el señor Néstor Luís Pérez hizo la donación de los bloques, los comerciantes aportaron para la compra de materiales eléctricos y pinturas, fue en realidad un aporte de toda la Sociedad Civil, de los Industriales, comerciantes del MOP para hacer la construcción, la cual terminó en noviembre de 1968. La dotación de los talleres y pupitres fueron donaciones del Ministerio de Educación, Fundaciones, Gobernación de Miranda, Concejo Municipal y su inauguración fue el 30 de enero de 1969.
 Los requisitos de ingreso eran sexto grado de primaria, cancelar una inscripción de 80 Bs y una mensualidad de 20 Bs. A los estudiantes se le hacían variedad de test vocacionales, actitudinales y psicológicos. Un examen físico médico con prueba de actitud para el deporte y la actividad física.

Se les informaba a los alumnos y a los representantes las normas de disciplina, las cuales eran muy estrictas. Puntualidad, Asistencia, cumplimiento de los trabajos asignados, la limpieza de los talleres y aulas correspondía a una comisión de alumnos, igualmente la jardinería. Los problemas de disciplina o mal comportamiento se podían resolver con jornadas de trabajo voluntario en las horas libres, casi siempre los sábados.
 La educación física se agrupaba no por cursos sino por habilidad física, es decir que un alumno de primer año podía hacer educación física con uno de tercero, todo dependía de sus habilidades. Se organizaba con un sistema de monitores manejado por un profesor y los alumnos. Había la obligación de participar en actividades deportivas, atletismo, gimnasia en aparatos, fútbol, voleibol. Los primeros equipos que se organizaron en Cúa en estas especialidades, especialmente el fútbol.
Ramón Armando Rivero y Manuel Monasterios

Desde el primer momento en que inició sus actividades el Centro Profesional de Cúa tuvo que afrontar diversos problemas. En aquel año una resolución del Ministerio de Educación del presidente Rafael Caldera eliminó las escuelas técnicas y promovió un bachillerato laboral en el área del diversificado. No había forma de obtener un reconocimiento oficial en el proceso de aprendizaje propuesto, se buscó la solución después de un año de funcionamiento sin reconocimiento inscribiendo a los estudiantes en los estudios secundarios o bachillerato normal y el área de formación profesional quedaba como lo que en aquellos años se llamaba Áreas de Exploración, es decir que un técnico tenía su certificación oficial por el bachillerato y un diploma otorgado por la institución en el área profesional.
El sistema de estudio también era algo inédito en Venezuela, se aplicó por primera vez en el país un CALENDARIO LABORAL por encima del calendario escolar, eso parece en primer término una ilegalidad, pero el objetivo fundamental era la creación de valores necesarios en una sociedad industrial, como son el trabajo productivo, la responsabilidad, la productividad, la competitividad, valores muy alejados de una sociedad que solo vivía y vive aún, de la renta petrolera, Pedagógicamente también podía ser considerado como un exabrupto someter a unos muchachos a un calendario de  7.00 a.m. hasta las 5.00.p.m. de lunes a viernes, sábado actividades especiales   Deportes, jardinería, limpieza, con 11 meses de estudio de enero a noviembre solo el mes de diciembre de vacaciones.
Locales del Centro de Formación en Aparay

Las especialidades se organizaron de la siguiente manera: El básico durante el primer año con talleres rotativos Ajuste, Carpintería, Electricidad y Herrería, Dibujo Técnico complementario en todas las áreas.   con un promedio de dos meses y medio por taller a 5 horas diarias. Cuatro horas de teoría es decir estudios de bachillerato. Una hora para almorzar. Se instaló un comedor con una alimentación completa y balanceada a un costo de un bolívar por comensal. Con ayuda privada y del INN de Caracas.
 Una vez que el estudiante pasaba al segundo año iniciaba una especialidad en las siguientes áreas: Electricidad, Máquinas y Herramientas, Dibujo Técnico para las damas. En el tercer año salían como técnicos operarios en las áreas indicadas más su tercer año de educación secundaria.

Torno



Un joven egresado tenía que hacer una pasantía en una empresa por un período mínimo de seis meses.
Inmediatamente  que se iniciaron las actividades se empezó a pensar en ampliación y nuevos locales, para lo cual se contó con la colaboración del Concejo Municipal de Cúa, del Instituto Agrario Nacional. Una parcela de 17.000 Mts. cuadrados ubicada en el sector Aparay se había asignado por parte del Concejo y el IAN a la sede del Cuerpo de Bomberos, se tomó en consideración que el área era muy grande para el funcionamiento del Cuerpo de Bomberos, según lo planificado y se tomó una hectárea y se asignó para la construcción de los nuevos locales, los cuales empezaron a funcionar en enero de 1973.
CEDECO Escuela de cooperativismo industrial

Entre los primeros profesores fundadores recordamos al profesor vasco Carmelo Azcoitia como primer director, Felix Ubaldo Rondón, (fallecido), Gustavo Hidalgo (fallecido), P. Félix Ormaechea, juan Arruda, Manuel Monasterios. Secretaria Alicia González.
 Posteriormente se incorporan Joseba Echeverría, Martín Gaztelumendi, Jesús María Alberdi, Javier Mendiluce, Antonio Guridi, Roberto Izquierdo, Héctor Honorio Hernández, Jorge Espinoza Arcia, Jesús Chucho Rodríguez, Rafael González, Francisco (Pancho) Guardia, Óscar Espinoza, Hernán Canelo, Leonardo Rivas, el señor Ramón Armando Rivero en mantenimiento, entre otros y en distintas épocas.
El primer Convenio entre la Iglesia y el INCE para cursos nocturnos de formación profesional se hizo en Cúa.

En 1975 se tomó la iniciativa con un grupo de egresados interesados en constituir un Centro de Formación Cooperativista bajo tres líneas de trabajo. Un taller de máquinas y herramientas constituido con un crédito de FUNDACOMUN para la compra de maquinarias y trabajo fijo en la elaboración de bridas para la industria petrolera, La constitución de una cooperativa de servicios industriales para prestar servicios de mantenimiento en varias empresas del Tuy, continuar los estudios de bachillerato inscritos en el Liceo Nocturno de Ocumare del Tuy, donde se estaba inscrito y se presentaban los exámenes, pero las clases se impartían en el Centro Profesional de Cúa. La otra línea era la formación de cooperativismo en todos los aspectos. En 1977 se ganó el premio como la mejor escuela taller de Venezuela, otorgado por FUNDACOMUN y el INCE.
 El fin del régimen franquista en España permitió el regreso de muchos de los seglares vascos, hasta llegar al año 1981 en que el Centro Profesional de Cúa por determinación de la Parroquia de Cúa y de la Diócesis de los Teques se entrega a Fe y Alegría y se transforma en la Escuela Técnica Monseñor Juan José Bernal.
Monseñor Juan José Bernal  Ortíz Arzobispo, Obispo de la Diócesis de Los Teques.

El Centro Profesional de Cúa, marcó una época muy especial en la historia de la educación técnica en Venezuela, sus egresados hoy son ejemplo de trabajo, de iniciativa y productividad. En una Venezuela libre de la dependencia de la factura petrolera, como es la que viene para el país, este es ejemplo de una experiencia válida para una Venezuela diferente.

Nuestro reconocimiento a los padres y seglares vascos por su aporte al desarrollo de los valles del Tuy, a los profesores y al personal de esa propuesta educativa, por todo lo que hicieron por la educación de nuestra juventud y a Fe y Alegría por darle continuidad.









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