¿ NARCOESTADO CONSTITUCIONAL?

                           ¿A DÓNDE VAMOS?





Hay que frenar la consolidación del narco-Estado Constitucional.

La obscenidad de la dictadura madurista no tiene límites, un narco-estado que se fijó como meta inmediata con un 5% de apoyo elaborar la primera “Constitución Narco” del mundo.

La OEA no tienen los instrumentos necesarios para poner freno a la alianza siniestra de la izquierda petrificada, y retrógrada, del terrorismo de todo tipo, de los socialistas del siglo XXI, las guerrillas narco-productoras de Colombia y de la dictadura comunista cubana, Es este coctel de heces el régimen madurista. Detrás de la G.N. de los militares, de las cabezas visibles de la dictadura está una transnacional de la actividad política controlada por Cuba y financiada, no solo con la riqueza petrolera y minera de Venezuela, sino con el negocio más lucrativo del mundo el tráfico de drogas. Poco a poco se hicieron con el poder político en Venezuela y buscan su consolidación, darse un baño de legalidad con la Constituyente.
La lucha del pueblo venezolano es contra un gansterismo internacional, una red muy poderosa que surgió con el Foro de Sao Paulo.

 La oposición está abandonada su suerte, un apoyo de puras palabras. La OEA se descalifica si misma, a pesar de la actitud muy seria del Secretario General Almagro, al no lograr poner freno a todas las violaciones que la mafia enquistada comete cada minuto, ellos están muy claros en que hagan lo que hagan, nada va a pasar.
 La actitud de los países, incluidos los EE. UU es muy blandengue frente a un enemigo que no es Maduro, este sujeto es como el monosabio de las corridas de toro, un elemento para distraer, mientras el verdadero poder hace lo quiere según lo planificado. Lastimosamente hay ceguera total ante esta realidad, estamos en la antesala de un suicidio hemisférico, todos estos países son objetivo de esta alianza. México está a punto de caer, Colombia le hace la cama a las FARC y al radicalismo izquierdista para que lleguen al poder. En cada país hay representantes de esta peste, haciendo su trabajo con relativa eficiencia, mientras las democracias viven en una profunda crisis carcomidas por la corrupción y la ineficiencia, no es muy difícil para ellos ganar elecciones con el paquete de millones que pueden disponer del tráfico de drogas por ahora semi-legalizado. Una vez que esa alianza internacional llega al poder se hace casi imposible sacarlos. Se cierra el capítulo electoral y solo queda el juego de la violencia donde tienen todo para ganar.
Se necesita un replanteamiento serio de las democracias latinoamericanas para enfrentar este flagelo, deben combatir los grandes desequilibrios sociales que padecen, cero tolerancias a la corrupción, invertir mejor sus ingresos y hacer una alianza para la democracia, tanto a nivel interno como internacionalmente. Un anti-Foro de Sao Paulo. Las democracias no pueden ser tolerantes con quienes las quieren destruir, usando a la misma democracia, ya la época de las guerrillas es historia. Para estos grupos la paz es una morisqueta, un comodín lo usan para todo. El cinismo y descaro decir que la Constituyente narco es para la paz.


 La alianza de los políticos de izquierda con el narcotráfico es letal para la libertad.  Inicialmente compran voluntades y votos con el populismo, corrompen militares y todo el estamento social, destruyen las instituciones, implantan el gobierno del mal, el poder de "Satán" en la tierra. No es exageración, es simple investigación de los hechos para entender que esa alianza del mal existe, es como una secta, como una nueva “masonería del siglo XXI”. Así tiene que ser enfocada, hay que conocer el mal para poderlo combatir. Quedarse inactivo, indiferente no es opción para la democracia. Ya la lucha es hoy entre totalitarismo y democracia, no hay tercera vía. Si esta verdad no se logra asimilar no hay nada que hacer.
Mientras tanto sigue corriendo el tiempo para terminar de imponer su proyecto constitucional en Venezuela, el pueblo entregando la vida en las calles, en una lucha desigual, cruel, atroz. Después de un largo sueño despertamos y caímos en cuenta que nuestra lucha no es solo contra una dictadura más, es contra un poder transnacional de una alianza criminal, que estamos peleando solos para impedir la consolidación de un narcoestado constitucional.

Los pueblos de América tienen que despertar y entender que en las calles de Caracas se está librando una batalla no solo por Venezuela, sino por el futuro de todos los pueblos de América. De lo que ocurra en los próximos días, dependerá la libertad o la esclavitud de un continente.

El término narcoestado (de narco: droga y estado: conjunto de instituciones) es un neologismo que se aplica a aquellos países cuyas instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera importante por el narcotráfico, y cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes del tráfico de drogas narcóticas ilegales, amparados por sus potestades legales.
El uso del término comenzó a implantarse en los años 1980 con la aparición de poderosas organizaciones mafiosas en Colombia. Son habitualmente considerados dos ejemplos de narcoestado Kosovo2 en Europa y Guinea-Bissau3 en África, aunque diferentes instituciones han advertido del riesgo de otros países a caer bajo este tipo de gobierno.











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