La resiliencia y rebelión del venezolano.
“Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe” (Dicho Popular)
Ante un suceso difícil se puede reaccionar de diferentes maneras: Con pasividad y resignación, con angustia y temor, con rabia irracional, culpando a otros, haciéndose daño o desarrollando destrezas y habilidades para enfrentar los hechos.
Cada elección, cada decisión que se toma sobre ese suceso compromete el presente y el futuro, la respuesta resiliente surge no del azar, o del famoso “como va viniendo vamos viendo”. Hay condiciones objetivas (Qué tengo), cuáles son mis habilidades (Yo puedo) Cuales son mis fortalezas y mis debilidades (Yo soy) aquel viejo aforismo griego “conócete a ti mismo”
El pueblo venezolano ha soportado con estoicismo durante 18 años el desgobierno, las locuras, los peores traumas de violencia, la muerte, la pérdida de su prosperidad, el empobrecimiento más brutal los cambios más drásticos en sus condiciones de vida y sobre todo ver a la juventud, a los hijos y nietos sin futuro. Ante esa dura difícil situación cada quien, de acuerdo a su percepción y posibilidades ha reaccionado de manera diferente. Más de dos millones optaron por salir del país, pero la mayoría se quedó y se fue colmando hasta que las circunstancias hicieron que se superara el estado de resignación, de miedo, de terror, los eventos dolorosos, en lugar de generar desaliento han sido acicate para descubrir sus fortalezas, autoafirmarse en el YO PUEDO, todos juntos podemos. Yo soy como pueblo verdadero PODER y una camarilla no es la dueña de mi país. Tengo derechos y esa camarilla me los niega. Ese sentimiento brotó de repente, estaba allí, ahora es la manifestación colectiva de autoestima y dignidad, factores que estaban latentes y ahora afloran en toda una nación. Es lo que podemos llamar un sentimiento nacional: NO QUEREMOS QUE ESTE RÉGIMEN CONTINÚE. NO HAY PODER QUE PUEDA CAMBIAR ESA DETERMINACIÓN. SE VAN, como quien bota a un empleado que no le sirve, que lo robó. Ellos son los empleados del pueblo no los dueños. Y el pueblo habló.
El pueblo venezolano despertó, tomó conciencia de su responsabilidad histórica, esos 18 años de adversidades han generado madurez colectiva, pocas veces vista, la capacidad de transformar la incertidumbre y el miedo en CORAJE, en MOTIVACIÓN, en determinación de lucha, en fuerza transformadora, sobre todo el convencimiento mayoritario que la salida del gobierno de Maduro es la única oportunidad que tiene el pueblo venezolano de recomenzar su vida.
La rebelión Cívica es un río crecido inatajable. Solo se necesitó el vuelo de una mariposa para que se formara un huracán.
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