¿EXISTEN LAS PERSONAS TOXICAS?
DE QUE LOS HAY LOS HAY.
El que destila un odio visceral y se regodea
con la humillación del otro, el que avasalla al semejante, el que busca
manipular con mentiras, el que agrede innecesariamente y desvaloriza al otro
para sentirse bien él, el que daña con intención sin jamás proponer una
reparación, el que incomoda con sus imposturas, el envidioso de todo lo ajeno,
el que se cree superior, el que no acepta sus equivocaciones, el que cree que
gritando tiene la verdad y la razón, el que usa las palabras para herir.
La nómina de personas dañinas la completan el
autodestructivo, el narcisista patológico, el perverso, el violento impenitente
y el estafador. Se sabe que de seres nocivos está lleno el mundo, ya lo poetizó
Antonio Machado con su "mala gente que camina y va apestando la
tierra", pero ¿existe realmente la gente "tóxica"? ¿O el
término, por descalificador y estigmatizaste, se lo reserva sólo a unos cuantos
sujetos destacados?
Quien mejor se ha dedicado a este tema en la
historia de la filosofía es Baruch Spinoza", apunta el filósofo Tomás
Abraham. "El habla de encuentros que potencian nuestras energías y nos dan
alegría y los que las disminuyen y producen tristeza. Cuando dos cuerpos se
convienen entre sí, multiplican su potencia. Y cuando no lo hacen se produce un
mal encuentro, semejante a una especie de envenenamiento", explica.
El llamado mal de ojo tiene mucho que ver con
las energías negativas.
Buena o mala onda dicen los mexicanos, pavosos
los venezolanos, gente que irradia negatividad en la vida, hay que evitarlos
como la plaga Hay gente que nos intoxica con su mala actitud y absorbe nuestra
energía. Ellos movilizan aspectos que nos resultan intolerables. Nos dañan y
nos quitan libertad, son una mala influencia.
No le des jamás confianza a un toxico te arrepentirás.
Si se debe convivir con ellas, en la familia o
en el trabajo, hay que abstraerse mentalmente de su presencia y acciones.
No los oigas, no le pares, no le des importancia.
Ejercite su propia autocrítica y revise con
asiduidad qué tipo de actitudes y comportamientos tiene usted para con los
demás. Usted también puede ser "tóxico" para otros. La regla es
simple:
NO LE
HAGAS A LOS DEMÁS LO QUE NO DESEAS PARA TI.
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