El general Juan V. Gómez en Cúa.

             El  General  Juan Vicente Gómez  en  Cúa


En 1916 en general Juan Vicente se había hecho con el poder político de Venezuela, tenía una de las fortunas más grandes de la nación forjada con habilidad, pero siempre a la sombra del poder, se había apoderado de las mejores haciendas entre Cúa y Ocumare que denominó la gran posesión Mendoza la cual se extendían desde la fila de la Magdalena hasta la fila de la Cadena del Interior. El general Gómez era lo que podíamos llamar un terrófago insaciable, mientras más haciendas adquirían, más quería, lo mismo ocurría con la compra de casas. Llegó a ser el mayor poseedor de tierras y casas de Venezuela, cuando el general  murió todas sus propiedades pasaron a manos de la Nación venezolana, pues jamás salió del país, ni compró propiedad alguna en el exterior. La gran posesión Mendoza el gobierno de López Contreras la convirtió en la Colonia Mendoza.

El general Gómez tenía algunas casas en Ocumare y además nombró  a su hermano Juancho Gómez Presidente del estado Miranda, cuya capital  estaba en el Tuy; en Cúa le compró a unos alemanes una casa frente a la plaza Bolívar, algunas veces pasó por aquí y fue siempre agasajado y en cierta forma adulado por la élite ganadera que representaba sus intereses en el Tuy.
En uno de esos viajes el general  aficionado y fanático del desafío de gallos asistió a una de las mejores galleras de Cúa la de Don Abraham García ubicada frente a la plaza, pocas veces se veía sonreír al general, pero ver ganar sus gallos le ocasionaba profunda felicidad y la reflejaba en su rostro, al terminar fue invitado por Don Elías Acosta a un suculento almuerzo en la casa de su hacienda Lecumberry,  entre los invitados al ágape presidencial había un personaje que tenía su hacienda por los lados de Tácata, se decía que tenía las mejores cuerdas de gallos de la región. El hacendado viendo el gusto que sentía Gómez por los gallos se dijo:

 __”Tengo la oportunidad de complacer al General, le voy a regalar dos gallos únicos, algo que lo sorprenda y así podré ganar su confianza”. Dicho y hecho con la urgencia del caso mando a buscar los gallos, le solicitó a don Elías que le permitieran hablar con el general, pues le tenía un regalo muy especial.
Después de la presentación, el hacendado que tenía en la mano una marusa con los dos gallos, le dijo al general__ Aquí le traigo un regalito
Aja ¿Y qué me trae el amigo? Preguntó el general
Respondió__Le traigo un par de gallos jamás vistos, dos ejemplares para cogerle cría
___Muy bueno respondió el general, acariciándose el bigote.__A mí me gustan mucho los gallos y creo tener de los mejores, me han dicho que usted también es bueno en la crianza y cuidado de sus gallos.

Careo de gallos de pelea.

Antes de sacarle los gallos al general le dijo: __Permitame mi general que le diga una particularidad de éstos gallos. Son lo máximo, un fenómeno. son únicos en el mundo, ahora se los regalo, espero que le gusten.
El general  intrigado por todo lo afirmado le dijo: __ ¿Y que es lo que tienen esos gallos tan especiales?
__Figúrese General lo especial Son únicos gallos en el mundo que no pelean.
 Los sacó de la marusa y los arrojó al piso, los gallos se acariciaban el pico y no daban la más mínima muestra de pelea.
El general Gómez observó a los gallos y le dijo en voz baja al coronel Márquez, su edecán.
__Entrégale al señor 50 pesos y dígale que se vaya, pues a mí no me gustan los maricos y menos los gallos maricos.

Así quedó frustrado este hacendado que creyó que una adulancia extravagante lo pondría valer con el amo del poder.


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