La Plaza Zamora y "La maldita pared"



                                      "Esa Maldita Pared"
La famosa pared que se contruyó como fondo en un remedo de monumento de la estatua del General Ezequiel Zamora



 Crónicas y Vivencias.
Hoy en mis “Crónicas Tuyeras” quiero traer al recuerdo, con el mayor respeto, una anécdota conocida por el círculo de amistades que visitábamos la casa de Doña Luisa Tabasque, un hecho de aparente intrascendencia pero simboliza  en el tiempo, la forma tan absurda de gobernar de nuestros  antiguos Presidentes del Concejo y hoy de Alcaldes y Alcaldesas.
Remodelación de los años 80

La casa de Doña Luisa Tabasque, ubicada en la plaza Zamora de Cúa, en la calle El Rosario,        donde hoy está  un centro comercial, era la sede de un club  informal de los jóvenes cueños, desde finales de los 50 hasta mediados de los años 70. La plaza Zamora era el centro de reunión y de estudio de los perezbonaldistas y de los universitarios como Miguel Minicozzi, Hugo Gómez, José (Choto) Alberti. Allí  al lado del templo, en las épocas de exámenes, se podía amanecer estudiando, sin ningún peligro de atraco, con una silla de extensión, un termo de café y se utilizaban los pasillos de plaza como pizarrones para la práctica de los ejercicios matemáticos.
Un sábado, un domingo, cualquier día de fiesta la acera de la casa de doña Luisa estaba llena amigos charlando, siempre teniendo por delante el paisaje de la plaza y a lo lejos se oía la música de la competencia rockolera entre Don Miguel Borrajo del Bar Español y Don Luciano García, del Bar Continental; uno con tangos y boleros y el otro con Billos Caracas y Juan Vicente Torrealba. Recuerdo entre otros  de esa época a Zenaida (Mito) Pérez, Maritza Zarrameda, Elvia Delgado un trío de amigas inseparables, Roberto Izquierdo, Oscar Mijares, Ramón Requena, Salvador Castronovo, Dominguito Borges, Miguel Serrano, Salem Dugum,  Orlando Duc, Cocó y Chichí Santaella, Alejandro DÁcosta, Guillermo Tovar, Rafael Jaén,Juan Antonio Hernández, Jesús y Tomás Pérez Uzcanga entre otros Todos los muchachos de la época teníamos nuestro punto de encuentro en la Plaza Zamora.

Un día a uno de nuestros gobernantes locales, cuyo nombre no quiero recordar, se le ocurrió trasladar la valiosa estatua pedestre del general Ezequiel Zamora, la cual había sido ubicada en el lado sur frente al Restaurant El Demócrata  de Don Rafael Delgado, en el año 1959, la trasladaron al lado norte, exactamente frente a la casa de Doña Luisa, allí  estuvo hasta hace muy poco, pues esa estatua es eterna peregrina, estuvo en Caracas en la plaza de Capuchinos, la trajeron a Cúa por iniciativa de Don Natalio Maurell y ha ocupado tres espacios en la plaza Zamora, pero jamás ha tenido una digna y merecida ubicación. Lo cierto fue que le colocaron la estatua al frente de la casa de Doña Luisa Tabasque y para complemento le construyeron una enorme pared, con lo cual el panorama natural de la plaza desapareció, como es lógico suponer a los asiduos visitantes no nos gustó la pared, pero el disgusto de Doña Luisa fue, como decían antes  de marca mayor, las protestas no se hicieron esperar. Pero por esas cosas tan raras de la vida, coincidencias, en las dos rockolas de los bares adyacentes a la plaza se empezó a oír un bolero muy de moda para la época  llamado LA PARED, en la rockola de Luciano lo cantaba Felipe Pirela y el Rockola de Borrajo la canción se oía en la voz de Daniel Santos. En una parte de la letra decía: “Esa maldita pared, yo la voy a romper algún día”, todos pensábamos que era un mensaje para Doña Luisa y cada vez que sonaba el disco solo se oía un rumor de voces y una que otra imprecación contra el autor del desaguisado ornamental y la consabida mamadera de gallo típica del venezolano. Todos la mencionábamos como “LA MALDITA PARED”.
El arco sin la pared

Años después llegó otro gobernante, tal vez conmovido por el rumor de voces, tomó la determinación de tumbar la pared, para que se cumpliera el deseo de todos, en especial de la dueña de la casa, sin embargo en Cúa en esa materia urbanística jamás la dicha es completa, derribaron la pared pero dejaron un mamotreto de arco indigno de las glorias del general del Pueblo Soberano. Hoy la plaza y la estatua vuelve a sufrir, no el rigor de un terremoto, sino la acción de la Alcaldía, tiene meses así  y parece un campo de batalla, tal vez quieren construir en la Plaza Zamora una réplica de las famosas trincheras que utilizó Ezequiel Zamora en la Batalla de Santa Inés de Barinas, en el año de 1859. No hay forma de hacer entender que esa estatua del General Zamora, obra del gran escultor Vital Debray merece otro trato, la plaza Zamora otro destino, pero nuestros pueblos están condenados a sufrir, ayer por una pared, hoy por  negligencia, ojalá que mañana llegue alguien que en realidad tenga un poquito de cariño por su pueblo y no sigamos  padeciendo tantos males.
Actual remodelación inconclusa.


Nosotros mientras tanto recordamos con profundo cariño y respeto esa Cúa y su gente, la memoria es nuestra raíz y el recuerdo un homenaje a esa Cúa que se nos fue.


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