EL PRIMER PARQUE INFANTIL DE CÚA
VOLVER A LOS JUEGOS TRADICIONALES
Los niños de ayer no teníamos más diversión que bañarnos en la presa de Marín, salir a cazar pájaros con pega, el cine de Estanislao Mijares los domingos, en las funciones de matiné, vermut y tarde, porque intermediaria y noche era para los adultos, esperar las fiestas de octubre para montarnos en la rueda, las sillas locas o los carritos chocones, si venía el circo asistir a ver los tigres, leones y elefantes y los trillados chistes de los payasos. Los Toros Coleados, el Palo Encebado y el Puente del Diablo también formaban parte de nuestro limitado portafolio de diversiones, el calendario marcaba la época del papagayo y la cometa con la entrada de marzo y el verano, en junio el Trompo, las Metras con su Pepa y Palmo eran para todo el año, al igual de la Perinola, el Yoyo y el Gurrufio. Los juegos diarios como Ladrón Librado, la Ere, el Escondido, el Palito Mantequillero, el Gárgaro Malojo, que te Pica el Ojo, Policías y Ladrones, el Guataco por la Orejas y la infaltable Pelotica de Goma y el juego de Bateo de chapitas de refrescos, también la Papa Caliente, a la Víbora de la Mar, la Candelita y el Un, Dos y Tres Taima, aquí fue donde escuché por primera vez la palabra, muy de moda hoy: Guarimba. Quien tocaba la Guarimba no podía ser sacado del juego, ni le correspondía servir.
Los niños de ayer no teníamos más diversión que bañarnos en la presa de Marín, salir a cazar pájaros con pega, el cine de Estanislao Mijares los domingos, en las funciones de matiné, vermut y tarde, porque intermediaria y noche era para los adultos, esperar las fiestas de octubre para montarnos en la rueda, las sillas locas o los carritos chocones, si venía el circo asistir a ver los tigres, leones y elefantes y los trillados chistes de los payasos. Los Toros Coleados, el Palo Encebado y el Puente del Diablo también formaban parte de nuestro limitado portafolio de diversiones, el calendario marcaba la época del papagayo y la cometa con la entrada de marzo y el verano, en junio el Trompo, las Metras con su Pepa y Palmo eran para todo el año, al igual de la Perinola, el Yoyo y el Gurrufio. Los juegos diarios como Ladrón Librado, la Ere, el Escondido, el Palito Mantequillero, el Gárgaro Malojo, que te Pica el Ojo, Policías y Ladrones, el Guataco por la Orejas y la infaltable Pelotica de Goma y el juego de Bateo de chapitas de refrescos, también la Papa Caliente, a la Víbora de la Mar, la Candelita y el Un, Dos y Tres Taima, aquí fue donde escuché por primera vez la palabra, muy de moda hoy: Guarimba. Quien tocaba la Guarimba no podía ser sacado del juego, ni le correspondía servir.
Recuerdo aquel juego desaparecido
de nuestras tradiciones el Conti-mitád, era un convenio, un pacto de caballeros,
que nos enseñaba el valor de la palabra empeñada. Era un compromiso contraído
entre muchachos donde se comprometían, si uno de ellos estaba comiendo un
dulce, un refresco, el otro se acercaba muy disimulado le tocaba el hombro y le
decía Conti-mitád y la golosina debía compartirse entre ambos y se cumplía,
pues de lo contrario las cosas podían terminar a golpes.
Las muchachas tenías sus juegos
propios como Serení Serenado, la rayuela y Doña Ana. Éste último tenía un estribillo con la música del Himno
Nacional y lógicamente como este juego tradicional es anterior a 1810, es muy
probable que le sirviera de inspiración a Lino Gallardo o a Juan Landaeta,
cualquiera de los dos hubiese podido hacer la música inspirado en Doñana :
“Duérmete mi niño,
Yo te dormiré
Con la maraquita
De Julián José-
Teníamos también los juegos de
mesa como el Ludo, el Yaque, el Monopolio y el Dominó, pero lo más nos gustaba
jugar era las cartas españolas con La Caída, El Carga la Burra y el Ajiley y
también el Bingo familiar infaltable los fines de semana.
Cuando llegaban las Fiestas
Patronales los alrededores de la plaza Bolívar terminaban en transformarse en
un garito público donde se jugaba Ruleta de Animales, Blanco y Negro, Batea,
Bingo y las olorosas fritangas, los muchachos estábamos dispuestos a violar las
ordenanzas que prohibían el juego de menores.
El general Isaías Medina Angarita, Presidente de la República
en el período 1941-1946, por solicitud de la comunidad de Cúa, construyó en el llamado Plan de San
José el Palacio Municipal, al lado entre las esquinas de San José y J.A.
Carreño se construyó el primer parque infantil de Cúa, una novedad, para unos
muchachos acostumbrados a divertirse con los juegos tradicionales que hemos
señalado. Hoy ese espacio lo ocupa un garaje de la Alcaldía y unas
instalaciones de CANTV y en la Cúa de hoy no hay parques, han pasado casi 70 años y Cúa no tiene parques y los que
hay está en manos de los malandros.
A mi personalmente me gustaba
mucho, sobre todo el columpio y en la foto de 1951 estoy disfrutando de ese parque.
De allí me comía mi helado de cubitos que vendían a locha o asistía al cine.
Hoy hablar de esto es un anacronismo, los niños, jóvenes y adultos tienen toda
la gama de juegos y diversiones que ofrecen el Internet, sus computadoras, tableta,
celulares de última generación ocupan ese espacio. Sin embargo, tal vez pecando
de improcedente, por no usar un adjetivo más denigrante, aquellos juegos eran
hermosos y creativos, no estoy en contra del uso de la modernidad, pero creo
que hay que rescatar esas bellas tradiciones, la escuela y el hogar tienen una
gran responsabilidad, Algún día me gustaría ver un concurso de cometas,
papagayos, yoyos, metras. Perinolas. Creo que la tradición no choca con la era
del computador, al contrario la complementa. Ese es el gran desafío, combinar
la tradición y sus valores con el mundo del internet, lamentablemente hoy se
está produciendo una generación de mudos e incomunicados, todos aislados en un
burbuja totalmente fuera de la realidad, concentrados en la pantalla de ese
mundo mágico e irreal de la virtualidad. Hay que rescatar el hablar cara a
cara.
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