El uso de las fichas en las haciendas del Tuy


             Las Fichas como monedas, en las haciendas del Tuy 


Hacienda Marin sigloXIX

          
                                                                                                 Manuel V. Monasterios

El intercambio comercial en los siglos XVI y XVII se fundamentó básicamente en el trueque (Intercambio de productos). La falta de monedas obligaba a cambiar harina por marranos, tabaco y maíz por mulas, huevos, gallina y café por plátanos. La habilidad comercial de los productores y la necesidad estableció por largos años esta primitiva modalidad  de permuta prehistórica. También se utilizaron metales como el oro, la plata y gracias a la extracción de perlas, en Cubagua, éstas ocuparon el lugar de los inexistentes doblones, centavos o cobres como se les denominaba a las monedas en aquellos lejanos años de la conquista.
Ficha de la hacienda Marín

Con la llegada de la Compañía Guipuzcoana a la Provincia de Venezuela, primera mitad del XVIII, se introdujo la moneda o peso macuquino. El intercambio comercial con el puerto de Veracruz (México) introdujo ingentes cantidades de macuquinos, los cuales llenaban las cajas de caudales y las alforjas de los “mantuanos”, dueños de las grandes plantaciones de cacao. Esta riqueza o  “Bonanza cacaotera”, propicia la fundación y consolidación de los pueblos del Tuy. Los amos de tierras y esclavos tenían excedentes económicos, procedentesde la venta de cacao, podían disponer del dinero necesario para contratar con Iglesia compromisos de capellanías, censos y parroquias.
En las  últimas décadas del siglo XVIII aparecen por primera vez en las haciendas del Tuy, la ficha acuñada en cobre, plomo o latón, con un valor de ¼ y ½ real para cancelar el trabajo de los primeros libertos que contratados en condición de peones asalariados. Es importante subrayar que la utilización generalizada de las fichas en las haciendas, se debió a la abolición de la esclavitud, durante el gobierno del General José Gregorio Monagas (1854). Los amos tenían que pagar un salario a los antiguos esclavos, ahora en condición de hombres libres. No había disponibilidad de dinero suficiente en circulación, aunque se acuñaron los famosos centavos negros o “Monagueros”. Lo cual propició el florecimiento de un sistema de control feudal, donde el trabajador recibía por sus labores unas fichas, en sustitución del dinero, cuyo valor de intercambio se limitaba a la pulpería, propiedad de la hacienda. En ese negocio, generalmente ubicado dentro de los linderos de la finca, vendía los productos que se consideraban necesarios para el consumo del peonaje. Estos trabajadores no tenían la posibilidad de comparar en otra pulpería. Los precios de los productos los establecía el amo de la hacienda. Todo este régimen económico-social configuraba un sistema de control y explotación humana, muy parecido a la esclavitud.
Ficha de la hacienda Quebrada Honda- Cúa

Las fichas las mandaba acuñar el amo de hacienda, generalmente en cobre o bronce, llevaban el nombre de  la propiedad, algún signo o símbolo, el año de emisión y el valor. Las haciendas de café entregaban fichas representadas en valor de almud o fanegas, de acuerdo a la cantidad de café que recogían. Si era caña de azúcar, representaba el valor del trabajo de tumbar la caña. Entre las haciendas más recordadas por este régimen, el cual estuvo vigente hasta el gobierno del General López Contreras (1935-41). La gran posesión Mendoza ( Hoy Colonia Mendoza), Piñango ( Yare), Quebrada Honda ( Cúa),  Mopia (Santa Teresa), El Volcán (Santa Lucía), Tazón ( Cúa ), Marín ( Cúa),El Yagual ( Cúa), San José ( Cúa), Monterola (Ocumare del Tuy), La Magdalena ( Charallave).
La pulpería o “tienda de raya” como también se le denominaba, porque la firma del peón, en los libros de cuentas de la pulpería era una raya, pues en su totalidad eran analfabetas. Este sistema de “autonomía endógena”, le permitían al amo “Despacharse y darse los vueltos”. La hacienda tenía un poder total sobre la vida y bienes de la peonada. En su pulpería  se vendía  el aguardiente producido en el alambique de la finca. Generalmente el domingo el peón terminaba borracho y endeudado. También se vendía el papelón, el café, la caraota, el arroz, la sal, la carne salada o salpresa, el Kerosene, los fósforos, el queso blanco llanero, el pescado seco para la Semana Santa, la tela de zaraza y el liencillo, las agujas y el hilo de coser. No podía faltar el tabaco en rama, el chimó, el cigarro en mazo, velas de cebo, aceite de tártago para purgar a los muchachos, la manteca de cochino para freír, sombreros, alpargatas y las botas de vaqueta, calderos y ollas de barro
Pulpería del siglo XIX
Habitualmente al lado de la pulpería de la hacienda funcionaba la cancha de bolas criollas y en algunos sitios  una gallera, mesas de blanco y negro o batea (Juego de azar).Con estos divertimentos secerraban el circuito económico  de explotación. Se determinaba cual era el “consumo necesario” del peonaje y se les mantenía anclados a su unidad de trabajo.
Centavo negro monaguero

Esta estructura económico-social se mantuvo  hasta la muerte del general Juan V. Gómez y sólo se superó en 1945 con la llegada al poder del gobierno cívico-militar de la Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Don Rómulo Betancourt. Ese año el campesino enfeudado inició el éxodo y el desarraigo, se mudaban masivamente a los cerros caraqueños, dando origen a los círculos de pobreza y al país marginal, situación económico-social que no hemos podido superar hasta hoy.
Es muy importante que las nuevas generaciones estén enteradas que hace apenas 70 años, así era la vida en estos valles. Esa imagen bucólica de ensoñación que muchas veces se trasmite en las crónicas, hablando de lo hermoso que eran los trapiches papeloneros del Tuy, olvida las relaciones laborales, las condiciones de explotación que padecían los campesinos tuyero   


                             

Comentarios

  1. Que buen artículo mis felicitaciones por dar a conocer esta tierra, me embeleso leyendo sobre todas esa historias ricas en costumbres y añoranzas de su gentilicio, hay mucha historia por descubrir para contar y soñar con los Valles del Tuy...gracias por trasmitir tanto! Mis respetos

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  2. Mil gracias por su comentario. Es nuestra labor. sembrar sentido de pertenencia.

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    1. Buena reseña gracias por compartir. Si posee de este tipo de instrumentos de pago. Son de mi interes este es mi número 0412.7498601.

      Arnaldo Fernández
      @numiscagua

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