DOS TRAGEDIAS EN LA CÚA DE AYER



DOS TRAGEDIAS MARCARON LA SOSEGADA VIDA  DE LA CÚA DE AYER.
Cementerio de Cúa.


EN 1950 Y EN 1961 

Una de las características de la Venezuela de hoy es que las noticias, aún las más graves solo tienen una  vigencia muy corta, los acontecimientos ocurren con tanta rapidez que prácticamente no dejan huellas, las muertes violentas forman parte de la cotidianidad, no hemos deshumanizado hasta el punto que nos preocupamos más las corridas de toros que por la violencia que acaba con nuestra juventud. Hace algunos años en nuestros pueblos, en su ambiente apacible de paz rural, ocurrían muy pocos hechos violentos, lo más común era la pelea a golpes de manos o garrotes, el uso de alguna navaja y excepcionalmente machetes. Los accidentes tampoco eran comunes y si ocurrían unían a toda la comunidad, se sentía el espíritu de solidaridad, todo el pueblo acompañaba en el dolor de manera sincera. Definitivamente era otra Venezuela. No juzgamos si mejor o peor, pero lo cierto es que en  esos pueblos de ayer habían valores que hoy nos hacen mucha falta.
Ramón Elías Solórzano


En esta crónica me voy a referir a dos tragedias que enlutaron a la comunidad de Cúa, que marcaron el recuerdo por muchos años. La primera ocurrió en diciembre de 1950, veinte días después del magnicidio del presidente de la Junta de Gobierno el Teniente Coronel Carlos Delgado Chalbaud, se trata de un trágico accidente automovilístico ocurrido en la carretera de Cúa a Ocumare en el sector Piñate, la víctima del suceso RAMÓN ELÍAS SOLÓRZANO  quien murió en el Centro Médico de Caracas el 19 de diciembre de 1950. Ramón Elías fue un hombre muy carismático y apreciado en la comunidad de Cúa, trabajaba en la casa de comercio “La Casa Rosada” propiedad de Don Tulio y Don Carlos Caballero y hermanos, El entierro de Ramón Elías después de 65 años  ha sido hasta hoy el de mayor asistencia y acompañamiento en la memoria de Cúa.


La otra tragedia que marcó la memoria cueña fue la  que ocurrió en el Colegio privado Alberto I. Padra propiedad de las hermanas Morales Blanco, ubicado frente a la Gruta de Nuestra Señora del Rosario de Cúa .El día 6 de marzo de 1961 como cualquier otro se inicia la rutina escolar de todos los días, además los alumnos semi-internos  desayunaban y almorzaban en el colegio, en 1961 todavía la harina Pan para hacer arepas no era muy conocida como ahora, las arepas se hacían con granos de maíz pilado y molido.
El colegio compró el grano en el mercado municipal de Cúa y por razones inexplicables estaba contaminado con un insecticida de nombre Parathión, la intoxicación fue general de todos los alumnos comensales de aquel día, empezaron a padecer los síntomas, dolor abdominal, vómitos, palidez, baja de tensión, de inmediato fueron trasladados al viejo Hospital Dr. Osío, ubicado en la casona del Ateneo, bajo la dirección del Dr. Jaimes, los más graves fueron trasladados al Hospital Simón Bolívar de Ocumare del Tuy, se salvaron 10 estudiantes pero lamentablemente murieron tres: Juan Martín Guardia y su hermanita, hijos de Don Ernesto Guardia, propietario con su hermano Hugo de la hacienda Sousa, hoy Urbanización Nueva Cúa y Juancito Morales , familiar de las hermanas Morales Blanco. La noticia conmovió a la población, la prensa capitalina se ocupó del triste acontecimiento, el Observador Creole del canal 2, hizo una reseña con reporteros que vinieron a Cúa, la Gobernación del estado Miranda en la persona del Gobernador Dr. Daniel Scott Cuervo declaró la emergencia y el duelo, el señor Celestino Rodríguez era el Presidente del Concejo Municipal y se iniciaron las investigaciones sanitarias y policiales pues en la población  habían otros casos de intoxicados incluso en Sacua  falleció una señora, en  ese caserío se había sembrado y cosechado el maíz que generó la tragedia.
Hermanos Guardia y Juancito Morales en los oficios reliosos 1961Padre Juan Martín Aguirre, Padre Ugalde, familiares y amigos.



El entierro fue una manifestación colectiva de dolor, Todo el Tuy estuvo presente, las autoridades regionales y locales, todos los colegios suspendieron clases y acompañaron el entierro desde el templo hasta el cementerio municipal.
Entierro calle José María Carreño, estudiantes de todos los colegios y sus maestras.

 

Dos tragedias que marcaron a la comunidad de Cúa y  quienes la vivieron todavía la recuerdan con profundo dolor. 
Entierro  en la calle Comercio


Del libro:”Memorias de un pueblo que se nos fue” de Manuel V. Monasterios.

Fuente oral: Sr Juan O. Duc.
Nota necrológica

Comentarios