HOY NO SOMOS FELICES Y ADEMÁS
SÍ LO SABEMOS.
Aunque muchos “chamos” no lo
crean y muchos adultos no lo recuerdan en este país nadie hacía colas para
comprar su comida, incluso aquí en Cúa, en los años 60 mi padre Manuel
Monasterios F. que tenía su negocio en Los Corrales, dio un paso muy importante
y a los clientes se les llevaba a su casa por cuenta del negocio, después
hacer sus compras, con sus bolsas llenas
de productos de calidad, sin limitaciones de ningún tipo, sin necesidad de
presentar cédulas, ni pasar por capta
huellas. Las amas de casa llamaban al teléfono Nº 90 y la lista de productos
solicitados le llegaba a su casa sin costo adicional. No habían llegado las tarjetas de crédito o débito, todo se pagaba
en efectivo, pero un mercado bastante
completo para una familia promedio podía costar 150 Bs. Vivíamos en una
Venezuela completamente diferente a este caos de hoy. No existía el malandraje,
ni consumo de drogas. Fuimos felices en
una sociedad sana, sencilla y más humana. El progreso se buscaba por medio del
estudio y el trabajo. Vivíamos en una sociedad con valores. ¿Qué pasó?, ¿Porqué
en los últimos 20 años todo se derrumbó? ¿Podremos volver no al pasado sino a
una Venezuela fundamentada en los valores cívicos, la tolerancia, la honestidad
y el trabajo? o estamos condenados a vivir
eternamente en este infierno de racionamiento, de hampones, de corruptos.
Creo que si hay esperanzas de
cambio, la gente está aprendiendo a fuerza de golpes, el calamitoso socialismo
tropical venezolano se ha tornado en una verdadera tortura china, aunque
algunos gozan de su masoquismo rojo, es misión imposible reponer una bombona de
gas, encontrar unas pastillas para un mal, comprar una simple panela de jabón,
una pasta de dientes, una batería para
un auto, no hablemos de agua, electricidad, son palabras mayores que nos hacen repetir es nostálgica y pesimista consigna
:”Éramos felices y no sabíamos”. Pero la verdad es que no estamos en aquella
Pequeña Venecia, polo de atracción para los inmigrantes del mundo, estamos en
el África sub-sahariano de Chad, Zimbabwe, Eritrea o el Congo, Haití está mejor
que nosotros y Cuba no superó, somos la cola del mundo en bienestar y la cabeza
en males y sufrimientos
Éramos felices y no lo sabíamos, triste
realidad, hoy podemos ser felices, si queremos , la mente es poderosa , pero se
impone la cruda realidad y aunque no aspiramos a nada, tenemos que comparar:
Ayer había delincuencia pero podíamos
salir a la calle, las cosas estaban caras pero podíamos comprarlas, había
trabajo y aunque no ganáramos millones nos alcanzaba para vivir y reunirnos en
el patio de alguno a comer parrilla y beber cerveza mientras juntos caraquistas
y magallaneros éramos presa de las bromas del que ganara. Podíamos tener nuestro auto, mantenerlo, hacer
uno que otro viajecito. Hoy nada de nada y no debería ser así porque una nación
que ve el pasado mejor que el presente, se está condenado a no tener futuro. Había
corrupción, si es cierto, pero no este
despropósito, esta danza de hampones burocratizados y uniformados llenándose de
manera vulgar y con ostentación de su riqueza mal habida. Éramos tan diferentes
a lo que somos hoy, que hasta nos dimos el lujo de destituir a un presidente
para enjuiciarlo. Eso es imposible en esta Venezuela participativa y
protagónica.
Bueno tengo que terminar de escribir porque me toca racionamiento electrico, no hay agua
y tengo que hacer una cola para ver si logro comprar algo, pues hoy es mi día
de suerte, el terminal de mi cédula es el uno. Eso sí, tengo una tremenda patria.
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