El Espanto de la Calle Roscio.(EZEQUIEL ZAMORA)




 EN CÚA APARECE EL FANTASMA DEL GENERAL EZEQUIEL ZAMORA
 La calle Roscio en Cúa, se llamó también El Malabar, hoy es la calle Zamora, allí está ubicada la casa natal del general Ezequiel Zamora, ambiente en que se desarrolla este cuento


EL ESPANTO DE LA CALLE ROSCIO.
Los cuentos de aparecidos forman parte de las tradiciones y leyendas de
nuestros pueblos. En este cuento se unen la leyenda y la hipótesis histórica,
alrededor de la inmensa figura del general Ezequiel Zamora.


 CUENTO                                                                    Manuel Monasterios
José Francisco Machuca, coronel liberal, jefe de partidas en los alzamientos

del “Mocho” Hernández, derrotado en todas las escaramuzas que con

pretensiones épicas había librado. Sus trofeos de guerra fueron las vacas, los

cochinos y las gallinas que sus tropas confiscaban con fines militares.

Comenzando el siglo XX, por primera vez, formaba parte de la burocracia

gubernamental, aquellos empleados que pasaban hasta tres años sin cobrar sus

sueldos; el gobierno recién estrenado del General de Cipriano Castro lo

premió por sus méritos, con el cargo de Jefe Civil y Militar de Cúa .Tenía

intenciones de pasar una larga temporada, en el pueblo tuyero, incluso

pensaba adquirir alguna finca para el engorde de ganado. Lo único que le

molestaba era el intenso calor que hacía en aquel año, pues el día que llegó

dejó la montura al sol y se le derritieron unos adornos de metal que tenía la

chocontana, que había comprado en la Villa. El año anterior había azotado la

langosta y el vomito negro, además, como complemento, tenía casi un año sin

llover y las cosechas se habían perdido.

Sin embargo era mejor convivir con aquel cúmulo de problemas que seguir

como un proscrito, huyendo por aquellos caminos y montes, sin rumbo fijo,

pasando hambre, durmiendo mal, con la esperanza de derrocar el gobierno

para hacer justicia ante tantos desmanes. Su primera misión fue arrestar a

cuatro “enemigos” del gobierno de La Restauración y remitirlos amarrados a

la vieja prisión de la Rotunda en Caracas .Las detenciones eran sin formula de

juicio, Llegaba la comisión a la casa del futuro preso, con mucha educación le

decían: El coronel quiere hablar con usted, puede pasar por la Jefatura, el

candidato a los grillos, respondía que pasaría más tarde. Entonces el agente

policial le decía que era ahora, porque la cosa era urgente y así lo llevaban,

una vez en la jefatura, lo encerraban y le decían:”Usted esta a la orden del jefe

civil”, la causa de la detención era variada, quizás por haber emitido una

opinión contraria al nuevo gobierno, la cual llegaba a oídos del Jefe Civil

gracias a los informantes, personajes existentes en todos los gobiernos La

principal función Jefe Civil y Militar era mantener el orden y la paz, evitar

conspiraciones en zona.

El coronel José Francisco empezó la búsqueda de una casa, que llenara sus

aspiraciones familiares, estaba cansado de vivir en la “galería acondicionada”

en la casa de sus suegros en El Valle. Ellos le permitieron que se “arrimara”

por su situación de revolucionario, ya que muy pocas veces estaba en el hogar.

Ambicionaba una casa amplia con varias habitaciones, sala, comedor, cocina,

patio, lavandero y corral, algo digno de su investidura de primera autoridad.

___Quiero vivir como gente respetable, Luisa merece una casa como siempre

la ha soñado, donde ella sea la que mande y no este sometida a la voluntad de

doña Anita, la suegra. Muy buena, pero siempre tirando puntas: __”El que se

casa, casa quiere”.”Ya la galería le queda pequeña por los niños”

___Ya es hora de vivir como Dios manda, decía el coronel.

___Por ahora alquilo, después compro.

En su búsqueda se enteró que el General Carballo tenía una buena casa por la

Calle Roscio y la tenía desocupada, desde hacía algún tiempo. La fue a ver y

le gustó, estaba bien conservada, con una “lechada” quedaba como nueva,

además el alquiler no llegaba a 20 pesos. Así concretó el negocio con el

General. Además contrató con ebanista “Machero” quien le elaboró los

muebles de paleta, la cama grande y las dos de los muchachos, el comedor y el

resto del moblaje lo trajo de El Valle.

En menos de un mes estaba instalada la familia en su nuevo hogar, quejándose

del calor, pero felices por la comodidad de la casa. Como era costumbre en la

época se ofrecieron al vecindario y recibieron las visitas de cumplido de

vecinos y amigos. Así empezaron a integrarse a la comunidad cueña de

comienzos del siglo XX.

Cada uno de los hijos tenía su propio cuarto, Doña Luisa contrató dos

muchachas como servicio de adentro, José, el aguador, fue contratado para

llevar agua desde río Tuy hasta la casa, hacer los mandados y llevar a los dos

niños hasta la escuelita “Paga” de las hermanas Lugo.

Una tarde estaba doña Luisa ocupada zurciendo unas sabanas y se acercó

María Salomé, una de las muchachas de servicio y le preguntó:

__Doña Luisa. ¿Quien es ese catire con pelo “pasuo” que está sentado en el

corral?

__María Salomé, seguro que te mojaste después de planchar y estás

desvariando. __Cuidado con un pasmo.

_ ¿De qué catire hablas tú?

__Doña Luisa yo no hablo “pajuatadas”, allá en el corral, sentado en una silla

de cuero está ese señor.Yo pensaba que era de la familia.

__Vamos a ver.

Se dirigen al corral, ambas mujeres, pero allí no hay rastros del catire.

__Te fijas María Salomé que son imaginaciones tuyas._ ¿Dónde está?

__Yo solo se que allí estaba, donde está ahora no lo se.

A los pocos días de aquel encuentro, Doña Luisa, a eso de las 6 de la tarde, fue

al corral recoger una ropa, cuando regresaba, fijó la mirada hacia la mata de

tamarindo y vio a un joven, vestido de militar, con un kepis, sobre la gorra

militar un sombrero y en el sombrero una flor amarilla. Era en verdad un

catire flaco y perfilado.


Doña Luisa, temblando, trancó la puerta y se fue a la sala donde estaban sus

hijos, no hizo comentarios para no angustiar a los muchachos, apenas llegó el

coronel le dijo:

__Francisco José tengo que decirte algo muy importante, sin que los

muchachos se enteren.

Se dirigen a la cocina y Doña Luisa en voz baja le dice:

__En el corral está apareciendo un hombre que por su vestimenta es militar de

la Federación, aparece bajo el tamarindo sentado en una silla de cuero, Lo vio

María Salomé hace días y yo lo vi hoy a las 6 de la tarde.

__Tu sabes bien Luisa que yo soy escéptico, no creo en apariciones de

muertos, creo en apariciones de vivos, puede ser un vecino que entra al solar a

molestar, o tal vez buscando una de las muchachas de servicio. Vamos a

ponerle atención y ya verás la “planazón” que le vamos a dar.

__Ojalá que sea así José Francisco_ pero yo creo que es un espanto_. No se

sorprendió al verme, ni dio muestras de nerviosismo, solamente estaba sentado

revisando unos papeles.

No había pasado una semana y el hijo mayor del matrimonio, llamado Jacinto

Antonio le dice a su mamá que había estado conversando con un señor que

estaba en el corral.

__Mamá ese señor, es un militar como mi papá, me dijo que se llama

Ezequiel, que estaba esperando a mi papá para hablar con él, me dijo que

había nacido en esta casa.

__La madre, sin poder articular palabra, no responde a las informaciones de su

hijo.

Apenas llega el coronel, le cuenta lo ocurrido, éste se dirige al corral, en busca

del extraño, pero en el corral no hay señales del militar.

El coronel José Francisco busca datos clarificadores en el pueblo sobre aquella

casa de la Calle Roscio, donde vivía con su familia, Don Luis Hermoso, el

Registrador, le informa que esa casa perteneció a Don Antonio José Zamora,

hermano de Don Alejandro Zamora el padre del general Ezequiel Zamora, fue

esa la casa donde nació el general de la Federación, porque esa era casa que

tenían en este pueblo, desde donde se comerciaba con el llano desde la época

colonial, Don Antonio José Zamora era un rico comerciante del Apure y a esa

casa siempre llegaban los Zamora cuando venían del llano o de Villa de Cura.

__ Según refieren los viejos vecinos que el general Zamora estuvo varias

veces en esa casa, en el año1846 cuando las guerrillas de Guambra, después

en 1856 cuando casó con Estéfana Falcón, hermana del general Falcón y en

1858 antes de salir a Curazao.

Dicen que esa casa no hay familia que dure, porque sale un militar, según es el

general Ezequiel Zamora.

___Con razón el general Carballo me la alquiló tan barata.

___Mire Don Luis, a mi no me van a embaucar con ese cuento, aquí hay otra

cosa y la voy a descubrir.

El coronel se puso alerta tratando de comprobar aquella historia tan

descabellada que le había contado Don Luis Hermoso, pero pasaban los días y

el difunto general no hacía su aparición, hasta que una tarde su hijo Jacinto

Antonio le llevó un sobre que le enviaba el militar del corral, el papel escrito

con una letra fina, de buenos rasgos, donde se leía claramente:

Coronel José Francisco Machuca

Necesito conversar con usted el próximo lunes, en la noche.

Sin firma, ni fecha, esto hizo que el coronel pensara en una trampa de los

enemigos del gobierno. Sin embargo, dijo: __Yo jamás le saco el bulto a un

compromiso, así sea con espantos o con el mismo Satanás. Ya veremos el

lunes.

Llegó el día indicado para el encuentro, el coronel desde temprano empezó sus

preparativos, en primer término no le contó a nadie lo de la cita, pues si lo

hacía, podían pensar que tenía miedo y no era capaz de enfrentar solo la

situación. Preparó con las cargas necesarias dos revólveres Coll, su cola e

gallo, colocó un buen tirador dentro de la casa para protección de la familia.

Su mujer le preparó un crucifijo bendito, una botellita con agua bendita y otra

con cuerno de ciervo. Desde la 7 de la noche se acomodó en una silla, solo, a

esperar.

A eso de las nueve de la noche, con el reflejo de la luna, el coronel ve a un

militar con uniforme de General Federal que se acerca, con paso firme y

rápido, el coronel se pone de pie y al tener frente a frente al General Ezequiel

Zamora, su instinto militar le hace poner firme y ejecutar un saludo militar.

__Descanse coronel__ Lo que le vengo a decir es una cuestión de honor, solo

usted me puede ayudar.

__Diga usted General.
General Antonio Guzmán Blanco


__El General Antoñito Guzmán, mi secretario de guerra, en sus arrebatos de

soberbia se llevó al Panteón de la Patria a un cuerpo que no era el mío. A mi

me importaría un carajo ese error, pero los restos de esa sepultura del Panteón

son huesos de perro, no de humano.

__Mis despojos están en la sacristía de la Iglesia Parroquial de los Teques.

__Coronel haga usted las gestiones necesarias para remediar este mal y pueda

descansar con dignidad.

__Si usted cumple con esta misión, podrá disponer del contenido de una caja

de hierro donde está el tesoro que el indio Francisco José Rangel, quien lo

confiscó en Yuma al Dr. Ángel Quintero. El indio me lo entregó para la

revolución antes de morir.

El general se retira hasta llegar al árbol de tamarindo y desaparece.

El coronel José Francisco Machuca piensa que el encuentro es un sueño, no

puede ser cierto que haya hablado con el general Zamora, quien además le

pidió un favor y le ofreció una gratificación.

__ Le dice a su esposa___Luisa lo ocurrido no puede salir de aquí, ni siquiera

el guardia de confianza debe saber nada. Solo puedo hablar y poner en

conocimiento de los hechos a mi General Cipriano Castro es el único que

puede ayudar en este difícil compromiso.

Mediante telegrama solicita la audiencia con su jefe, quien le recibe quince

días después, le informa detalladamente del asunto y le solicita su cooperación

para cumplir las aspiraciones del ilustre difunto, sin embargo, ladinamente no

menciona para nada el tesoro del indio Rangel.

Como prueba de su conversación con Zamora presenta el papel de la cita, El

General Castro tiene sus dudas, sin embargo sabe de la seriedad del coronel, le

dice:


__Es muy importante su relato, por la jerarquía del personaje para la causa

liberal, pero debo investigar con reserva para no cometer un “papelón”.

Los calígrafos al servicio del gobierno certifican que el papel fue escrito por el

General Zamora con una extraña tinta. El general Castro solicita informes de

los familiares de Zamora, del Dr. Lisandro Alvarado, biógrafo del ilustre

liberal, del General Francisco Tosta García, familiar cercano del General del

Pueblo Soberano. Todos corroboran la tesis: “Los restos del Panteón no son

los del Valiente Ciudadano”.

Estos informes impulsan al Presidente Castro a escribir un informe dedicado a

la Academia Nacional de la Historia titulado: “La Verdad Histórica sobre la

muerte y enterramiento del General Ezequiel Zamora”, fechado en Caracas en

1904

.La gestión oficial no pasó de allí, por más que el coronel Machuca insistió la

propuesta se quedó en el informe del Presidente. Algunos académicos

convencieron al General Castro de la inconveniencia política de aquella

verdad, era mejor para todos dejar las cosas así Mientras tanto el coronel

Machuca angustiado veía que tesoro del indio Rangel se iba alejando, se le

ponía muy difícil. No lo podía cobrar porque había incumplido su misión.

El coronel empezó por su cuenta a romper y abrir huecos por todos los

alrededores del tamarindo, abría un hueco y lo volvía a cerrar y nada que

aparecía el tesoro. En las noches se empezó a sentir un machete que raspaban

por los suelos, la ropa que se colocaba en el ropero, a la hora de dormir,

amanecía en el corral, se perdían o cambiaban de lugar las ollas los cubiertos y

los cuadros, era difícil dormir en aquella casa llena de extraños ruidos. A

Doña Luisa no la dejaban tranquila, en un solo día le quebraban una docena

de huevos a su alrededor sin golpearla. Si continuaban en esa casa todos

terminarían locos. Un día cansados del espanto agarraron sus “corotos” y se

mudaron a otra casa por la calle de la iglesita. El caserón lo compró el señor

Panchito Bravo, hasta hoy nadie ha dado con el tesoro del indio Rangel .Los

restos de Zamora continúan en los Teques y en el Panteón Nacional todavía

esperan por la verdad.
Templo de los Teques 1895


Cúa 2 de junio del 2006

Día de San Esteban, Obispo







Comentarios

  1. Que cuento tan bueno...me encanto y me entristeció porque entonces el no esta descansando.

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  2. Gran relato, de verdad que me encantan este tipo de crónicas, excelente.

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  3. Muchas gracias señor Vicenz por su estimulante comentario.

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