LOS ENCANTOS DEL RÍO TUY Cuento leyenda..



           UN SUBMARINO EN EL TUY

                                                                       Cuento.
                                Los “Encantos” del Río  Tuy
                                                               


El  Río Tuy  fue desde siempre el centro de la vida económica, social y recreativa de los Tuyeros,  recogemos la leyenda de los encantos del río y la recreamos  en un cuento que se desarrolla en distintas épocas. Un homenaje a los desaparecidos pescadores  del  Tuy.

                             ¡Salvemos nuestro Río!


Agustincito vivía en una colina sombreada en las orillas del Tuy, a pocos pasos de la boca toma de la vieja acequia de la Hacienda Tazón;  cada año veía como el río pasaba cargado de carameras de frondosos árboles, mástiles de cambur y plátano, cochinos, vacas, culebras y uno que otro cristiano que al descuido de un paso, la corriente se llevaba, sin que nadie pudiese hacer algo por salvarle. Era el tributo anual que todos pagaban al río grande. El Tuy daba vida pero también reclamaba muerte y destrucción, como los antiguos dioses.
 Santiago Riobueno, pasaba la vida en el río, el único de los viejos “tarrayeros”  capaz de pescar en medio de una creciente, siempre cogía guabinas, corronchos, bagrecitos, camarones, mataguaros y hermosas sardinas, lo mismo en verano que en invierno, porque según se decía, conocía los secretos de los “Encantos del río”. Estos conocimientos le permitían  dominar sus aguas, aun en los peores momentos, pescar con absoluta tranquilidad. Santiago le decía a su compañero Agustincito que esos conocimientos los habían adquirido hacía muchos años, cuando estaba pescando en un día de sol y no se sabía lo que estaba ocurriendo en las cabeceras del Tuy, de pronto bajo una gran creciente que se lo llevó hasta el remolino del pozo.
El río Tuy crecido.

___Dime Santiago, ¿Cual el secreto para dominar el río? ¿Cuál es tu poder para que el Tuy te respete?
__Agustincito tu tienes un problema muy grave, igual que resto de los pescadores, no tienes fe, no crees en tus fuerzas internas y te dejas dominar por el miedo, tienes que creer en lo que haces y pedir solo el auxilio Divino, no pretender que Dios lo haga todo.
____Si Santiago, _ Yo que he visto tanto muerto pasar hinchadotes, comidos de zamuro, se perfectamente lo que es un río crecido, no se como puede tu pescar sin que la corriente te “trasbuque” y  amanezcas podrido en un cacaotal de Barlovento.
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__Te repito es cuestión de fe , de haber pasado como yo por el hermoso poblado que hay debajo de la piedra de Juaniquito, donde encantaron a Macario.__ Te acuerdas que le sacaron del pozo con oraciones, agua bendita después de 4 semanas perdido. Macario emanaba un olor a rosas de Francia. Su cara no era de muerto sino de placer y satisfacción.

____Si es verdad, yo lo vi. Eso fue en año 26. Recuerdo que la urna la elaboró el maestro Florencio con tablas de jabillo, forrada por dentro con zaraza teñida de negro.

__Recuerdas Santiago cuando  llevábamos el difunto a enterrar no pesaba nada y detrás de la urna venía una nube de mariposas y tucusitos___ ¡Ave María Purísima ¡­­__Parecen cosas del demonio.
__Lo que ocurrió a  Macario lo conocemos bien porque fue hace poco tiempo. También el caso de Juan José Guzmán  según cuentan a él se lo llevo a ese pueblo que hay debo de la piedra de Juaniquito una hermosa mujer y no lo dejaba volver, cuando apareció varias semanas después, no sabía donde había estado y hablaba incoherencias que nadie entendía.
____Mira Agustincito cuando la época de los esclavos, fueron muchos los que se perdieron en la piedra de Juaniquito y muy pocos lograron regresar vivos y contar la historia y que además les creyeran.
__Recuerdas Agustincito lo que contaban los negros de la hacienda Piñango. Por varias generaciones se repitió que  en la época de la colonia, cuando estas tierras eran del Marqués de Mijares, del Marqués del Toro, de Don Nicolás Tachón y de Don Juan Piñango y la riqueza era el cacao y  el añil. Es la historia de José Bernabé, hijo de  Don Juan Piñango , el amo blanco y de una hermosa mulata. Según cuentan que José Bernabé tenía facciones finas, incluso los ojos del moreno eran de un color verde profundo y con solo mirar a las mujeres que le gustaban las dominaba, fueran éstas negras, mulatas o blancas. Las sometía a su voluntad.

__ A negro “vivo” era José Bernabé, figúrate que aprendió a leer, casi por su cuenta y tenía acceso a muchos papeles de Don Juan, sabía lo que pasaba en otras tierras, pues leía los periódicos viejos que le llegaban al amo de España. Sabía de otras tierras, hablaba de reyes, de rebeliones y habla de libertad y de la necesidad de romper las cadenas.

__ Un día se estaba bañando en el pozo de la piedra de Juaniquito y se  aparece una hembra, con aspecto de india, una mujer de una gran belleza, con prendas de oro y piedras preciosas
y un traje hermoso y resplandeciente, no había costurera en esta tierra capaz de hacer aquel vestido .La hermosa mujer con sonrisas y halagos invita a José Bernabé a visitar su residencia,  según ella, quedaba debajo de la gran piedra, allí había una civilización perdida, anterior a los primeros pobladores de estas tierras, afirmaba la bella mujer que los habitantes de aquella villa subterránea vinieron de muy lejos y se habían mantenido por siglos escondidos, aunque por debajo de la corriente del río se comunican con tierras lejanas. Salen a la superficie para buscar Tabaco, Papelón y Sal, no para ellos, pues no necesitan productos fabricados por los humanos, sino para el asentamiento de habitantes  invitados, la otra razón de  sus incursiones  fuera del  río es para invitar los mejores ejemplares de la raza terrenal para ligarse a ellos y mantener saludable a su especie, evitando la degeneración. De esta liga o “mestizaje subterráneo” han salido los ejemplares de ambos sexos más hermosos e inteligentes, pero no es recomendable la reproducción solo entre gente de las profundidades.
Dice la bella mujer__ “Si queremos que nuestra raza perdure los necesitamos a ustedes. Lo único bueno que hacen ustedes es reproducirse, pero no saben educar sus hijos”.
:__Debajo del pozo hallarás abundante comida, caciques y reinas de especial belleza, mujeres bien formadas con largos cabellos, piernas contorneadas, hermosas caderas, piedras preciosas en cantidades jamás vistas, el oro en todas formas imaginables, Hay un inmenso diamante donde se puede ver el futuro de las personas y la historia de los pueblos, las cosas que pasaron  y las que vendrán. Allí está la verdadera felicidad, no hay pobres, ni ricos. Ni amos, ni esclavos, .ni enfermedades, ni dolor.
José Bernabé, se queda pensando en las palabras de la bella. Le dice:__ Si entro con  su merced al pozo, me quedaría allí para siempre o podría regresar a mi pueblo.

 La “Encantada” le dijo: __ Eso depende de ti y de tu voluntad porque en mi mundo no existe la esclavitud.__ Los que vienen de fuera son libres, pero es tanto el placer que sienten, tanta la felicidad que jamás quieren regresar. José le pregunta si en las profundidades existen la muerte y el dolor. La “Encantada” le responde que para los hombres del mundo exterior si, para los nacidos allí no.
__ El dolor físico y el moral existe para ustedes, para nosotros no, aquí no hay enfermedades, el trabajo que hacemos es por placer jamás por necesidad o por hambre o por aprovecharnos del débil, __ No tenemos concepto del valor económico de las cosas. __Aquí no hay crímenes, ni robos, el delito no tiene sentido, por que todas las cosas, son de todos.  No hay propietarios, no hay amos.
Pregunta José Bernabé__ ¿Allá abajo hay curas con cruz y mandador obligando a creer en un Dios?__ ¿Allá abajo hay mayorales con cepo para castigar ?__ ¿Amos que lo pueden a uno comprar y vender como bestias?
___No existen esos inventos humanos, esas formas de maldad y destrucción creadas por ustedes. Los reyes o caciques solo se preocupan por el bien de todos, no necesitan de guerras, ni de cárceles, ni de armas. Estamos libres de la envidia y del odio.
__ Si es así voy a bajar contigo a ese pueblo pero con dos condiciones: __ Me regreso cuando quiera y con lo que quiera.
___ Eso no es un impedimento, recuerda que allá tú eres verdaderamente libre.
Así  fue que José Bernabé, el mulato, hijo del amo Don Juan, bajó de la mano de la bella mujer  a las profundidades del pozo de Juaniquito en el Río Tuy.

 Debajo de la piedra había una especie de sifón que comunicaba con una cámara donde predominaba una tenue luz azul, donde se oía una suave música semejante a violines y flautas, algo que jamás habían percibido los oídos de José, acostumbrado al “tan tan” de la mina, el tambor redondo y el culepuya de las fiestas San Juaneras de junio. Un olor a rosas frescas, una sensación permanente de placer que podría calificarse de “estado de felicidad”
Caminó por un largo pasillo y llegó a un enorme salón donde fue recibido por una delegación de bellas mujeres, que le llevan a un sitio donde le cambian su humilde vestimenta de siervo semi- esclavo, por un traje ajustado al cuerpo, hecho de una suave tela flexible, que controlaba la temperatura del cuerpo y le hacía  casi olvidar todo lo que había vivido en su mundo.Le dieron de comer platos con extraños sabores, difícil definir si eran dulces, salados, picantes o ácidos o una combinación perfecta de todos los gustillos, agradables al paladar y un licor muy suave, con la textura del terciopelo, que contribuía aumentar la sensación de bienestar sin borracheras; el licor se convertía en burbujitas frías en la boca.

Su trabajo en la ciudad perdida, desde su llegada fue el de una especie de  padrote con las mujeres más hermosas que ojos humanos jamás vieron. Esa era la razón fundamental de su estadía en aquella maravillosa localidad, esa era la forma que tenían aquellos sobrevivientes de esa extraña civilización para mantener sangre nueva. La vida de José era comer los platos más exóticos, beber bien, tomar unas grageas azules, descansar y estar en forma para cumplir su misión.
José Bernabé en sus momentos de descanso conocía nuevos espacios y las miles de individuos que vivían en aquella extraña ciudad, donde todo funcionaba con la precisión de un reloj, sin presiones, sin soldados, ni policías y los jefes era unos caciques que solo se diferenciaban de los demás en los vestidos, nadie tenía que pagar impuestos, ni contribuciones especiales, ni el Teniente de Justicia se robaba  la cosecha, ni podía violar a las hijas de las esclavas. Aquello para  José era el Paraíso terrenal que mencionaban  los curas, pero mucho mejor porque se podían cometer algunos pecaditos sin peligro de perder el alma. De vez en cuando le daban de comer algunos platos propios de su vida terrestre, pero con un sabor único e inigualable.
Así  trascurriendo el tiempo, pero José no sabía si eran días, meses o años. El tiempo no se podía medir por el sol o por los pasos de luna, ni por las lluvias, ni los veranos.
Un día José pudo conocer ese diamante gigantesco donde se podía ver el futuro y el pasado, un operador le preguntó si quería ver algo. José le manifestó que quería ver que le esperaba cuando saliera de ese lugar, pues Don Juan seguramente pensaba que se había escapado para algún “Cumbe  cimarronero”, para formar rochela en las montañas.
 Se acercó y vio en una de las caras de la inmensa gema a un personaje igualito a él  comprando con oro la hacienda del amo y la libertad de su familia, en otra cara  se veía una guerra feroz, con muertes, sangre y un sol radiante, en otra cara un negro con las cadenas rotas y más sangre y en una parte del diamante que giraba como un calidoscopio se veían sucesivamente hechos trascendentales de la historia del reino y del mundo.  A José Bernabé le llamó la atención lo que sería su tierra en el futuro: La riqueza ya no era cacao, ni el añil, ni la caña de azúcar, sino  un betún negro cuyo valor crecía con el tiempo y daba más poder a los que gobernaban, el betún producía tanto que no era necesario trabajar y todos los habitantes se creían ricos. El betún era bendición, pero también era la maldición, algunos le llamaban el “excremento del diablo”, generando guerras, muerte, destrucción acabando con la vida. No era halagador el futuro de aquel reino donde todos pretendían vivir sin trabajar.
 José Bernabé dijo al ver el futuro, que era mejor para él haber nacido en 1778.
José Bernabé, pasó varios años perdido de su gente y un día regresó con unos talegos de terciopelo, llenos de oro, dispuesto a comprar la libertad y la hacienda del amo Juan. El oro lo guardó a buen recaudo para evitar robos, se presentó  ante su padre, el amo Don Juan Piñango, éste al verlo ordena al mayoral que lo amarre, por ser un fugitivo. José Bernabé le dice que todo tiene su explicación, que le permita enseñar unos documentos que traía en sobre lacreado con el sello de su Majestad.
__Don Juan le dice al mayoral___Permíteme el sobre para ver qué es.
 Intrigado al ver el sello real en manos de un negro, procede a romperlo y a leer un inmenso pergamino que tenía  al final en letras grandes:  San Ildefonso seis de junio de 1796, con aval genuino puño y letra del Rey, en el documento se ordenaba de acuerdo a la real Cédula de Gracias al Sacar, previa indemnización económica a Don Juan Piñango, se le tuviera como hombre libre a José Bernabé Castro, por ser de raza blanca, pudiendo comprar, vender, usar las prendas propias y las prerrogativas de los blancos, incluso ser reconocido con el  tratamiento público de Don .
Real Cédula Gracias al Sacar

A Don Juan por poco no le da un infarto al leer el pergamino, no por José Bernabé, quien al fin era su hijo, era inteligente, mejor parecido que muchos blancos, sino por lo que significaba aquella Real Cédula para el orden social, Era inaceptable que un pardo se igualara a un blanco, aun con todos los pesos y maravedíes de oro que tuviese en sus arcas. Jamás un negro podía ser considerado persona de calidad, eso era “fin de mundo” así lo ordenara Su Majestad.___”Negro es negro” como puede ser blanco y su apellido no es de gente. __ ¿Como pretenden en España a fuerza de real cambiar la naturaleza?



___ ¿Que te crees­­__  ¡pendejo ¡__ que comprando tu libertad y una hacienda, ya eres un señor?
___ ¿Que te vamos a dar el trato de un señor, si hasta ayer no más eras nuestro sirviente?
___ No es posible, .la calidad no se compra, ni con oro, ni can plata, es cuestión de sangre, viene de atrás.
___Su merced Don Juan me va a perdonar en que insista.___Las órdenes reales son para cumplirlas o terminará usted acusado de traición.
 ___Es cierto__ son para cumplirlas pero no para acatarlas, ¿Cuando crees tú que vendrá a estos montes el Rey o su representante a defenderte a ti y tu presunta blancura?
__Perdiste tus reales José Bernabé.

__Mi amo Don Juan recuerde que si la cuestión es por sangre, tengo resuelta la mitad, la otra mitad estoy dispuesto a pagarla en oro, los mejores “vellones” jamás vistos por estas tierras, ponga precio a la hacienda, a la libertad de mi madre y de mi hermana, diga usted.
___ ¿Y de donde sacaste  tanto dinero?

___ Esa es una historia larga, algún día se la contaré, hoy lo importante es que usted acepte mi propuesta.

Así fue como José Bernabé terminó como el nuevo amo  de gran hacienda, liberó a sus familiares del yugo de la esclavitud y pasado el tiempo casó por la iglesia con toda la solemnidad y pompa de la época con Doña Manuela del Ollo y Pontes, blanca de las mejores familias de la Victoria. Todo gracias a su estadía con el encanto del pozo.


___Carajo-- Santiago, ese cuento del negro José Bernabé no lo había oído  así tan bonito, conocía algunos elementos de la historia pero no con lujo de detalles.

___ Mira Santiago me provoca lanzarme al pozo para ver si logro bajar al paraíso y salir de una vez de tantas miserias y necesidades que paso en estos matorrales.
__La cosa no es fácil Agustincito, se necesita la suerte de que te inviten.
A partir de ese día Agustincito se la pasaba todo el día y las noches junto al pozo de Juaniquito esperando a la “bella encantada” y nada que aparecía. Un mañana pasó en su caballo Don Angelio, buscando unas reses que tenía perdida por el rumbo de Cerro Negro y le preguntó:
___Agustincito ¿Qué te pasa que tengo tiempo sin verte por Tazón?

___ Don Angelio es que estoy esperando “la encantada”

. Don Angelio se rasca la cabeza y dice para si:__:Pobre Agustincito, el hambre lo volvió loco.

Agustincito le cuenta la historia y la razón de su espera.

 Angelio le dice__ ¿Porqué no fabricas un aparato que permita bajar al pozo y llegar hasta ese pueblo perdido? Así bajar al pozo como José Bernabé, el del cuento de Santiago.

__ ¿Como es eso Don Angelio?

___Pasa por la hacienda y te explico con detalles.
Así fue como Agustincito empezó a planificar su viaje a las profundidades del pozo. Don Angelio le regaló las partes de una vieja caldera que había en la hacienda, para la fabricación de azúcar y le ordenó a “Musiu” Enrique, el único en toda la zona de Cúa, capaz  de soldar con acetileno, manejar un taladro y un torno para fabricar un “sumergible” una especie de submarino o escafandra gigante hecha de chatarras, para penetrar al misterio y las riquezas de aquel pueblo del cuento de Santiago, ubicada debajo de una piedra en un pozo del  río Tuy.
 “Musiu” Enrique era un francés que había escapado de la Isla del Diablo, un famoso penal ubicado en la Guayana Francesa.   Antes de llegar a Cúa había trabajado con los pescadores de perlas en la isla de Margarita y tenía bastante idea de la forma cómo fabricar una escafandra gigante, sabía de todas las formas de buceo y además tenía un espíritu de aventura capaz de hacer suya aquella chifladura.
 El cuento del negro José Bernabé, quien logró bajar a las profundidades del río y hacerse rico y señor, se extendió como nunca antes por toda la región, todos  repetían la historia y contaban las aventuras y desventuras de José Bernabé, unos arrieros de Tácata gozaban contando lo de la capacidad sexual del negro”.Habían  mujeres se lo imaginaban y soñaban con él .Las beatas se hacían la cruz al oír aquellas “pachotadas” Un pintor que llegó a Cúa contratado para elaborar unos murales en la iglesia, esbozó un cuadro gigantesco representando a José Bernabé en la ciudad perdida, pero según decían, el negro del dibujo tenía cara de “marico” y eso era una ofensa a la dignidad de la raza.  El pobre pintor se marchó del pueblo de madrugada para evitar que lo apalearan.
Agustincito quería de todo corazón alcanzar su meta y ponía todo su empeño, se olvidó de la pesca y de la siembra, de sus hijos y de su mujer, se dedicó a la construcción del aparato. “Musiu” Enrique, por su parte más entusiasmado que el mismo Agustincito le proponía en especie de galimatías:__ __“Un aparato de regular tamaño, que no fuera ni cuadrado, ni redondo, que no fuera ni largo ni corto, ni muy ancho, ni muy angosto”, “Musiu” decía:__ Justo es la medida del aparato.__Justo.

Se organizaron bailes de joropo para recolectar fondos, un comité organizador administrador y promotor del viaje al centro del río, integrado por las más relevantes personalidades del lugar: Don Carlos el boticario, “Musiu” Enrique, el mecánico, Luis González el carnicero, Don Ramón el dueño de la tienda grande y las damas representadas por doña Rosa Acosta.
 Muchos de los materiales tenían que comprarlos en Caracas porque la ferretería de Manolo, el isleño, no tenía nada y lo poco que tenía era muy caro. Planchas de metal, tornillos de acero de diversas medidas, remaches de bronce, pintura, cerraduras y un vidrio especial que soportara la presión para ver el fondo del río.
Las opiniones en el pueblo estaban divididas entre quienes creían que era posible llegar al pueblo perdido y quienes consideraban que era un desperdicio de tiempo y dinero. El cura Juan Antonio, decía que si se lograba llegar aquella ciudad maravillosa, se daría un vuelco a la historia de la humanidad.
 Adolfo, el ateo bolchevique, por su parte, como siempre para llevarle la contraria al cura decía: __”El éxito de la expedición demostrará la falacia de la iglesia católica y sus ilusorias enseñanzas, puestas al servicio del imperialismo. Jamás permitiremos que este descubrimiento sea aprovechado por los lacayos del norte.
La mujer de Agustincito: María Manuela le decía __”No te metas en eso, es una locura y vas a terminar mal. Es mejor que sigas pescando tus corrochitos y guabinas. Aprovecha el dinero recolectado para construir un rancho nuevo.”
Agustincito le replicaba que eso era imposible porque el destino lo había escogido a él para el nuevo descubrimiento que dejaría a Colón como un niño de pecho. Las ciencias agradecerán su contribución al progreso de la humanidad
Pasaron los meses y  la prensa caraqueña hablaba del proyecto de Agustincito, el nuevo héroe de Cúa, fotos en las portadas de revistas, entrevistas para Elite y La Esfera.Miembros de los cuerpos de seguridad  empezaron a investigar, no fuese un complot de los alemanes para apoderarse del país, o una conspiración para tumbar el gobierno. Pero las investigaciones policiales solo dieron como resultado que unos inocentes todavía creían en los milagros de la utopía.
En cuatro meses estaba listo el proyecto, con unas enormes bombonas de aire para soportar las profundidades. Además en los compartimientos se cargaron alimentos para los “acuanautas” regalos para habitantes de la ciudad perdida: Llevaron unos cuatros y unas maracas para los caciques, para  así alegrar la estadía. No llevaron arpa porque no sabían interpretarla, llevaron unos machetes marca collins, cola e gallo, como un recuerdo de las armas utilizadas en todas las guerras y revueltas del país, una lámpara de carburo y unas cajas de fósforos para alumbrarse en la oscuridad, dos hamacas de moriche para el descanso diario, un azafate de dulces criollos, con majarete, besos, coquitos, catalinas y conservas de coco, dos cargas de papelón, un bulto de sal y cinco rollos de tabaco para mascar. Además un barril de carne salada, tres arritrancos y cuatro guruperas de burro y un frasco bocón con tapa lleno de guarapo de piña. Una muestra de los frutos y la productividad del país.
 El comité ordenó elaborar una placa de bronce conmemorativa con el nombre de los participantes y los colaboradores, con  la fecha prevista para el magno evento. “Domingo 6 de marzo de 1938.”Colocaron la placa adosada a una de las caras exteriores del aparato, como testimonio del esfuerzo colectivo del pueblo de Cúa.
A las 6 de la mañana con cohetes y paseo musical el pueblo acompañaba el Camioncito Ford de Albertico Mijares, donde llevaban la nave. Agustincito y “Musiu” Enrique se exhibían como héroes, antes de emprender el camino hacia Tácata, buscando el pozo de Juaniquito.
El paseo por las calles del pueblo se prolongó más de lo previsto, solo a las 10.00 a.m. llegaban al pozo de la piedra de Juaniquito. El cacharro de hierro viejo con forma de submarino, tenía una ventanilla de vidrio en la puerta, lo cubrieron con una pintura de esmalte “sapolín” color naranja y los remaches y tornillos se destacan por el color aluminio brillante.

Después de un viaje matizado de música, cohetes y ron, amarraron el submarino con una larga cadena y unas sogas que había prestado Don Angelio. El Jefe Civil tenía un largo discurso preparado, pero en el fragor del viaje, el ron y la música, se le traspapelaron varias hojas y no había forma de suplir la perdida, solo pudo felicitar y desear éxito en nombre de las ciencias y de comunidad. El pueblo acompañante lanzaba gritos de alegría, cohetes y la música no paraba.
Los dos aventureros  se habían vestido con unas bragas de mecánico, teñidas de amarillo. Según afirmaba el “Musiu” para que les pudieran ver de lejos en caso de un rescate de urgencias, además Don Elías  les prestó dos cascos de automovilistas, con sus lentes y dos pares de botas de montar color marrón. Agustincito guardó dos botellas de Ron y una de brandy para el frío. Dos ayudantes del camión de Albertico Mijares abrieron la portezuela y Agustincito y Musiu Enrique entraron, después de una larga despedida, las lagrimas de María Manuela y de los hijos de Agustincito. El les decía: ___ “Esto lo hago por ustedes, por su futuro, por su felicidad”.

María Manuela le decía: ____”Mucho cuidado con las ardientes mujeres de allá abajo, recuerda que tu no tienes aguante no te vaya a dar una moridera, como te paso la otra noche. por estar experimentando de vaina no te dio un infarto, hasta los ojos se te blanquearon.”


___Tranquila mujer, el deber es una cosa y el placer es otra.__Todo será con mucha seriedad y decencia, te lo prometo.

El camión de colocó en retroceso lo más cerca de la piedra, abriendo un camino y colocando piedras y tablas para que no se hundiera, entre varios amigos lanzaron el cacharro al río con los dos viajantes subacuaticos adentro, la cadena empezó a soltar poco a poco, se sintió un golpe seco y la cadena quedó suelta, la recogieron despacio. La música de la banda del pueblo deja de tocar, se detiene el lanzamiento de cohetes, todos estaban a la expectativa y en suspenso, la cuerda para comunicarse entre el camión y el cacharro también estaba suelta.  No había ningún tipo de aviso entre Agustincito y el camión, pasaron varios minutos y no se notaba ningún cambio en el agua del pozo, ni el remolino botaba al submarino hacia la corriente. El silencio era total, solo se sentía a lo lejos el latido unos perros, ya eran las doce del día y no había ningún rastro de los “acuanautas”, María Manuela empezó a gritar  llamando a Agustincito. Don Angelio la tranquilizó y ordenó a dos veteranos pescadores que bajaran a las profundidades del pozo. Por dos horas estuvieron explorando y no habían rastros del rustico aparato subacuatico, ni de sus conductores.
Pasó la tarde, llegó la noche y con las luces del camión y de unos carros que se unieron a la búsqueda, no había rastro, ni vivos, ni muertos. El pozo se transformó en un lugar de romería, con rezos, agua benditas, velas, todos rogaban por ellos, Hasta el señor Obispo llegó un día al pozo  y solicitó la intermediación del Altísimo para que regresaran Agustincito y Musiu Enrique.

Paso el tiempo y la única que visitaba el pozo diariamente era María Manuela, Jamás se supo lo acontecido el 6 de marzo de 1938, qué ocurrió con la nave de hierros viejos, ni de la vida de sus tripulantes. El Río Tuy se llevó el secreto y todavía hoy día dicen que esa leyenda del Encanto del Río Tuy fue la causa de la desaparición de Agustincito y el “Musiu”. Algunos que se atreven a pasar por ese pozo dicen que en las noches de luna llena se oyen unos gritos debajo de la gran piedra. (Tradición oral)
                                 11 de mayo del 2006
                                   Día de San Felipe

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