La intranquilidad se empezó a sentir cuando el coronel Francisco Quiroba
descubrió que se le había olvidado el año en que llegó a Cúa, apenas
recuerda que la langosta había acabado con las cosechas y el hambre obligaba a
comer lagartijas e iguanas. El coronel vivía en una enorme casa de
corredores con patio sembrado de
naranjos y granados con 8 habitaciones, una cocina ,cuyo fogón jamás se apagaba
y un baño de adobones cocidos al cual le llegaba el agua por una acequia cuya
boca toma estaba en Tazón, la casa había pertenecido en la época colonial a Don
Ignacio de Ascanio y Monasterio, mantuano con título nobiliario de Conde de la Granja, el famoso realista que
en 1814 fue hasta la población de El Valle a dar la bienvenida a José Tomás
Boves y fue fusilado por él, conjuntamente con Manuel Marcano. Anexa a la gran
casa del Conde estaban los restos de una galería de media agua donde vivían los 45 esclavos que
trabajaban la tierra, además un pedazo de madera negra que fue parte de un cepo donde se castigaba a los esclavos
alzados.
El coronel aquella mañana de julio se levantó más temprano que de
costumbre, un pensamiento fijo lo despertó
con el primer canto del gallo y no pudo conciliar el sueño el resto de la madrugada, no podía entender que
había pasado en el corral de faena cuando de repente se encontró 5 toros negros
los cuales no forman parte de punta de
ganado que los llaneros le había traído del hato de La Cruz, en las
profundidades del Guárico. Los contó tres veces, verificó la relación de
entrega escrita en un cuaderno de papel de traza: 27 toros cimarrones, 5 vacas
pintadas, 25 novillos, 12 caballos cerreros y en ninguna parte figuraba cinco
toros de color negro,gordos, como si hubiesen llegado de un potrero y no de la
larga caminata por semanas que hay del sur de Guárico hasta Cúa. Algo extraño
estaba pasando, de dónde habían salido aquellos excepcionales animales.
De inmediato se dirigió a la casa de Anselmo, el caporal, muy cerca de la
casa grande, era un rancho degamelote, paredes de bahareque, piso de tierra,
con dos piezas, un corredor y una cocina con las paredes negras por el humo de
la leña, estaba ubicada en un alto de donde se podía divisar el paso majestuoso
y cristalino del río Tuy, se veían las vegas sembradas de caña de
azúcar. plátanos y unos cortes de yuca.
El coronel Quiroba le pregunta al caporal por el origen de aquellos toros,
Anselmo le responde:
----Coronel yo creía que ese ganado
formaba parte de la punta que trajeron los llaneros.
----No Anselmo esos toros cuando los llaneros llegaron con el ganado no
estaban y ayer en la tarde me cercioré, los conté de nuevo y no están en la
relación de entrega, aparecieron de repente.
Anselmo le dice al coronel:
----Vamos al corral para ver qué tipo de ganado es y si tiene el hierro de
origen.
Cuál no sería su sorpresa al ver claramente en el anca derecha de cada uno
de los toros una estrella de cinco puntas dentro de un círculo. Anselmo arruga
la cara en señal de disgusto y le dice al coronel:
------Yo he visto al diablo tres veces en mi vida, jamás hablo de esta experiencia para que no me vayan a tomar
por mentiroso, pero le puedo decir coronel que aquí no hay nada bueno, Mire
usted este crucifijo que no dejo ni para bañarme, me lo bendijo el cura de
Calabozo, después de haber “bregao” fuerte para contrarrestar al “Maligno”.
----La marca de ese hierro es la señal que todos esperábamos desde la noche
de los relámpagos, se dice desde aquellos lejanos años que ese día llegaría
para indicarnos la ruptura definitiva
del pacto.
El coronel le pregunta a Anselmo:
----- ¿A qué pacto te refieres?
---Coronel, me contaba el abuelo que en tiempos de Guzmán Blanco esta
hacienda la compró Don Manuel de Mier y Terán, a quien apodaban el catire,
quien era un hombre muy ambicioso que quería hacer dinero de la noche a la mañana, no conforme
con lo que ya tenía, se propuso hacer un pacto con el diablo, para lo cual tomó
cinco toros negros y con la ayuda de unos peones los enterró vivos en los cuatro puntos cardinales de esta hacienda
y uno dentro del corral de faena. Fue una noche sin luna, donde los relámpagos
alumbraban el monte, la peor tormenta
jamás vista, cuentan que ese día el Tuy creció y no respetó ninguna vega, todo
lo arrasó, dejando en ruinas haciendas y sementeras.
---Todos los habitantes de Cúa recordaban con espanto la noche del pacto.
__Fue así como Don Pedro se hizo dueño de los mejores hatos de Guárico,
Apure y el Tuy. Además de muchas casas
en Caracas, se podía dar el lujo de utilizar los patios de asolear café de ésta casa para secar de mes
a mes miles morocotas, cuando eso
ocurría todos los habitantes del pueblo lo sabíanporque desde aquí salía un
resplandor amarillo tan fuerte como el mismo sol. Nadie se atrevía ni siquiera
a tocar las morocotas, mucho menos a robarlas porque el mismo “Maligno” las cuidaba
----La conseja decía que el pacto de
Don Pedro con satanás condenaba a cinco generaciones de los Miel y Terán, una
por cada toro enterrado y el día que muriera el último de los condenados por la
obligación diabólica, los cinco toros negros aparecerían de nuevo en el corral y
esa era la señal de la ruptura definitiva
del pacto y la posibilidad de que el “Maligno” encontrara un nuevo socio.
El relato de Anselmo había generado en el coronel un profundo malestar,
estaba pálido, sentía que su corazón podía estallar, respirando profundo
después de un largo silencio y le dijo a su caporal
Anselmo:
Anselmo:
---Hace días que me vengo sintiendo mal, no me acuerdo de las cosas, se me
olvidan los nombres de mis amigos, a veces no sé si es de día o es de noche, no
recuerdo cuando llegué a este pueblo, en las noches no puedo dormir con un extraño
olor a huevo podrido ,siento la presencia de ganado en los carrales vacíos y
voces lejanas de una peonada, cuando logro conciliar el sueño tengo feas
pesadillas y me despierto sudando y sobresaltado.
---Te digo una vaina Anselmo, si el “Demonio” cree que me puede tentar por
ambición, por más Diablo que sea se equivocó. No quiero tener más que el
producto de mi trabajo honrado, Creo en
Dios y la Santísima Virgen y ellos invoco para mi protección-
___Mire usted coronel, le voy a decir algo, esta hacienda y todos los que
aquí vivimos estamos protegidos por el Sagrado Nazareno, recuerde que el
terremoto acabó con el pueblo y una de las pocas casas que quedó intacta fue
ésta a ninguno de sus habitantes nos pasó nada. Jamás podrá el “Demonio” con el
gran poder del hijo de Dios hecho
hombre. Todo está bajo el manto protector de El Nazareno. Vamos a traer
al padre Alcántara para que con la fuerza de sus Fe y sus oraciones nos libren
de este inminente peligro.
Dicho y hecho trajeron a la hacienda al padre Alcántara y quien inició los
rezos a la hora nona, aquella tarde el sol brilló en medio de una lluvia que
produjo el fenómeno de dos arcoíris al mismo tiempo, uno terminaba en las
proximidades del río y el otro al verlo de lejos tenía una punta en el corral.
El cura les enseñó una oración de gran poder
y así evitarían para siempre la presencia del “Maligno” y su influencia
destructora.
Después de rezar el Padre Nuestro y
regar con agua bendita se dice:
“Yo te arrojo espíritu
maligno, y te ordeno, por Dios verdadero, por Dios vivo y por Dios Santo, que
salgas y te alejes de este sitio para no volver jamás y te lo ordeno en nombre
del que te venció y que triunfó de ti en el Calvario y anuló tu poder para
siempre, por la fuerza del Nazareno. Amen”.
Al terminar de rezar la oración ya los cinco toros negros se habían
esfumado del corral y el coronel Francisco Quiroba volvió nuevamente a sentirse
bien, recuperó la memoria y al fin pudo dormir.
Esta leyenda la
cuento para que quede testimonio a las generaciones futuras que el “Maligno”
existe y si permitimos que domine a la sociedad, sus efectos serán
devastadores: Muerte, ríos de sangre inocente, dolor y caos, hambre y miseria,
odio y envidia serán las señales inequívocas que las fuerzas del mal dominan la
sociedad y cuando ésta tragedia ocurre solo con la intervención Divina
se podrán colocar nuevamente las cosas en su lugar.
23
de mayo del 2015
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