CÚA UNA POBLACIÓN QUE MUERE DE SED.



 CÚA UNA POBLACIÒN  QUE MUERE DE SED.
Manuel  Monsaterios G.


De los burritos de los aguadores a los camiones cisternas.


 En los desiertos de los países petroleros de Arabia Saudita y Dubái no hay una gota de agua y sus pueblos no padecen de sed. Se aplica la tecnología y se paga con la renta petrolera. Nosotros país con las mayores reservas de agua y de petróleo del mundo morimos de sed y la renta petrolera se fue a los paraísos fiscales.


Los pueblos del Tuy se fundaron en las cercanías del río Tuy, el agua se usó como fuerza motriz para movilizar los grandes trapiches papeloneros como Tazón de Cúa, Marín, El Deleite, Tovar, Lecumberry, El Palmar. El agua para el consumo humano se sacaba de grandes aljibes ubicados en las orillas del rio Tuy, sin contaminación, ni destrucción de la naturaleza. La profesión de aguador en burros y carretas era la forma normal de trasladar el líquido del aljibe a los depósitos existentes en cada casa, los más pudientes con tanques de hechos de calicanto (ladrillos pegados con argamasa de cal), el resto con grandes tinajas de barro, a partir de los  años 30 en tambores harineros y petroleros cubiertos con cementos. Para los años 40 se empezaron a construir tanques de mampostería y más recientemente aparecieron los tanques de plástico.


Los aljibes y los aguadores funcionaron hasta el año 1930.

 Cúa creció y carecía de acueducto y la única fuente estaba en las orillas del Tuy.   Dependía de las cargadores de agua para surtir el pueblo, era un clamor generalizado que Cúa necesitaba urgentemente un acueducto, el gobierno de Gómez no estaba interesado en ese tipo de obras, se preocupaba por dotar los cuarteles. Dos cueños de mucha iniciativa, hombres dedicados a la ceba de ganado tomaron la determinación de construirle un acueducto para Cúa. Don Elías Acosta, propietario de las haciendas Lecumberry, El Deleite, La Balvanera y El Palmar  y su cuñado el coronel Tomás Hugo Quiroba, constituyen una Compañía Anónima para construir y dotar primer  el Acueducto de la población de Cúa.

 Con tal fin contratan la apertura de un pozo profundo ubicado en el callejón del río, donde hoy está los “restos” de la empresa Vivienda Venezolana, al lado de FAACA, conocido como el callejón de San José antiguo camino a San Casimiro.

El agua era trasladada por tuberías a un enorme tanque de 80.000 litros  llamado la caja de agua ubicado al final de la calle El Cementerio en el sector conocido como Pueblo Nuevo antiguamente fue el cementerio  de “Muerto Parado” . Nombre que proviene de una de las tantas epidemias de finales del siglo XIX la gente moría como moscas, no había tiempo ni de llorar, ni de velar a los difuntos, una cuadrilla de voluntarios los lanzaban  a las fosa comunes que elaboran apresuradamente, para luego taparlos con tierra, sin mayores formalidades, pero uno de esos “presuntos muertos”, no era tal y se levantó de su tumba, los enterradores no  pararon de correr hasta llegar a la plaza Bolívar. Para el pueblo aquel sector de Pueblo Nuevo  que se había empezado a poblar en 1911 con motivo del Centenario de La Independencia, nombre que le colocaron las autoridades municipales pero que jamás  se popularizó empezaron a llamar “Muerto Parado” esa colina donde se construyó el tanque, el cual todavía existe en el lugar.


             El primer acueducto no tenía la capacidad necesaria para satisfacer las necesidades de Cúa, se racionaba el agua por sectores,  a veces fallaba la energía eléctrica o se dañaba la bomba. Era más el tiempo dañado que sirviendo al pueblo.

 Cuando el Presidente de la Republica general  Eleazar López Contreras visitó a Cúa en 1937, el reclamo generalizado del pueblo fue el agua. El acueducto fue adquirido por el  Estado, venezolano luego paso al INOS, años después, se construyó el acueducto de Ocumarito para darle agua al Tuy, Hoy es Administrado por Hidrocapital o Hidro centro.


El agua sigue siendo un grave problema para los cueños, no hay agua para sustentar el más mínimo desarrollo y crecimiento, el pueblo padece de una sequía estacionaria  y de una incuria administrativa crónica, no hay previsión, ni planificación y un impacto de crecimiento poblacional y urbanístico sin una planificación mínima para satisfacer las necesidades del pueblo. El agua hoy llega una vez a la semana para los que tienen suerte, otros sectores una vez  al mes o jamás llega una gota de agua, todos los   barrios y urbanizaciones periféricas mueren de sed. Lamentablemente creció la población y no se planificó el aumento del número de redes. No hoy los aguadores, ni hay  burros, el agua se traslada en camiones cisternas, el símbolo más evidente del subdesarrollo y del tercermundismo, en los países desarrollados no se ven tanques en las casas, no es necesario pues jamás falla el agua y no usan excusas como el verano y el fenómeno de El Niño para justificar el atraso, eso sí se paga el servicio y se exige eficiencia. En nuestro pueblo los camiones cisternas, prestan un servicio de emergencia que se hace permanente  de muy poca calidad  y es más caro que el metro cúbico de agua  que en ciudades como Miami, Berlín o París. Un botellón de agua potable  en nuestro pasa de los 300 Bs. Tomar agua directa de la fuente pública es un alto riesgo para contraer enfermedades. Definitivamente sin agua no hay calidad de vida, ni posibilidad de desarrollo sustentable. Lo peor sería acostumbrarnos a las carencias, creer que la escasez es lo normal.

Recordamos a Don Elías Acosta y al coronel Tomás Hugo Quiroba como los precursores de un servicio público que todavía sigue siendo  deficiente. Al gobierno de Carlos Andrés Pérez quien construyó y puso en funcionamiento 1977 el acueducto y la Planta de Tratamiento Ocumarito, para una población que no llegaba a los 100.000 habitantes, hoy con un millón pretendemos abastecer con la misma infraestructura, esa es la cusa del mal ,lo de El Niño es una excusa a la falta de previsión.

 Algún día los valles del Tuy dejarán de padecer de la sed crónica, el río Tuy dejará de ser una cloaca esperando que Corpomiranda (Corporación para el Saneamiento de la Cuenca del Rio Tuy) dedique su presupuesto a cumplir sus objetivos con nuestro rio y no a ser una gobernación paralela.


La solución final está en el mantenimiento de la Presa de Ocumarito, ampliación y mejoramiento de toda la red de distribución y terminar la Presa de Cuira ubicada en el Parque Nacional Guatopo, la cual tiene más de 10 años de atraso.  Mientras tanto seguimos viviendo nuestro calvario y clamando por agua.




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