La Esquina del Tango en Cúa. Cuento corto.



       
                              LA ESQUINA DEL TANGO

                   “SILENCIO EN LA NOCHE” 

Don Luciano García fue una institución en el comercio cueño, hoy rendimos un sencillo homenaje al personaje y un recuerdo a aquella emblemática esquina de la plaza Zamora, donde los muchachos de aquellos años estudiabamos  hasta altas horas de la noche, con nuestra silla de extensión, un thelmo de cafè y aquellos tangos y boleros inolvidables de su famosa rockola.
                                               Por  Manuel Vicente Monasterios G.

Este cuento es un homenaje a los personajes inolvidables del pueblo que se nos fue.                          
                                                 
                                      
Eran las 7.00 p.m. de un día de abril, la plaza Zamora era el escenario de una sinfonía monofónica interpretada por las chicharras, el calor hacía sudar hasta las piedras, en siete meses que lleva viviendo en Cúa era la primera vez que Rodolfo llegaba temprano al pueblo tuyero, transmutado en “ciudad dormitorio”.
El calor y la hora lo motivan a ingresar al bar. de la esquina, una cerveza bien fría no caería mal, una vez que franquea las viejas portezuelas de batiente, que recuerdan los bares de la películas del viejo oeste, llega a sus oídos la melodía de un tango: “Silencio en la noche/ ya todo está en calma/el músculo duerme/ la ambición descansa…en la voz de Carlos Gardel, por coincidencia tenía varios días que al encender la radio del auto empezaban los compases del viejo tango gardeliano, automáticamente Rodolfo cambiaba el dial pues no le interesaban ni la melodía ni el cantante. El tango representaba para él un anacronismo. Tampoco había tenido la oportunidad de observar el funcionamiento de una antigua máquina tragamonedas a la que los venezolanos llamaban por su marca “Rockola”, con sus luces de neón, sus discos de 45 r.p.m., montada en un especie de trono, como la reina del lugar, todo allí giraba alrededor de esa vedette eléctrica y mecánica. Se producía en aquellos bares una liturgia, un rito para-religioso donde el oficiante escogía, previa introducción de las monedas, las melodías de su preferencia,  la magia de un corazón adolorido, romántico que buscaba el consuelo “abrazados” a la Rockola escuchando con el alma un tango o  un bolero cuyo tema : la frustración ante un amor imposible o la traición de una malvada mujer, el despecho se ahogaba en alcohol, no para olvidar, sino para que la letra le estrujara el alma con placer auto-destructor para vivir a plenitud el “barranco”.
Silencio en la noche/ya todo está en calma/el músculo duerme/la ambición trabaja/ Un clarín se oye/ peligra la patria…
Aquel bar era un  mundo extraño donde el tiempo se había detenido. Las paredes estaban decoradas con enormes fotos de Carlos Gardel, una especie de álbum fotográfico, colocado sobre la Rockola recordaban la visita del cantante argentino a la Caracas de 1935.
La rockola

Rodolfo se acerca a la barra con intención de pedir su cerveza y nota que en la vieja armadura  hay botellones inmensos de cerveza de color verde con la marca “Zulia”. Los cuales habían desaparecido del mercado hacía más de 30 años. Don Luciano García el propietario de aquel bar-museo, le saluda cortésmente y Rodolfo  le pide una cerveza Light.
Luciano le responde:
 __¿Qué, qué es eso?
__Una cerveza con menos calorías.
__Señor lo que tengo es media jarra y tercio “Polar” .
__Sírvame un tercio bien frío.
Mientras tanto continúa en la Rockola el tango “Silencio”
__ Negro Oseas, no te pegues tanto a la Rockola que Luciano se va “arrechá”.
__Julio Viña no seas “jala bola”. le contesta “el negro Oseas”.
Rodolfo escuchaba el dialogo y  ordena:
__ Dos cervezas para los amigos.
Oseas se acerca y le da las gracias por el brindis, después de las formalidades de la presentación pregunta
__ ¿Miren y en esa Rockola parece que solo hay tangos?__Pregunta Rodolfo
__No amigo, hay buenos boleros, pasodobles, joropos, música de la buena, afirma Julio
__ ¿Y la música de moda en CD? Pregunta Rodolfo
__ ¿Cómo dice usted, ce de?
__Música en el formato C
__Esa orquesta CD no la conocemos, lo último de la moda musical: “La Vaca Vieja” de Billo.
Rodolfo piensa __Definitivamente este es un bar de locos, eso que llaman gente “retro”, excéntricos a quienes les encanta vivir en el pasado. Aquí hay que seguir la corriente. Además es una experiencia única e interesante.
Mayor fue su sorpresa cuando pidió la cuenta y le dicen que debía ocho bolívares, sacó de su cartera unas viejas monedas que tenía como recuerdo  y pagó.
Carlos Gardel.

Aquel extraño bar se quedó grabado en la mente de Rodolfo, tenía el firme propósito de volver pronto, le gustó aquel ambiente, donde la gente se veía tranquila La inquietud de Julio y Oseas era el decir de las canciones rockoleras, la cerveza bien fría y compartir su despreocupación.
El sábado siguiente  invitó a Pedro su vecino, le habló de aquel bar, de su ambiente y lo interesante que era, con aquellos viejos tangos y boleros, donde todos los clientes vivían de verdad en el pasado. A las 6.00 p.m.  Se encaminan al viejo bar, entran pero el ambiente no es el mismo, billares y pool, una música estridente, no hay Rockola, es la vieja casa pero no hay bar “retro”.
 __Creo que me equivoque este no es el bar donde estuve el lunes, no creo que en tan poco tiempo lo hayan cambiado o mudado, vamos a preguntar.
__Señor por favor le quiero preguntar algo.
__ A la orden
___ ¿Aquí no había un bar donde se oían tangos en  una vieja rockola?
__Si, ese era el bar Continental de  Don Luciano García.
__ ¿Qué pasó con ese bar?
__Hace unos 20 años desapareció, lastimosamente Luciano murió victima del hampa y con él murió ese rincón   bohemio.
Rodolfo quedó mudo al saber que había estado hace apenas cuatro días en un bar que  había desaparecido hace unos de 20 años. Salió del lugar sin entender nada, pensaba que lo ocurrido era un sueño, algo que la mente le había hecho creer. También pensaba que podía ser una broma pesada para volverlo loco.
A la mañana siguiente fue con Pedro al Cementerio Municipal.
 El “Celador” del cementerio los llevó a cada una de las tumbas de los personajes que Rodolfo había conocido el lunes 10 de abril del 2006. Julio  murió en diciembre de 1973. Oseas tenía más de 15 años en el cementerio y don Luciano desde Octubre de 1984.
 Esta historia ocurrió y se la cuento tal como me lo contaron.

                 Cúa, Estado Miranda, Venezuela.
                                  29 de julio del 2006

Comentarios

  1. Saludos hermano, sería interesante saber que pasó con este caballero y su extraña vivencia y si verdaderamente fue una experiencia paranormal, o simplemente un sueño de alguna vivencia del pasado y que su mente trajo a este presente, es decir, que seguramente visitó el lugar en otra época y no lo recordaba sino hasta este momento.

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  2. Gracias por tu comentario, es un cuento, fundamentado en una historia que me contaron y que tiene algunos testigos. Yo solo lo convertì en Cuento, ficciòn interesante.

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  3. Felicitaciones gracias en nombre de nuestro gentilicio

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