EL POPULISMO SALVAJE.

 

     EL POPULISMO SALVAJE, UN SUICIDIO.



La pandemia ha complicado la forma de vida a nivel mundial, se ha consolidado el hambre, el desempleo, el desconcierto, la incertidumbre y para colmo la desinformación frente a la amenaza presente de un populismo que viene ocupando espacios en los países de la región de la América Hispana. Son los dos peligros la pandemia y el populismo.

 Venezuela con sus errores, vacíos y desinformación viene cabalgando desde 1945 con todas las variedades de populismo, desde el populismo rentista de un capitalismo de Estado de raigambre adeca, pasando por el militarismo perezjimenista, hasta llegar al populismo de izquierda con su traje de colectivismo expropiador y sembrador de pobreza. Todas las formas de populismo han sido financiadas por una inmensa renta petrolera que la ineptitud y las locuras económicas del chavismo agotaron hasta llevar al país a la miseria actual.

. Dice Mario Vargas Llosa que “El comunismo ya no es el enemigo principal de la democracia liberal, sino el populismo”. Y el populismo no es una ideología o forma de gobierno, sino más bien una herramienta que degenera la democracia y la enferma casi de muerte porque vuelve frágiles las instituciones mientras “sacrifica el futuro de una sociedad por un presente efímero”. (El estallido del populismo, Mario Vargas Llosa). Podíamos agregar que el populismo no tiene ideología, lo mismo se viste de rojo radical o desata las pasiones xenofóbicas de un nacionalismo decimonónico.


 La última oleada de populismo en Venezuela llegó con uniforme de paracaidista y boina de ranger, en Perú acaba de llegar al poder con un estrambótico sombrero, en El Salvador con una cachucha, son los símbolos de un populismo que pretende tapar con una cachucha o un sombrero la ausencia de ideas en la cabeza de sus lideres.

El populismo promete solucionar grandes problemas mundiales con una estocada de magia que en el largo plazo termina siendo un engaño. Usa el dolor y la división para hipnotizar a la población con ideas irrealizables que luego se traducen en más sufrimiento y miseria. Basta con ver el desplazamiento de venezolanos, cayeron en la trampa y los halagos, votaron varias veces por su líder con una ceguera jamás vista y hoy recorren el mundo dando lastima. Más de seis millones de desplazados buscando mejores condiciones de vida que el populismo chavista no les pudo dar. Fue una propaganda engañosa y cruel, las consecuencias se están pagando hoy.

 La propuesta populista abandono la guerrilla hoy tiene un componente de oferta electoral, un caramelo de cianuro que la gente se traga y después no hay remedio posible ante tanta ruina compartida

Lo primero que hacen los populistas en su franquicia política es una propuesta de CONSTITUYENTE. Cambiar la Constitución para dislocar la sociedad con el engaño de crear una orden más justo e incluyente. La constituyente es la trampa para demoler la institucionalidad, ellos dicen que es para construir una nueva sociedad, pero la verdad es que destruyen lo poco o mucho que se tenga y nada bueno surge de ese caos.

 En segundo lugar, Intervienen EL BANCO CENTRAL y controlan la emisión de moneda y las divisas.  Imprimir billetes como chorizos: El engaño es la premisa de los populistas, es por eso que resulta fácil decirle a la gente en situación de pobreza, que la solución a su problema es imprimir billetes. El papel moneda no es riqueza, es un medio de pago que además se rige por las leyes de la oferta y la demanda. Imprimir dinero hace que el papel moneda pierda todo su valor, aumentando la inflación, ósea, el costo de todo, pues la riqueza no depende del número de billetes emitidos, sino de la producción. Es decir, podemos mandar a imprimir pasaje de avión para todos, esto no significa que existan suficientes aviones para llevar a todo el país, así que el pasaje perderá su valor por completo.  Asumen con irresponsabilidad manifiesta el modelo económico de Zimbabue con Robert Mugabe, declaró, mediante un decreto ilegal la inflación, mientras imprimía billetes y alcanzaba una hiperinflación de 26.470,8%. En Venezuela llegó al 100.000% y ahora con una leve baja por ausencia de consumo se sienten orgullosos de su propuesta económica de demolición.

Alemania en los periodos posteriores a la Primera Guerra Mundial, llamados la República de Weimar, imprimió papel moneda para hacer frente a las dificultades ocasionadas por la guerra llegando a una hiperinflación que hizo que su moneda colapsara. Para esta época los soldados alemanes, utilizaban las cajetillas de cigarrillos de los soldados estadounidenses para comprar productos y servicios.

Perú, teniendo como presidente a Alan García, adoptó también esta costumbre populista que se tradujo en aumentos de precio de bienes básicos de hasta 1.722%. Otros países como Argentina han implementado esta medida económica, llevando su país a la miseria y la pobreza. Inclusive, llega un momento en el que los mismos ciudadanos desprecian la moneda y espontáneamente la sustituyen por otros objetos o monedas como el dólar.

 Venezuela es hoy el ejemplo más claro de lo que no se debe hacer en materia monetaria, se destruyó la capacidad de compra del bolívar y para sobrevivir se tiene que apelar a una dolarización informal y salvaje, con graves consecuencia para quienes viven de un salario o de una pensión en bolívares. (Tres dólares mensuales en promedio)

  En tercer lugar, destruir la producción nacional y sustituirla por bienes importados por Estado o por empresas creadas por socios de quienes manejan el poder. Cualquier empresario o comerciante serio es su enemigo potencial y prefieren por ejemplo importar maíz que promover la producción nacional, pues el mayor consumidor es la empresa Polar y sus propietarios no son controlables. Así acabaron con industrias, empresas agropecuarias y agroindustriales y se consumen productos traídos de Turquía o de México en detrimento del productor venezolano. Esa es la realidad productiva del populismo venezolano. Cualquier emprendedor es un enemigo que debe ser perseguido y quebrado.

La eficiencia del populismo se evidencia en dividir, comprar conciencias y estómagos, separar por prejuicios raciales, explotar resentimientos. Una de las dificultades mayores para combatir el populismo es que apela a los instintos más acendrados en los seres humanos, el espíritu tribal, la desconfianza y el odio al otro, al que es de raza, lengua o religión distintas, la xenofobia, el patrioterismo, la ignorancia”. (El estallido del populismo, Mario Vargas Llosa).

El populismo es la proyección mediocre de los líderes que son incapaces de ganar votos y seguidores con ideas y propuestas realizables, serias, muchas veces no muy agradables a los oídos de pueblos formados e n la demagogia populista. El populismo de izquierda es el gobierno de las mentiras, de las falacias y de la corrupción total.

 Los pueblos que tienen elecciones deben estar alertas ante candidaturas claramente inclinadas al populismo. Dejar que tomen el poder es una tragedia que se puede evitar con un poco de sentido común.

 

 

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