LOS ERRORES SON UNA OPORTUNIDAD DE APRENDIZAJE.

 

HAY QUE APRENDER DE LOS ERRORES.



El desarrollo de la consciencia es un camino lleno de obstáculos y baches. Es difícil recorrerlo, así como hay avances, también hay retrocesos.

 La tendencia natural de la vida en el planeta es que las cosas se enreden, lo mismo podemos decir de nuestra individualidad. El mundo sigue bajo amenazas permanentes de guerras, invasiones, de dictaduras, de violaciones a los Derechos Humanos En nuestro país no se ve con claridad cuál es la salida a esta demencia populista y revolucionaria. La evolución no es un camino recto, con hermosas flores, ni hay un avanzar permanente; hay subidas y bajadas, retrocesos y avances, obstáculos y logros.

 Aprendemos más de los errores que de los aciertos. En lo personal nos equivocamos y vamos aprendiendo para salir del error. Como pueblo tropezamos más de una vez con la misma piedra, a veces nos estrellamos, caemos en profundos huecos, tal como ha ocurrido en los últimos 20 años de la ventolera populista y caudillista. Esta experiencia debe servirnos para aprender como ciudadanos que el voto puede ser una luz o un suicidio, pero como los pueblos y las naciones al final tienen que evolucionar para no desaparecer, de esta debacle tendrá que salir un mejor país, con mejores venezolanos. Seis millones de la diáspora, los que se han quedado y han guapeado durante estos años para sobrevivir y vencer, allí está el potencial de la nueva Venezuela. Al final no han podido hacernos una nueva Cuba, han tenido que aflojar con desgano y permitir alguna brisa de libertad económica, no lo hacen con gusto, ni placer, pero silenciosamente el venezolano de trabajo y de iniciativa, el emprendedor está ganado la guerra, sin tener generales que fijen estrategias y los que hay, están arrodillados y vencidos. Somos un pueblo que está más allá de liderazgos perdidos.

De los errores de hoy tenemos la obligación de obtener una lección de vida personal y colectiva, aprender a valorarnos como personas y como país. El concepto del ahorro, del trabajo productivo, de la familia, de valorar lo que somos y lo que tenemos.

 De esta gran equivocación política debe renacer como ave fénix una mejor Venezuela, Ya está bueno de sufrir, de pegar nuestra frente contra la misma pared, de quejas vacías, de huir hacia la nada. Nuestro futuro es aquí y ahora, aunque no le vemos con claridad. Hemos pagado nuestros errores mil veces y es hora de avanzar con paso firme y seguro hacia la libertad y un nuevo país. Solo necesitamos que el régimen actual deje ese espacio o sea obligado a dejar las mieles del poder. La vía para lograrlo también va a llegar con el proceso de maduración colectiva. Es posible que todavía nos falte tiempo para comprender el cómo hacerlo, pues tenemos una profunda falla de liderazgo positivo.

 Este proceso parece estancado hoy, la “calma chicha” de los mares, pero por debajo hay fuertes corrientes. Es posible que solos nos cueste más y necesitemos del apoyo físico y espiritual. En ningún plano estamos solos, tal vez nos sentidos perdidos, desorientados, tenemos una sensación de soledad y abandono. No solo necesitamos la fe para lograr las metas, debemos tener la certeza que este accidente no es más que eso, un cruel accidente superable y no una maldición para siempre. La evolución es el proceso natural y las caídas a veces nos hacen retroceder, pero eso es anti natural. Nos rescatamos y continuamos nuestra evolución.

 Quizás la visión optimista es ver con claridad los yerros y errores como una oportunidad de aprendizaje. No estamos condenados a vivir en el error, somos seres racionales No basta que nos juzguemos y apliquemos la auto flagelación, siempre hay que dar un primer paso adelante. La presencia de Dios siempre nos acompaña y es no solo nuestro consuelo, sino nuestra motivación.

 Los venezolanos estamos hechos de una materia prima muy especial.

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