Hemos regresado a la ilusiòn de una aparente normalidad y armonia.

 

        EL SAQUEO Y EL SECUESTRO DE UNA NACIÒN.



El chavismo cumplió su cometido de devastar la institucionalidad democrática que a duras penas se construyó en Venezuela entre 1958 y 1998. Se ha creado una institucionalidad paralela que responde “armoniosamente” a los objetivos y metas del régimen. Se tiene una Constitución formal, hecha por el chavismo, pero lo que realmente rige al país es el llamado “plan de la patria”, elaborado con tutelaje cubano de inspiración fascistoide y socializante con una respectiva dosis de populismo rentista. Ahora sin renta petrolera. Pero la presión del hambre ha obligado a abrir unas ventanas hacia un capitalismo semiclandestino, super salvaje, con una dolarización informal y un comercio de bodegones surtidos por importaciones libres de impuestos para terminar de asfixiar las pocas empresas venezolanas que siguen funcionando a un 15 o 20 % de su capacidad productiva.




 La hecatombe empresarial que aplicó el chavismo sin piedad, trajo en pocos años la mayor pobreza que país alguno haya padecido en América y menos aún en una nación con la mayor riqueza petrolera del Continente. Entre 1998 y 2017, más de 500.000 empresas han desaparecido, según información de Consecomercio.

Para 1998, Venezuela contaba con 800.000 empresas operando en el país, pero tras 22 años en los que el chavismo ha estado en el poder, solo 230.000 compañías siguen en funcionamiento. Es un cementerio de galpones y maquinarias abandonadas y saqueadas.

 Las urbanizaciones industriales desparecieron, quedan algunas trabajando a duras penas, semi clandestinas, con muy pocos trabajadores.

Asimismo, el país con mayores reservas petroleras del mundo ha visto como 21 multinacionales han abandonado por completo sus operaciones desde que Nicolás Maduro asumió el poder en 2013. PDVSA funciona gracias a los chinos y a los iraníes que se hicieron dueños de la poca producción. El aislamiento es total el aeropuerto de Maiquetía tiene unos tres vuelos diarios y para viajar en líneas turcas a Europa. Es decir que es necesario llegar hasta Turquía o viajar a República Dominicana o Panamá para cualquier destino en América, así funciona la lógica socialista y se acaba con el turismo nacional.



 No son las medidas restrictivas de EE. UU y Europa las que han causado este desastre, la única responsabilidad corresponde al régimen madurista con 22 años en el poder.

“las políticas contraproducentes y autodestructivas del régimen gubernamental”, sin que en eso tengan que ver naciones como Estados Unidos. Solo es una propaganda para tener una excusa ante la inocultable debacle económica.

 La producción petrolera está colapsada de tres millones y medio de barriles que se producían en 1998, hoy, a pesar de la propaganda del millón de barriles, no se llega a los setecientos mil y el precio ya está en 90 dólares.

 Venezuela dejó de ser una nación petrolera, no porque el hidrocarburo se haya agotado, sino por una política de ineptitud, corrupción y estupidez política.

 65 medios de comunicación han cerrado en estos 22 años, por presión oficial y razones económicas, no hay libertad de expresión, solo medios convertidos en vehículos de propaganda del régimen.

 Todo esto parece que se olvida y por eso hay que repetirlo hasta el cansancio. No hay democracia, no hay libertad, hay presos y secuestrados políticos, no hay garantías electorales. Venezuela es una nación bajo un estado de secuestro colectivo, bajo una aparente normalidad

 

 

 

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