“La iniciativa privada es el motor de una sociedad, hay que defender y proteger a las empresas
Dr. Iván Duque (presidente de Colombia)
“Venezuela solía tener unas 12.700
industrias privadas cuando asumió el Presidente Chávez, hace 21 años. Hoy van
quedando cerca de cuatro mil; solo queda una tercera parte del parque
industrial”, precisa el presidente de Conindustria, Juan Pablo
Olalquiaga. 2017
Venezuela a pesar de tener el peor gobierno de América tiene recursos
naturales, profesionales y de infraestructura física para generar procesos de producción,
distribución y consumo. El grave problema es que no hay un equilibrio, ni una
sinergia adecuada en el circuito de participación de personas, empresas y
gobierno. El gobierno ahoga la iniciativa de las personas y destruye las
empresas, para optar por importación, es que importar le genera ganancias a la
burocracia del Estado, en un circuito perverso de corrupción creciente. Ni
siquiera las famosas bolsas de comida CLAP utilizan productos venezolanos, el
gran negocio es importar porque se aprovecha desde el diferencial cambiario, pasando
por el transporte y la distribución, todo bajo un esquema de corrupción y destrucción
de la producción nacional.
Bajo un sistema normal de sano
mercado las personas aportan trabajo y ahorro a las empresas, los trabajadores
reciben buenos ingresos, que su vez invierten en compras que mantienen el
circuito virtual del mercado. El Estado se debe limitar al aporte de un
equilibrio de cooperación con el sector privado con reglas claras de justa
competencia. El Estado no puede, ni debe ser comprador de productos en el
extranjero que se puedan producir en el país, eso es aberrante y anti nacional.
El Estado no es para producir, ni para distribuir productos de consumo, esa es
una labor del sector privado.
En Venezuela tenemos un sistema económico
lleno perversiones, donde el Estado se ha convertido en el primer obstáculo para
el progreso. Un burócrata, con chaquetica o un Guardia Nacional tiene el poder
discrecional para hacer lo que le venga en gana contra el sector privado. El
objetivo ha sido desmantelar la empresa nacional, ya no hay límites para el
abuso y la corrupción, No hay manera legal de frenar esos procedimientos,
porque esa es la política del gobierno. Se cierran las fuentes de trabajo por
el peso de tantas restricciones, desde la carencia de servicios públicos elementales
como el agua, la luz o el gas, ya no hay combustible para el transporte y la movilidad
y lo que se logra conseguir es a precio dolarizado con una alta cuota de corrupción
armada.
Todos los países del mundo tienen
sistemas organizados y eficientes para enfrentar problemas y solucionarlos,
regular conductas dañinas y proteger al productor nacional. En Venezuela es el
gobierno el primer problema y el creador de todos los problemas. Es un régimen totalitario
que asfixia la iniciativa privada, inhibe la creatividad y desestimula la innovación.
Venezuela hoy está perdiendo todos sus talentos y su fuerza laboral, en su mayoría
huyen del país buscando mejores condiciones de trabajo y de vida en otros países.
Hay un desperdicio total del talento nacional, no hay oportunidades. Es el peor
daño que se ha hecho al país.
Venezuela necesita con urgencia de un buen gobierno que coloque las
cosas en su lugar, que abra un abanico de oportunidades, que ponga freno al
abuso y a la corrupción, que provea herramientas idóneas para el progreso y la
prosperidad. Se necesita una gestión pública mesurada en el poder y que
estimule la iniciativa privada, que auspicie la democracia y la libertad. No lo
que vemos hoy, donde una plutocrática minoría secuestró las instituciones y se adueñó
del país. Son los amos de un potrero. Se necesita el fomento de la ciudadanía y
no la alimentación de los súbditos semi esclavos, sometidos por hambre y miedo.
Venezuela tiene el mayor
potencial de prosperidad, pero para nuestra desgracia tenemos el peor gobierno
de nuestra historia. Si no hay un cambio urgente, dejaremos de ser una nación y
solo seremos una mina al peor estilo africano.
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