NO HAY AGUA MÀS SOBROSA Y SANA QUE LA DE UN TINAJERO.


                     LOS TINAJEROS DE AYER

Casi todas las familias representativas de la cueñidad tenían en su casa, en lugar muy especial un hermoso tinajero, una costumbre que nos llegó con la colonización española, específicamente con los canarios, de Tenerife y Lanzarote llegaban las mejores piedras porosas de origen coralino que se utilizaban para filtrar el agua que nos daban de los aljibes del río Tuy y que cargaban los aguadores en sus burritos.
El aguador y su burrito

El tinajero se construía con balaustres de madera, unos sencillos y lisos y otros elaborados con finas maderas torneadas, lo cual reflejaba ciertas diferencias sociales, la misma diferencia reflejaba  la calidad de la piedra, la cual se heredaba de generación en generación y mientras más años tenía era más apreciada.
El agua filtrada se recogía en una tinaja de barro cocido de donde se sacaba con un "ramillón", envase de lata con asa larga y bordes cortados en ángulos puntiagudos (zigzag), para evitar que los usuarios tomaran directamente en el “remillón”.
 Desde el punto de vista práctico el tinajero le daba un sabor muy especial al agua, con frescor propio de un manantial, la tinaja de barro enfriaba el líquido y la piedra lo filtraba, con el tiempo le nacía un liquen que hacía de purificador natural. Los tinajeros de adornaban con una bella mata de helechos.
Antiguo tinajero de la hacienda Lecumberry (Foto Gladys Zambrano.)

Los tinajeros hoy solo quedan como una remembranza ornamental, muy pocos siguen en uso, la gente se acostumbró al agua fría de la nevera, al garrafón de plástico que vale oro, pues el agua que llega por las tuberías no es confiable en su potabilidad.

 En los años 30 y 40 se pusieron de moda unos filtros de agua importados de Inglaterra, el principio era el mismo del tinajero, pero jamás se podían comparar en su sabor.
Filtro de agua inglés.

 El agua es un elemento vital para la vida, de su pureza depende en muchos casos nuestra salud, pero hay algo que jamás se podría superar la pureza, el frescor y el sabor del agua del Tinajero.
 Gota a gota el tinajero nos regalaba vida, sería interesante rescatar la sana y sabrosa costumbre de tomar agua de la tinaja.


Comentarios