Santa Rosa de Marín Hacienda emblema de la cueñidad

  La Hacienda Marín, emblema de la cueñidad.





Desaparecida casa de la Hacienda Marín.



Ayer

La historia de Cúa está profundamente unida a esta antigua hacienda de cacao, propiedad del canario Bernardo Rodríguez del Toro, el Marqués de El Toro, sitio donde se fundó el primer poblado de esclavos con el nombre de Santa Rosa de Marín, antecedente de la actual población de Cúa. La hacienda fue un  emporio cacaotero, generando los doblones necesarios para hacer de sus dueños “los grandes cacaos”, fue productora de caña de azúcar con la instalación de un trapiche papelonero y entrado el siglo XX se fabricaba azúcar negra y una fábrica de refrescos de tipo colita propiedad de Boccardo y Compañía, productora de leche y de ganado de ceba hasta los años 70 propiedad de otro canario, como el marqués, Don Juan Regalado, quien entendiendo la vocación industrial de la zona, en compañía de dos tuyeros que marcaron época por sus iniciativas  Don Néstor Luís Pérez Carballo de Charallave y Don Luís Angelino Manzo. Así nació de la emblemática hacienda Marín, para cerrar la parábola histórica que se inició en 1690, creando la Urbanización Parcelamiento Industrial Marín (PIMACA).
Francisco  Rodríguez del Toro (Segundo Marqués de El Toro) propietario  de la hacienda Marín

Hoy
Lastimosamente la parábola abrió una brecha y lo que fue por más de 300 años el epicentro de la riqueza económica de Cúa iniciándose con el cacao, pasando por la caña de azúcar, el ganado de ceba y leche hasta llegar a la industria, hoy padece el castigo de la decadencia, sus calles llenas de huecos, monte, cloacas que suplen las quebradas, cientos de galpones en ruinas, saqueados, las pocas industrias que trabajan están azotadas por el hampa, los malos servicios, el racionamiento eterno del agua y la energía eléctrica, parcelas invadidas por viviendas improvisadas y mucha pobreza; para colmo de males la Alcaldía de Cúa coronando la vocación destructiva, la ausencia total del respeto por la memoria histórica, por la conservación del ambiente, por el cuidado que merece la salud de los habitantes de Cúa tomaron unos galpones que otrora fueron una fábrica de colchones y los transformaron en un mega depósito de basuras descompuestas, de chatarras , una “Bonancita ecosocialista”  a la cual los fines de semana, o cada vez que un empleado lo crea conveniente le prenden fuego para consumir la basura y los pulmones de todos los habitantes de Cúa se llenan de hollín que impide la respiración, en especial de quienes padecen enfermedades respiratorias. La emblemática hacienda Marín, gracias a la desidia es hoy un lugar tétrico reflejo de la demolición física y moral que padecemos.
El Viejo Torreón, todavía en pie.

Mañana
Un sueño necesario.
La hacienda Marín algún día será el gran parque de la cueñidad, un sitio hermoso a la orilla del río que nos ha dado el nombre y vida, hoy es una cloaca, mañana será de nuevo un río limpio con peces, en sus orillas volverán los tiempos del balneario de la presa de Marín, con modernas piscinas, toboganes un sitio de atractivo turístico, con un torreón de la hacienda papelonera como centro del parque, con un oferta gastronómica variada, atractivos para los niños, parques temáticos, lo mejor del Centro de Venezuela, con un ferrocarril eficiente, con mucha seguridad y calidad de vida. Es muy posible que usted al leer este sueño, piense que estoy delirando, pero no es así, es que nos hemos acostumbrado a lo malo, se ha hecho un hábito en nosotros que todo funciona mal, que el hampa es quien se impone, que las  autoridades son mandar y abusar, no para servir a su pueblo. Hay que cambiar ese condicionamiento negativo que ha hecho de la actitud de conformismo y marginalidad el  patrón de nuestra vida. Lo primero es creer en nosotros, creer en nuestra capacidad de transformación, en segundo lugar tenemos que sentir un profundo rechazo por este desorden, por el caos impuesto y en tercer lugar obrar positivamente para alcanzar esa meta de vida. Nada hacemos con quejarnos, todos sabemos lo mal que estamos, no queremos seguir viviendo como parias en nuestra tierra, queremos un mundo mejor, de oportunidades para nuestros hijos y nietos. Pero todo empieza en nuestro hogar, en nuestro entorno, en nuestro pueblo. El cambio está en nosotros, los políticos hacen las cosas más fáciles, aunque en nuestro caso solo lo han puesto muy difícil, por eso necesitamos con urgencia un cambio total, antes que sea imposible poner reversa.
Presa de Marín, desaparecido balneario de los  tuyeros.


La Hacienda Marín es un símbolo de nuestro pueblo, un micro-mundo donde todos estamos representados, en lo bueno y en lo malo. Hagamos algo por cambiarla positivamente y cambiaremos nosotros.
Desparecido puente   construido en 1904, al fondo se puede ver el Torreón

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