LA INDIA APACUANA: HEROÍNA Y GÉNESIS DEL NOMBRE DE CUA.
Tradicionalmente se afirma que el nombre de la población de
Cúa viene de un cacique que ayudó al Fraile Capuchino Manuel de Alesón en la
fundación del pueblo, según la leyenda el cacique de llamaba CUË. Nosotros con
motivo del tricentenario de Cúa en 1990,
luego de una larga investigación presentamos en el Centro Histórico del estado
Miranda, antecedente de la Academia nuestro trabajo de investigación y así se
publicó en el Boletín del Centro Histórico de aquel año. Presentamos a nuestros
lectores una síntesis del trabajo publicado en mi libro Crónicas de Cúa tomo 1-
año 2013
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Apacuana Interpretación libre del escultor Rafael de Montijo, escultura ubicada en la casa natal del general Ezequiel Zamora en Cúa. estado Miranda. |
En el capítulo XII de LA
HISTORIA DE LA CONQUISTA Y POBLACION DE LA PROVINCIA DE VENEZUELA, del Cronista
José Oviedo y Baños nos narra un hecho singular que hoy tratamos de explicar
desde nuestro punto vista, adecuando algunos elementos a la geografía actual,
para su mejor el entendimiento de los
lectores.
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Rostro de una mujer Caribe |
Habiendo logrado Garcí
González de Silva la “pacificación” de las encomiendas de Tácata y por estar en
paz con los Quiriquires, de las riveras del Tuy, donde también tenía
encomiendas, pero no había podido desarrollarlas como quería. Tomó la
determinación de visitar la zona de Salamanca (Hoy valles del Tuy)
conjuntamente con su cuñado Francisco Infante y apenas dos soldados españoles
como acompañantes, no era una expedición de guerra, más bien un paseo, para
entrar en mayor confianza con los nativos. Estos le reciben con muestras de
especial amistad. Sin embargo no todo era paz y armonía, en el corazón de los
Quiriquires estaba presente el deseo de
volver a lograr la autonomía constreñida y una india llamada APACUANA, madre
del cacique Guasema, anima a los indios a iniciar el rompimiento con los
blancos invasores. Apacuana considera oportuna la presencia en el poblado
indígena de los dos encomenderos españoles, para tenderles una trampa y darles
muerte. La india aconseja llevar el plan con mucho sigilo y esperar hasta que
los visitantes estén a punto de partir, para ejecutar a los blancos, sin
mayores resistencias.
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Muestra de piezas en piedra elaborados por los Quiriquires (La Magdalena) |
Garcí González y sus
acompañantes habían hecho construir un rancho que les sirviera de vivienda en
un sitio alto, a cierta distancia del poblado indígena. Llegado el momento de
partir, los indios empezaron a desarrollar su plan y al amanecer del día
señalado para su regreso, atacan a los cuatro españoles, éstos se defienden con
sus espadas y leños prendidos, además utilizaron un perro de armas para atacar
a los indios. En la refriega mueren los dos soldados acompañantes, a Francisco
Infante le infieren 12 heridas en su cuerpo. Aunque Garcí González estaba
también herido, trato de cubrir las heridas de Infante con trapos para evitar
mayores sangramientos.
Resuelve como salida desesperada, para salvar
sus vidas, tomar el camino de Paracotos con el herido, pero éste no podía,
caminar, González carga sobre sus hombros a Infante, caminando toda la noche (camino de la Magdalena) hasta llegar al
amanecer a la quebrada de Paracotos, donde empezaba el dominio de la
nación Teques, enemigos acérrimos de los
Quiriquires. Así, con la valentía y determinación del conquistador salva su
vida y la de su cuñado.
Como era de esperar las
autoridades españolas consideraron imprescindible dar un escarmiento a los
indios Quiriquires. No podían permitir un alzamiento que pusiera en peligro el
proceso de pacificación. Los Alcaldes ordinarios de la ciudad de Caracas: Juan
de Guevara y Francisco Maldonado. Determinaron castigar el atrevimiento
indígena. Organizaron una expedición
punitiva dirigida por Sancho García, acompañado de cincuenta soldados
españoles y un grupo numeroso de indios de la nación Teques. Los indios
Quiriquires informados de la venganza española, habían abandonado el poblado
cercano a las riveras del Tuy y colocaron todo género de trampas para detener
a Sancho García. Los españoles lograron
atrapar un indio Quiriquire y lo torturaron, hasta que les indicó el camino hacia
las montañas profundas de la serranía, en los nacientes de la quebrada de
Talma, donde se ocultaban el resto de la tribu. Quemando poblados los españoles
se internaron en la montaña. Allí lograron dar muerte a muchos indígenas,
otros se escaparon hacia los llanos. A
la India Apacuana, promotora de la rebelión indígena fue atrapada con vida y la
trasladaron hasta el poblado donde había ocurrido la rebelión, Después de
humillarla y lanzarle todo tipo de adjetivo denigrante, llamándola bruja,
hereje y traidora, le dan latigazos como castigo menor y no conformes le dan
muerte colgándola de un gran árbol con la prohibición absoluta de bajar su cadáver, para que fuese visto por todos y se enteraran de lo
que les esperaba a los revoltosos. Las aves de rapiña dan cuenta de su cuerpo.
Allí estuvieron colgados sus huesos por mucho tiempo.
En ese sitio, una fresca
colina, un tanto alejada de la rivera del Tuy, donde los españoles ajusticiaron a la India APACUANA, la gente le
empezó a llamar el sitio donde colgaron a Apacuana. Con el pasar del
tiempo “El sitio de la Cuana”. Hasta llegar a la denominación actual de Cúa. En
ese lugar que fue altar para el sacrificio de una raza extinta, Un grupo indígena que prefirió desaparecer
que someterse. En esa colina, la cual fue donada a la Iglesia católica para la
fundación de un pueblo por Doña Ángela Tomasa Ferrera viuda de Castro. En el
año de 1762 el Obispo Diez de Madroñero ordenó, bajo pena de excomunión, que se
refundara, en el “Sitio de La Cuana o la Cúa, el pueblo de Santa Rosa de
Marín, el cual se encontraba, hasta esa fecha dentro de los linderos de la Hacienda Marín.(4)
Tomado del libro "Crónicas de Cúa" 2013 autor Manuel Monasterios. Se puede encontrar en Google y bajarlo libremente.
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