El día en que Daniel Santos cantó en Ocumare del Tuy

             "VIRGEN DE MEDIA NOCHE"



              EL DÍA EN QUE DANIEL SANTOS CANTÓ EN OCUMARE DEL TUY.

Crónicas.

Daniel Santos, o Daniel Doroteo de los Santos Betancourt, como le puso el cura que lo bautizó, nació en un barrio humilde de Trastalleres, en Puerto Rico, el 5 de febrero de 1916. Arrastró con esa condición humilde toda su juventud, y ya siendo una fulgurante estrella, tuvo el dinero que quiso, el lujo y los derroches que su condición le permitieron, pero eso mismo lo llevó a la ruina y murió pobre, en Ocala, Florida, el 27 de noviembre de 1992.


Había en Ocumare del Tuy un famoso prostíbulo que todos conocían por el nombre de dueña: “María”, una mujer que por sus finos modales y manera de hablar parecía más una directora de colegio de monjas que regente del lupanar más selecto de la región. Allí se daban cita la flor y nata, los hijos de los hacendados, de comerciantes, los empleados de cierto poder económico, no todos tenían para pagar 3,00 Bs. por una tercio Polar o Caracas, 4.00 Bs. por una Cuba Libre o 6,00 Bs por un escocés.lo más barato era una maraquita el coctel de moda en aquellos años de anís con soda y limón, los precios obligaban a una clientela de gente distinguida y con cierto poder económico.

Era un sitio apartado del pueblo una casa dispuesta para esos menesteres, el local era pequeño, con varias mesas, una larga barra, una pista de baile muy intima, en un rincón un pequeño estrado donde de vez en cuando se presentaba un conjunto musical y en la esquina junto a la ventana estaba la reina del lugar la Rocola, donde no faltaban los discos de 45 r.p.m. de la Sonora Matancera, Daniel Santos, Bienvenido Granda, María Luisa Landín o Toña La Negra.
Los viernes se reunían donde María los estudiantes, era el antro de las pasiones juveniles, de las primeras experiencias, la escuela del machismo vernáculo, la cátedra libre de sexología, la novia era sagrada y tenía que ir al matrimonio virgen, para esas cosas estaban las muchachas de María, algunas conocidas por sus nombres de combate, como La Tongolele, La Perica, La Brasilera, Toña la Colombiana, La Merecumbé, ellas cobraban un porcentaje por trago consumido en la mesa y cuya cuantía se llevaba con fichas que luego de la faena se cambiaban por dinero, su objetivo era motivar el consumo, bailar o complacer a los clientes en las piezas interiores., quienes tenían que cancelar 5.00 Bs. por derecho de pieza y 20,00 Bs. por los “honorarios profesionales”, en otros sitios la tarifa era más barata pero sin la calidad y la limpieza del bar de María.

Una noche del año 1962, Daniel Santos, quien estaba de gira por Venezuela se enteró, gracias a su compadre Julio Jaramillo, quien vivía en esa época en Ocumare del Tuy que una hermosa muchacha que había conocido en Barranquilla estaba en aquella población, específicamente laborando en las noches no santas de la casa de María. Fue así como El Jefe, el Inquieto Anacobero vino a dar a ese burdel tuyero. Paso dos días sin salir de la pieza encerrado con su hermosa costeña, bebiendo, culeado y aspirando polvo blanco El sábado en la noche para complacer a Doña María y a Esther, la Barranquillera decidió presentarse y cantar para una clientela muy exclusiva, invitados especiales que estuviesen dispuestos pagar un servicio de ron en 100 Bs. y uno de Whisky en 350 Bs. . El local se llenó y las puertas se cerraron para el público, solo un grupo de privilegiados tuvo la suerte ver en casi un acto de magia salir de la rockola al “Duro del canto popular” a Daniel Santos para subir aquel escenario sin fama, ni cartel ,rodeado de sus admiradores y putas emocionadas, todos asombrados no podían creer lo estaba ocurriendo. Tener al frente cantando al gran Daniel Santos y sentado como espectador al Ruiseñor de América, al rey de la rockola Julio Jaramillo.
De pronto apareció en la pequeña tarima, acompañado de un grupo musical que acompañaba en sus presentaciones a su compadre Julio Jaramillo, envuelto en los vapores del alcohol, enmarihuanado hasta los trinquetes,, lleno de canas , con grandes patillas y bigotes, vestido con una guayabera blanca, pantalón negro y zapatos de dos tonos, aquellos de tacón cubano que habían desaparecido con el mambo y Dámaso Pérez Prado, se presentó sin necesidad de micrófono, su potente voz no necesita de sonido especial, además el local era pequeño. Dejó oír su voz, con ese estilo único, inconfundible, arrabalero, arrancó con ese clásico de burdel “Virgen de Media Noche”, cuya letra movió las fibras más profundas de las “señoras del pecado” que se encontraban en el sencillo escenario pueblerino, lloraban desconsoladas al oír aquel rezo de amor que solo podía pronunciar Daniel, con semejante devoción. Siguió su improvisado concierto con “Dos Gardenias”, “Perdón””Esperanza Inútil”, al rato se unió Julio Jaramillo y cantaron a dúo hermosos boleros y pasillos. Pero las muchachas le pedían que repitiera el Himno de las pecadoras “Virgen de Media Noche. “Para adorarte toda. Incienso de besos te doy, escucha mi rezo de amor. Virgen de media noche cubre tu desnudez.Así, sin darse cuenta llegó el día. Todos los presentes disfrutaron del mito de la canción tropical hecho carne y el verbo hecho lujuria, el rey de corazones de la baraja vestido con una guayabera blanca, el héroe de todas las batallas y reyertas de todos los bares del Caribe, de todos los afanes alcohólicos, del despecho rockolero ,de la bohemia, del guayabo y la traición. 

Cantándole a las “Vírgenes de la Media Noche”, se bajaron 10 cajas de ron y 12 de whisky. Terminaron borrachos pero felices por haber tenido el privilegio de asistir al único concierto en cuerpo presente que dio Daniel Santos en el Tuy, acompañado de su compadre Julio Jaramillo.
EN EL PRIMER CENTENARIO DE SU NACIMIENTO 

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Comentarios

  1. Te agradezco Manuel tu labor de cronista de nuestro lar querido...oyendo a esa pleyade de musicos y cantores populares creci, era inevitable, la casa de la Cruz Verde estaba rodeada de dos bares emblematicos, el de Oscar Paz, el rey del Zamurito y el de los Esparragozas, la Rockola contenia todo lo grande del siglo XX....No cesaba El inquieto Anacobero, Julio Jaramillo, la Sonora Matancera, Maria Delia Dipini, Celia Cruz, Bienvenido Granda y pare usted de contar, esto dos bares, sobre todo, recalaban la mayoria de los acompañantes de los difuntos, en su travesia al Cementerio, su ultima morada.... alli mitigaban sus penas,
    amores incomprendidos y desengaños.
    El bar de Caballito, llamado Los Almendrones y en la Plaza Zamora. En el bar de Luciano, venian a complementar todo lo que estaba a nuestro alcance, para nuestra educacion musical....Cuantas veces, entrando a la adolescencia. disfrute del buen Tango, en una de las mesas del bar de Luciano, como el afan de saber, me llevo a leer, todo lo que estaba en la Cartelera de ese bar....esto marco en mi. el gusto por el Tango.al punto, que cada domingo, (entre 1965 a 1970), al final del dia, sintonizaba Radio Difusora Venezuela. a fin de disfrutar una hora de tango, seguido del programa culturoso, "de lo humano y lo divino" del inolvidable Orlando Araujo.....
    En el Barrio Caminito, de Buenos Aires. en una tarde agradable. he disfrutado en dos oportunidades del buen Tango...el morocho del abasto se dejo oir....
    Por ahora, dejo hasta aca, este comentario....la nostalgia me invade....y estoy lejos dd la Perla del Tuy....
    Un abrazo Manuel....muy bien el homenaje a Freddy Malagueta.

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  2. gracias Orlando por tu extenso comentario.

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  3. Saludos estimado Manuel Monasterio...muy interesante su relato de El día en que Daniel Santos cantó en Ocumare del Tuy...no la conocia...gracias hermano por sus escritos...de vez en cuando los leo...cuando los consigo...jejejejun abrazo hermano.

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